Glosofobia |Michaeng| (G!P)

One

5 de noviembre del 2000.

Sentada con la espalda apoyada en la puerta de aquella habitación rosa, con sus rodillas en su pecho y su cabeza entre ellas, se encontraba la pequeña Myoui Mina de 3 años.

Con sus ojitos cerrados y los labios apretados, escuchaba una de las tantas peleas que tenían como protagonistas a sus padres.

El llanto desconsolado de Myoui Sachiko resonaba en toda la humilde casa mientras que los gritos de su padrastro, Choi Siwon cada vez se iban intensificando hasta alcanzar un volumen realmente alto.

A Mina le hubiera gustado tener un padre con el cual jugar y salir a pasear al parque. Aquel que le enseñara a defenderse y la defendiera de los monstruos que habitaban debajo de su cama.

Pero no todos tenían esa suerte...

Mina cada fin de semana debía aguantar ese tipo de situaciones que no eran para nada agradables. Siwon era un hombre hostil y con una paciencia casi nula, un hombre –si es que se le puede llamar así–, el cual no sabía la definición de la palabra "amor."

Era un tipo soberbio, arisco y engreído que iba a desperdiciar su maldito tiempo a un cochino casino, gastándose todo su sueldo y al perderlo, se enfurecía a tal punto de desquitarse con su esposa y su pequeña hijastra ya que decía que ellas eran las culpables de su desgracia.

Él siempre decía que su vida sería mejor si no las hubiera conocido.

Un fuerte golpe hizo que la pequeña Mina diera un brinco y levantara su cabecita rápidamente mientras se ponía de pie y salía de su lugar seguro.

Mina caminó por el pasillo con pasos calmados y lentos queriendo hacer el menor ruido posible. Llegó hasta la sala donde Sachiko se encontraba de rodillas frente a Siwon que aún mantenía su mano alzada.

La pequeña abrió su ojitos con asombro al notar como la mejilla de su madre se encontraba roja, así que con su inocencia se acercó cautelosamente hasta el hombre al cual llamaba "papá."

Mina: P-Papi – murmuró abrazando la pierna de Siwon que soltó un leve gruñido de fastidio y no demoró mucho tiempo en darle una patada a la pequela que la hizo alejarse.

Siwon: ¿Qué es lo que te he dicho, Myoui? – dijo él mirando a la pequeña niña que se encontraba ahora en el suelo con su vista clavada en el mismo.

Mina: Q-Que tú... Que yo, que... Que no hable – musitó entre susurros débiles intentando no llorar.

Ella debía verse fuerte... Ella debía demostrar que no tenía miedo. Ella tiene que ser valiente para que su padre deje de golpear a su madre.

Siwon: ¿¡Entonces por qué mierda se te ocurre venir aquí a interrumpir todo con tu inmunda voz!? – regañó con furia acercándose a su hija – ¿Qué te ha dicho tu madre? – preguntó.

Mina se quedó callada y miró a su madre, fijando su mirada en el labio, que ahora sangraba.

La mujer ignoró las suplicas en la mirada de su hija, era tanto el miedo de perder a aquel hombre que soportaba eso y mucho más.

No se daba cuenta que tanto ella como Mina estaban sufriendo.

Sachuko: Siwon... – dijo la mujer con un hilo de voz tratando de calmar la situación, pero su esposo, obviamente la ignoró por completo.

La japonesa mayor odiaba que Siwon dañara a Mina, pero no era capaz de alzar la voz para defenderla y se odiaba por eso.

Siwon: ¡Responde, carajo! – gritó fuertemente dándole un golpe en la cabeza a Mina con su dedo índice.

Mina apretó los ojos pero no lloró. Mina no gritó. Mina mantuvo su mirada en el piso. Mina ignoró el dolor en su pecho y el nudo en su garganta.

¿Por qué él tenía que ser tan malo? No lo entendía, pero aún así Mina sufría en silencio.

Siwon: ¿Ahora sí te quedarás callada? – preguntó con una sonrisa de suficiencia que tanto miedo le causaba a la pequeña, por lo que ésta simplemente asintió con su cabecita – Muy bien, así me gusta... Obediente – acarició en el rostro de su hija lentamente, pera luego darle una patada en el estomagó que dio por finalizada la conversación.

Aquel hombre de 21 años caminó a su habitación y con un portazo se encerró para no volver a salir.

Mina se mantuvo en la misma posición con sus manitas acariciando la zona que había recibido el golpe, mientras intentaba recuperar el aire que le quitó la patada.

Sachiko: ¿Ves lo que te pasa? – escuchó la voz de su madre que se levantaba del suelo – Si tan sólo aprendieras a mantener tu maldita boca cerrada, él no te hubiera hecho daño – le dijo a su hija que parecía más concentrada en los detalles del piso de madera, pero la realidad es que aquellas palabras taladraban su pequeño y dañado corazoncito – ¿Cuándo dejarás de ser una niña tan estúpida? – preguntó antes de ir hacía la botella de whisky que guardaba y comenzara a tomar como si no hubiera un mañana.

Eso era algo común de ver para Mina. Su madre ahogaba sus penas y sufrimiento en el alcohol como si eso minimizara los problemas.

«¿Cuándo dejarás de ser una niña tan estúpida?»

La voz de Sachiko se repetía una y otra vez en la mente de Mina haciéndola sentir inútil.

Ella sólo quería ayudar, pero al parecer nadie necesitaba de ella.

Entre quejidos de dolor por el golpe iba caminando de vuelta a su habitación.

Mina: L-Lo siento... – murmuró la menor sintiéndose, una vez más, la peor hija del mundo – Prometo que no volveré a hablar.

Pero claro... Como siempre, su madre sólo la ignoro y siguió bebiendo. Sin saber que aquella promesa se cumpliría dañando más la salud mental de su hija.

Una fobia poco común se estaba desarrollando y a la mujer parecía no importarle.