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Capítulo 21

N.a: Estos son pequeños fragmentos de la vida de Yoongi bb, parte del pasado que no se contó.

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Capítulo 21:

Los sentimientos ocultos de Min Yoongi.

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[Me siento tan bien, mamá, me siento tan bien
(...)
No sabia su significado en ese entonces
Estaba feliz solo con mirarte.]

Con curiosidad observaba a aquellos niños que había invitado a su casa. Eran los primeros en ir a su casa, ¿Ya eran sus amigos?

Observó al más pequeño, parecía una niña. Era muy bonito. Le gustaba.

—Uhm... ¿Quieren jugar con mis juguetes? —preguntó sonriendo con timidez.

Le había costado formular esa pregunta a pesar de que parecía que no.

— ¡Si! ¡Si quiero! —chilló Jihye con emoción.

Yoongi soltó una risita enternecido, su corazón comenzando a agitarse ante lo adorable de la pequeña, provocando que las mejillas de Yoongi adoptaran un tenue color rosa.

Llevó a ambos menores a su habitación y les enseñó sus juguetes. Era la primera vez que jugaba con otros niños. Ya no habría más soledad, ya no habría más tristeza. Él sería feliz ahora. Había hecho nuevos amigos.

Yoongi era feliz y no dudo en decírselo a su mamá a penas la vio entrar a la habitación.

[...]

Yoongi observaba al pequeño niño jugar con sus cosas mientras él y Jimin estudiaban. Él también quería jugar. Soltó un suspiro cansado y comenzó a leer otra vez. Estaba aburrido.

Le sonrió a Jihye cuando este se apoyo en él y con sus manos comenzó a acariciar su cabello. Un cosquilleo recorrió su vientre y sentimiento cálido invadió su pecho mientras sentía sus mejillas calentarse de a poco, algo que le pasaba a menudo cuando estaba con él menor. Era extraño, pero agradable. No sabia porque le pasaba eso cuando estaba cerca de Jihye, pero era agradable. Le gustaba ese sentimiento y no quería eliminarlo.

—Hyung, ¿Qué harías si descubrieras que yo no soy un niño en realidad?— la pregunta desconcertó a Yoongi, quien miro con extrañeza a Jihye.

Se formo un silencio entre ambos. Yoongi no sabia el por qué de la pregunta de su pequeño amigo, así como tampoco sabia que responder. Jihye con ocho años y él con doce años. La menor solía hacer preguntas extrañas, y Yoongi a veces no sabia quien era él mayor de los dos.

Luego de meditarlo unos minutos, Yoongi soltó un suspiro y dijo:— No lo sé, supongo que nada, niño o niña, sigues siendo Jihye, mi Jihye.—miró a su menor sonriendo cálidamente, como pocas veces lo hacía.

Sea como fuere, Jihye sería siendo Jihye. Seguiría siendo aquel “niño” juguetón y curioso, aquel niño dulce y tierno que lo hacía sentir insectos y hormigas en el estómago.