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Dos meses han pasado desde que Mina sufrió la violación por parte de su padre.
Su relación con Tzuyu no iba muy bien ya que la chica alta se estaba comportando de una manera extraña, ya no tenía tiempo para ella ya que supuestamente debía estudiar para los exámenes finales, se veían muy poco.
Algo que inquietaba a la japonesa era que su novia pasaba demasiado tiempo con Sana, una chica que estudiaba con Chaeyoung, la rubia platinada pasaba pegada a su chica la mayoría del tiempo y a Tzuyu parecía gustarle.
Una gran inseguridad y desconfianza creció en Mina, cansada de las actitudes raras de su novia.
Se encontraba sentada en su puesto mirando por la ventana, hoy había un sol horriblemente potente. Mina odiaba el calor, hacía que su cabello se opacara y sudaba como un cerdo, eso la hacía sentir sucia.
Nayeon: Hey, Mina - saludó.
Mina: Coneja... - murmuró sonriendo.
Nayeon: Hoy iremos a la piscina del gimnasio después de clases, ya sabes... para calmar este calor de mierda que me tiene fea - se quejó y Mina rió por lo bajo - ¿quieres venir? - preguntó.
Mina: ¿Quién irá? - preguntó curiosa.
Durante este tiempo, poco a poco se empezaba a desenvolver mucho mejor con la gente, gracias a Momo y Dahyun, Mina ahora era capaz de hablar con las personas con palabras y no mediante un cuaderno.
Nayeon: Mhm... - pensaba - voy yo, Jeong, Lisa y su novia Jennie, Momo, Dahyun... - su rostro se iluminó al escuchar el nombre de sus amigas - Jackson, Jihyo, Solar, Ten, Kai, Baek, Chen, Joy, Irene, Rosé, Hwasa, Yoongi, Jungkook y... Chaeyoung - rió.
Mina: ¿Por qué no me dices que irá todo el curso mejor? - bromeó causando una gran risa en la contraria.
Nayeon: Eres muy graciosa, ¿vienes? - preguntó y Mina asintió con la cabeza.
¿Qué tan malo puede ser?
Una hora más tarde...
¡Todo era malo! Se encontraba siendo la vela.
Todos estaban con sus parejas besuqueándose y diciéndose babosadas tiernas o subidas de tono.
Mina estaba sentada en la orilla de la piscina con sus pies en el agua, estaba aburrida.
Xx: ¡CUIDADO, KAI! - gritó alguien y antes de que la japonesa pudiera voltear, sintió como su cuerpo caía violentamente al agua.
Para su mala suerte, era el lugar más profundo de la piscina, con 2.30 metros de profundidad.
Mina jamás fue buena para nadar, por lo que su cuerpo se hundió completamente en el agua llegando hasta el fondo. Sin hallar oxígeno comenzó a desesperarse y a moverse en el agua, abriendo la boca sin querer y tratando agua. Su cuerpo comenzó a adormecerse y con una última lucha, su cuerpo dejó de funcionar.
