Capítulo 3

66.6K 6.3K 2.5K
                                    


Luna

Treinta y seis horas antes

Perspectiva... de acuerdo... pongamos las cosas en perspectiva.

No es como que haya desatado un virus mortal o haya lanzado una bomba atónica, tampoco es como que extravié la fórmula de la cura contra el cáncer, vamos... es un anillo... solo un anillo... de acuerdo... okey, okey, voy a calmarme.

Respiro profundo y comienzo a hacer memoria donde dejé ese maldito anillo. Camino de un lado a otro al mismo tiempo que me sostengo la frente y pienso... Debería estar en la mesa... sí, la que tengo en frente... ya busqué todo, no estaba por ningún lado. Okey, no fui al baño... de todas formas ya había revisado cada sanitario, papeleras, alfombras, lavabos... dos veces. Nada, no había nada. Mi apartamento... a ver... no, antes de ir a mi apartamento me di cuenta que ya no llevaba el anillo. Ahora me estoy comiendo las uñas dando vueltas por el lugar, miro todo el desastre a mi alrededor y pienso que en algún lugar de esta catástrofe debería estar. Ese anillo cuesta más de tres veces mi salario de un año. Oh Dios mío. Oh Dios mío.

Tomo una calada de aire intentando calmarme, hago un ejercicio de relajación que me enseñaron en las clases de yoga. No lo consigo. Ahora estoy a punto de entrar en pánico. Me tiro sobre la alfombra y comienzo a barrer con mis manos la cantidad de confeti buscando esa maldita sortija ¿Qué tal si alguien más la encontró? Madre mía, esto no puede estarme pasando a mí.

—Luna. —Escucho detrás de mí, doy un salto en mi lugar y mi cabeza choca contra la mesa que tengo encima. Eso dolió y bastante. —¿Dónde está mi anillo?

—Yo... he... —Me pongo de pie sobándome la cabeza, a ver... que ella es la persona más cool del mundo... tranquila, carismática... tal vez solo debería decírselo «Oye, perdí tu anillo de compromiso» «Sí, ese mismo de oro blanco» «El que tiene un rubí enorme en el centro» «El que ayer bromeando te dije que podría ayudarme a pagar todos los meses de renta de mi apartamento...» Oh no, ahora que estoy sobria eso se escuchó muy mal, con mucha más razón tengo que encontrarlo. —Escúchame, Lisseth...

Mi jefa tiene una mirada que intimida. Sus ojos son oscuros, muy oscuros, tanto como una noche de tormenta, sí, eso es un adjetivo que la califica... tormenta. Se ha quitado las gafas de sol y me mira con intriga, solo trago saliva y me quito con las manos unos pedazos de confeti que se quedaron pegados en el vestido.

—¿Qué? —Replica, lleva los labios pintados de rojo carmesí. Se guarda las gafas en su carísimo bolso de edición limitada de Channel y me mira de pies a cabeza con una mirada que se mezcla entre lo atónito y la vergüenza. —A ver... ¿Por qué parece que pasaste una noche de rumba, vomitaste sobre ti misma y ni siquiera te has tomado una ducha?

A ver... sí pasé una noche de rumba... por ella y su novio específicamente... pero no vomité así que eso me ofende, es verdad que no me he tomado una ducha, pero también es culpa suya porque me había pasado la madrugada entera en vela, buscando su carísimo anillo de compromiso ¿Quién me da a mí a guardar algo? Digo, tienes que conocerme lo suficiente como para saber que ni siquiera me puedo cuidar yo misma. Pero bueno, ayer, entre todos los tragos y la euforia, me dije «Okey, yo puedo con esto» y se me ocurrió decirle: —Está bien, yo lo cuido. Vete a bailar tranquila.

Menuda mierda.

Me acomodo el pelo lo mejor que puedo; tengo cabello rebelde, de ese tipo de liso que jamás se acomodaría donde lo dejes. Ayer tenía ondas, pero tuve que correr bajo la lluvia desde el coche de mi novio hasta el edificio para buscar esa estúpida sortija.

—¿Y qué haces aquí tan temprano? —Grita de pronto, causándome un sobresalto. Suelta un suspiro y me rodea para ir directo a su oficina. Ayer, su novio nos había pedido ayuda para prepararle una enorme sorpresa para proponerle matrimonio. Aunque nada salió como esperábamos ahora que miro mi alrededor me doy cuenta que vamos a ganarnos una demanda por el personal de limpieza. —¿Y por qué estás tan nerviosa? No me digas que despertaste con alguien que no era Andrés, bueno... siempre y cuando no haya sido mi prometido está bien... No fue mi prometido, ¿verdad?

Se busca novia © (Disponible en Amazon 🌸Digital, Papel y Kindle Ilimitado🌸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora