IX

734 61 7
                                    


PROV ARISTOTELES

Habían pasado un par de semanas desde que mi Tahi salió del hospital, su cuerpo había reaccionado bien a las últimas sesiones de quimioterapia, después de otra toma de medúla por fin lo habían dado de alta y logramos regresar a nuestro departamento. Me gustaría decir que al momento de salir todo volvió a ser como antes, que nuestra vida había retomado su curso, que éramos como dos adolescentes cantando en la azotea, que nos levantamos temprano a cocinar juntos mientras ensuciábamos la cocina, que seguíamos siendo los mismos que cantábamos en la lavandería y sobre todo que nos amábamos cada mañana y cada noche.

Pero la realidad había sido diferente, al principio los dos intentamos que nuestra vida fuera lo más normal posible, nos saludábamos al despertar y los besos matutinos no faltaban, pero al momento que avanzábamos algo nos detenía completamente lo cual volvía incomoda la situación, por lo mismo terminábamos por levantarnos y bañarnos por separado, en ocasiones solíamos turnarnos para cocinar, pero al momento que desayunábamos mi Tahi no lograba terminar sus alimentos, lo cual terminaba en discusiones por mi parte al animarlo a comer y por su parte insistiendo que no tenía hambre, al final cada quien se iba a su trabajo enojado con el otro sin hablarnos en gran parte del día.

Cuando el día terminaba dándole paso a la noche llegaba al departamento donde él siempre se encontraba preparando una deliciosa cena, la cual intentaba comer lo mejor posible para evitar otra pelea, terminábamos platicando de nuestro día y eso ayudaba a calmar bastante la situación, después veíamos una película o serie para terminar en nuestra cama regalándonos besos de buenas noches, pero de nuevo aparecía el mismo problema, no podíamos hacer el amor y eso estaba cobrando factura en la relación

Las razones eran complicadas de explicar, no es que dejara de amar a mi novio, lo amaba infinitamente, era un amor tan intenso que no cabía en mi corazón y el mismo amor me impedía avanzar, siempre que acariciaba su cuerpo sentía su delgadez atraves de mi manos, porque si algo que pasó muy rápido fue su pérdida de peso, su cara había adelgazado a un punto que se le marcaban los pómulos de sus mejillas y su nariz estaba completamente perfilada, se había puesto completamente pálido y al abrazarlo sentía su columna vertebral igual que sus costillas atraves de mis dedos, ante mis ojos se había convertido en el ser más frágil del mundo y por lo mismo no quería lastimarlo sentía que si avanzaba más se rompería entre mis brazos, mis manos recorrían siempre su frágil cuerpo como si fuera un ciego conociéndolo por primera vez porque desde que salió del hospital no me dejo verlo desnudo ni una vez , solo mis manos junto con mi mente intentaban memorizar su delgado cuerpo , pero al final terminábamos en lo mismo dándonos las buenas noches mientras cada quien se acostaba en su lugar sin abrazarnos para descansar.

Los días más difíciles eran de quimioterapia, Temo no me dejaba acompañarlo ni a mí ni a nadie a sus sesiones, pedía un taxi al irse y cuando estaba listo para pasar por él ya se encontraba en casa, en cuanto llegaba iba a verlo pero él ya estaba profundamente dormido, así que sigilosamente me acercaba y besaba su frente mientras me quedaba admirándolo un momento, sintiendo como me apartaba de su vida en tanto mi limite aumentaba sintiendo que en algún momento explotaría, todo mi ser quería estar con él en cada momento, pero colocaba barreras impidiéndonos entrar, entendía que no quería que su familia lo viera enfermo pero yo había sido su pareja por diez años, quería estar ahí en las buenas y en las malas pero por más que me acercaba sentía a mi novio más lejos.

Mi humor tampoco comenzaba a ser el mejor, comenzaba a desesperarme de la situación, de sentirme fuera de lugar e incluso los fines de semana comenzaron a ser tediosos al lado de Temo, en ocasiones él se levantaba antes que yo y cuando me despertaba ya estaba limpia la casa, le explicaba que no tenía que sobre esforzarse pero terminábamos de nuevo en discusiones sin sentido, al final terminaba acercándome a él para abrazarlo y reconciliarnos entre abrazos, pero nunca sin avanzar más allá de simples besos, conforme el día avanzaba él quería hacer más cosas, salir de compras, ir al cine, ir a cenar pero terminaba por darle otras opciones como cenar en casa y acostarnos temprano.

SUNSET - ATARDECER /  Aristemo (TERMINADA)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora