5. Mí Familia

622 82 40
                                    

Han pasado unas horas, ya habíamos almorzado y casi se hace de noche, así que es como un almuerzo/cena. Sobre la comida, ¡la verdad si me gusto mucho! Fue comida china, admito que me costó utilizar los palillos, pero cuando Jack no me veía solo tomé una cuchara y empecé a comer con naturalidad.

Nos reunimos en la sala, simplemente para hablar sobre cualquier tontería que se nos pasara por la mente.

-Iré a darme un baño -Mencioné decidida mientras me levantaba del sillón.

-Sí, ya apestas -Bromea él acariciando al canino en sus piernas, yo ruedo los ojos con disgusto.

-¡El que apestas eres tú!, yo al menos no tengo pelo de perro en mi ropa -Dije haciendo una mueca de asco y él me tiró un cojín en la cara, se lo regresé y solo lo atrapó mirándome victorioso.

No tengo absolutamente nada en contra del cachorro pero si él quiere guerra, guerra tendrá.

Bieeen. Creo que el corrientazo hizo que me volviera loca ¡Ahora le estoy proponiendo guerra a un perro! Me urge un psicólogo.

Le saqué la lengua y solo me retiré del lugar. Subí las escaleras hasta el segundo piso y entre a mi habitación, comencé a desnudarme y me cubrí rápidamente con la toalla, abrí la puerta y asomé mi cabeza para ver si no había "muros en la costa", el pasillo se encontraba vacío, así que procedí a caminar sigilosamente hasta dar con la puerta de el baño.

-Creo que es más grande que mi cuarto -Murmuré para mi misma cerrando la puerta detrás de mí, con una cola negra que tenía en mi muñeca amarre mi cabello en un moño desordenado para no mojarlo, me quité la toalla y procedí a entrar a la regadera. El agua hizo contacto con mi piel,y joder, estaba bien fría, me dio un escalofrío fuerte que me hizo jadear y retroceder por segundos, luego tomé fuerza y volví a entrar haciendo muecas y mojando poco a poco cada parte de mi cuerpo hasta estar empapada.

Empecé a enjabonarme con delicadeza. Al pasar por mi cintura noté algo raro, ¿Es una mancha acaso? Pasé el jabón con un poco de fuerza cubriéndolo con espuma completamente. Al ya estar totalmente cubierta empecé a quitármelo con el agua.

"Toc, toc"

-¡No te atrevas a abrir esa jodida puerta! -Advertí al instante y me quedé petrificada, sé perfectamente quién es y no dudare en tirarle el jabón en la cara si se atreve a entrar.

Escuché una pequeña risita por su parte-Tranquila, fiera. Sólo te quería decir que deje las bolsas con tu ropa en tu habitación -Aclaró y yo solté un suspiro.

-Esta bien, adiós -Dije con la intención de que se apartara de la puerta, porque la verdad no se de que era capaz este chico. Me quedé unos segundos en silencio para comprobar que se había ido y bueno, creo que sí.

Terminé de bañarme y estiré mi brazo para alcanzar la toalla, la tomé y la atraje hacia mi para secarme, al pasar por mi cintura miro un punto exacto con sorpresa. ¡Oye, eso no es una mancha!

-¿¡Un tatuaje!? -Chillé con asombro mirándolo más detenidamente, es una rosa roja, para ser sincera estaba hermosa-¿Pero qué demonios? -Revisé mi cuerpo con más atención en busca de otro que estuviera escondido y suspiré con alivio al no encontrarlo. Bueno, al menos no está en un lugar más descubierto.

No estoy en contra de los tatuajes desde mi posición, pero, wow, encontrarme con uno plasmado en mi cuerpo me daba algo de nervios. Sólo sentía miedo y algo de sorpresa ¿tener muchos piquetes para plasmar esa obra de arte en mi piel por siempre? Nah, paso, me quedo con los tatuajes enjuagables de los chicles.

¿Cómo no pude darme cuenta en el hospital? Aunque pensándolo bien, cuando me estaba duchando en ese lugar casi quería arrancar mi piel de lo sucia que me sentía.

Te Recordaré |Venganza Y Avaricia: Dos Cosas Que No Deben Juntarse| (LIBRO 1)Where stories live. Discover now