Capítulo 3

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El día Domingo llegó,  yo con muchas ansias había estado esperando como de costumbre, ir a casa de la abuelita Jana.

Llegamos temprano, abuelita Jana y Tía Erika se les notaba cansadas.

—¿Qué les sucedió?—dijo Mamá.—¿Acaso no durmieron bien anoche?.

Abuelita Jana asintió.

—Lo que pasa es que no pegamos el ojo en toda la noche por atender el parto de Luna.—dijo algo solloza.—dijo abuelita Jana.

Las lágrimas afloraban el rostro de tía Erika.

—¿Qué ocurrió?— preguntó Papá.

—Luna murió.—dijo muy triste tía Erika.

—¿Y sus cachorros?.—pregunté alarmada.

—Solo pudimos salvar a uno.—respondio mi abuelita.

Corrimos hasta la parte trasera de la casa, desde la ventana de la cocina observé una bolsa negra en el jardín.

—Luego la enterraremos.—dijo papá.—¿Donde está el cachorro?

Abuelita Jana nos llevo hasta el sótano, y cerca de la estufa se mantenía caliente el pequeño hijo de Luna.

—Tomalo.—dijo mi abuelita tomando en brazos a la pequeña criatura y me lo acercó.

—Lo tomé, era tan pequeño, tan suave, tan frágil...-—Es hermoso .—dije sonriendo

—Me temo que es una linda cachorrita.—dijo Tía Erika secándose las lágrimas.

—¿Es hembrita?—pregunté.

Abuelita asintió.

—¿Te gusta Amber?.

—Me encanta.—rspondí.

Mamá no le agradaba la idea de tener una mascota en casa, pero a Papá le traia loco que llevemos a la cachorrita, papá estaba de mi lado.

Abuelita Jana ínsito a mamá que me dejara tenerla, yo no tenia hermanos, y aquella cachorrita seria de muy buena compañia para mi.

—Cuidala mucho AMber.—dijo mi abuelita.—Ahora es tuya.

—¿Mia?¡Muchas Gracias!.—salte de emoción.

Papá también cargo a la pequeña cachorrita. Era uno de esos pocos días en te sientes muy feliz y piensas que tu vida no tiene otra mejor cosa por ver que lo que estas viviendo en esos momento.

—Se llama nieve, pero si tu deseas le podéis cambiar el nombre.—dijo tía Erika.

Yo asentí.

—Es perfecto ese nombre "Nieve". Mi nieve. 

La pequeña cachorrita era tan blanca, y tan pequeña. Me gustó mucho tenerla en mis brazos. Mamá dijo que debíamos ser cuidadosas, por que como no tenia a su madre, debíamos darle todo el cariño posible.

Bequi llegó horas después junto a Marie, y estuvimos con "Nieve" un acariandole despacito. Lo único que Nieve hacia era comer y dormir, y luego dormir y comer.

Al principio fue aburrido que decidimos dejarla el resto del dia en la cama de mi abuelita, y nosotras nos dimos una escapada a la casa del árbol.

—Que lindo que podrás llevarte a Nieve a casa.—dijo Marie.

—La cuidaré como su hermana mayor.—respondí.

Caperucita en el Bosque Prohibido.Where stories live. Discover now