Capítulo 18 - Reconciliación

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  ¿Quién es?...
  ¿Quién es el que ocupa con tanta intensidad el corazón de Rin?. Estaba cási seguro que iba ser correspondido.
  No, comencé a golpear todo a mi alrededor, dando puñetazos a los arboles, yo, no lo podía creer...
  El señor Taisho me había prohibido tener algún tipo de relación con ella, pero yo, estaba dispuesto a todo... A TODO POR ELLA.
  Sin embargo, creo que no hará falta, creo que es momento de que me baje de esa nube.
  Por mis manos corría gran cantidad de sangre, tenía los puños temblando, pero no sentía dolor alguno, creo que lo que más me dolía, era el, ¿corazón?.
  Decidí dejar de pensar tanto, o al menos intentar dejar de hacerlo, y volví hacia donde había dejado el auto.
  Rin ya no estaba...
  Por un segundo creí que estaría ahí esperandome, pero no fue así, subí al auto y mi vista fue hacia el espejo retrovisor del auto y notó una larga cabellera castaña, lo reconoció al instante.
  Se giró y vió al cuerpo de Rin hechado en el sillón trasero, estaba...durmiendo
  Se veía como una princesa durmiendo placidamente en su sueño de belleza, no, de hecho, ella era una princesa, no sólo durmiendo.
  Encendió el auto y condució lo más lento y tranquilo posible para no despertarla. Al llegar se bajó y la cargó con la mayor delicadeza posible.
  Observó su rostro con detenimiento, su piel blanca y suave, sus pestañas largas y coquetas, tenía los labios bien formados, con un color natural rosa clarito, ella...
- Es Perfecta- para él lo era...
Cada vez que la observaba, cada vez que tenía el placer de observar su bella sonrisa, no tenía duda de ello.
  Suspiró... Y entró a la casa, subió las escaleras que daba a su habitación y la dejó suavemente en la cama. Se sentó a su lado para poder contemplarla mejor.
  No quería dejarla, quería quedarse un tiempo más con ella, el sólo hecho de poder verla plácidamente le bastaba.
  Soltó otro gran suspiro, y se levantó.
  Se dispuso a caminar, fuera de la habitación, y sintió como una mano lo agarraba del saco, por detrás...
- N-no te vayas - Rin se sentó en la cama y reforzó su agarre.

                       ~Narra Rin~

  -Esta era mi oportunidad - se ánimo a sí misma en sus pensamientos, tal vez aún podía enmendar mi error
  - Sesshomaru, yo...
-Ya has dicho todo lo que tenías que decir, y ya no soy capaz de escuchar nada más - díjo sin voltear a verla - con lo que escuché es suficiente - el tono de voz con el que hablaba era cada vez más decaído...
  - ¡Lo que dije era todo lo contrario a lo que sentía! - solté alzando la voz, necesitaba arreglar esto, sino, no podré vivir con ello.
  No obtuve respuesta, el silencio era demaciado perturbador, bajé la cabeza de los nervios, y mis ojos se abrieron grandemente al observar la mano de Sesshomaru herida, y con rastros de sangres secos, marcando camino por todo su mano.
- ¿¿Qué te ha pasado?? - me levanté rápidamente totalmente asustada y sorprendida y tomé una de manos.
  Tenía las manos muy dañadas, pareciera que estuvo golpeando cosas de varios puñetazos
- P-por mi cu-culpa- no pude controlarme, la culpa que comencé a sentir era tan pesada. Caí sentada al suelo y fue ahí cuando varias lágrimas comenzarón a correr por mi rostro, sin control.
- Lo si-sient-o - comencé a decir una y otra vez sollozando - n-no era mi intención la-lastimar-te - recosté mi frente por su mano y seguí llorando. Lo último que quería era que se lastimara por mi culpa.
- Silencio - sentí cómo se agachó a mi altura y con ambas manos me agarró del rostro, haciendo que lo mirará.
- Eres una niña muy llorona - mi corazón dió un vuelco, acercó su rostro al mío y sus labios besarón mi frente.
Sus manos comenzarón a limpiar mis lágrimas suavemente, pero yo no podía dejar de llorar.
- No llores - me dijo suavemente, sus ojos dorados me miraban tan fija y suavemente, mientras sus manos seguían secando cada lagríma que intentaba bañar mi rostro.
- Nunca conocí a alguién tan llorona y sensible - una pequeña risa salió de sus labios - y a la vez tan pura y preciosa - esas palabras me llegarón y conmovierón hasta el más fondo de mi todo mi ser.
  ¿Cómo puede tratarme así? Lo he lastimado rechazandolo.
  El siempre fue de esos chicos fríos, que nunca muestra ningún tipo de sentimientos a nadie, sin embargo, cónmigo si se mostró, y sólo fue porque de verdad siente algo por mí.
  Y yo lo único que supe hacer fue, apuñalarlo y dañarlo.
  Estoy segura que a las personas frías les cuesta mucho aceptar el hecho de sentir algún tipo de sentimiento hacía una persona, ya que a estás lo que más le dominan es su orgullo, pero él, dejo eso de lado y lo hizo, por mí
- Lo siento - dije una vez más, me sentía culpable.
- "Lo siento" ya me cansé de escuchar eso - díjo algo aturdido - ¿no sabes decir otra cosa? - me agarró del mentón
- Cómo... ¿Te amo? - Susurro, con una media sonrisa en el rostro

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Y ¡BUM!
  Hasta aquí os dejo el capítulo de hoy...
  Espero que sea de su agrado, lo único que deseo es que lo disfrutéis (^-^)
  Si te gusto apoyame con tu voto >☆< y no olvides comentarme que tal te parecio.
  Si crees que deba mejorar en algo, tienes abierto el espacio para opinar.

🌻 Os deseo una linda tarde/noche

¡Hasta el Próximo cap.!
 

 Mi Guarda espaldas |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora