27. El Peso De La Culpa

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La había juzgado, desconfié de ella luego de tener una muy buena idea sobre su persona, que había sido tan buena conmigo y yo con mis malditas inseguridades no pude solo quedarme con aquel pensamiento positivo...

Porque aquí, ella también había sido una pobre victima del horrible juego de Víctor

—¡La mataste, jodido imbécil, la mataste!—Repetía en un tono histérico mientras forcejeaba con aquella cadenas

—¡Cállate, cállate!

—¡No lo haré, no te lo mereces, siente la culpa de tus acciones, idiota!—Grité con ira, me miró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y mi cerebro inevitablemente se bloqueó ¿qué demonios?, empezó a lagrimear mientras llevaba las manos a su cabeza, era todo un manojo de emociones sin duda alguna


Victor Derricks

¿Qué demonios había hecho?, soy un imbécil, un jodido imbécil

Mi pequeña flor, mi hermosa protegida, tenía dos balas incrustadas en su cuerpo, dos balas que tenían mi nombre en ellas

Dando vueltas y divagando entre mil pensamientos mientras le gritaba a mis hombres que llamaran a una ambulancia recordé cuando había llegado, tan inocente a buscar en mi la seguridad que reiteradas veces me había dicho que le hacia falta


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Mientras terminaba con aquel atareado papeleo de aquella oficina tan estresante, oí su dulce voz en el pasillo, inevitablemente no pude evitar sonreír, esta chica estaba llena de sorpresas

—¡Muchachos!, ¿cómo estas?—Cuestionó a lo que aquellos solo respondieron de manera amable y positiva, como claramente se los había ordenado—¿Saben dónde esta mi hermano?, quiero hablar con él—Pidió a lo que yo me aproximé a hacer mi entrada triunfal

—Hola pequeña—Apodé cariñosamente mientras sonreía, ella rápidamente se aproximó a donde estaba y me abrazo, la apreté entre mis brazos mientras reía nasalmente ante su expresión tan tierna—¿Ocurre algo?

—Kris desapareció, Víc, estoy muy preocupada—Me informó haciendo que un pequeño nudo en mi estómago se formara, se notaba tan asustada y fatigada por aquella noticia que en cierto punto sentí... Simple alegría. Amaba a mi hermana, pero no arruinaría mis planes en lo absoluto, ni ella ni nadie

—¿Oh, de verdad?—Pregunté con una pequeña preocupación fingida—No te preocupes pequeña, quizá solo quiso pasar un rato sola—Excusé mientras me encogía de hombros y acariciaba su melena rojiza con cuidado

—¿En su cumpleaños?—Cuestionó haciendo un puchero, acaricié su mejilla y haciendo una pequeña mueca hice el mismo puchero para hacerla reír un poco, cosa que logré sin duda alguna—Hablo enserio, tonto—Protestó dándome un pequeño golpe en el brazo—En verdad estoy muy preocupada, Jackson llegó pálido y asustado, lo deje hecho un mar de lágrimas—Me explicó a lo que yo solo asentí mientras reía a carcajadas internamente. ¿Entonces era el cumpleaños de la Reina Roja, eh?, bien, le daría un pequeño regalo, quizá un rato con aquel mugroso la despejaría un poco y aliviaría mis pecados

—Escucha nena, todo va a estar bien, ok?, te lo prometo—Aseguré con una sonrisa tranquila mientras me separaba un poco de ella y me estiraba un poco—¿Qué te parece si te relajas un rato?, puedes ir y relajarte un rato en la piscina, pídele lo que gustes a Marta, y ella te lo llevará enseguida—Ofrecí desordenando mi cabello y tomando unos papeles en mis manos—Así me das un poco de tiempo para terminar este trabajo y luego hacemos lo que quieras. Vamos a buscar a Kris si eso te calma o que sé yo—Murmuré con algo de desinterés

Te Recordaré |Venganza Y Avaricia: Dos Cosas Que No Deben Juntarse| (LIBRO 1)Where stories live. Discover now