9. Los Nervios de Kris

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Mis ojos reflejaban el fuego que desprendía la fogata en frente de nosotros, este ardía sin parar. Simplemente me encantaban los pequeños sonidos que hacía la leña mientras se quemaba, y el calor tan amigable que esta proveía. Nos encontrábamos afuera de la cabaña, para ser más exactos detrás de ella, al lado del bosque sin fin y abajo de el hermoso cielo lleno de estrellas que esta noche nos estaba regalando.

Ya habíamos comido los suficientes malvaviscos como para asegurar que ya no nos entraba ni una gota de agua, estoy cien por ciento satisfecha y él lo nota cuando suelto aquel gran suspiro lleno de tranquilidad, cerré los ojos y me dejé llevar un momento por los sonidos del bosque, los animales, grillos, un lago que se escucha cerca, todo era maravilloso, la naturaleza en su máxima expresión.

—¿Cómo te sientes?—Me preguntó en un susurro con una voz ronca que hizo que me dieran escalofríos por todo el cuerpo. Yo aún estaba con los ojos cerrados, permanecí así por al menos veinte segundos más y abrí los ojos, le dediqué una mirada pasiva y amable, pero él estaba concentrado otra vez en las llamas, aunque después de unos segundos volteó otra vez, logrando cortarme la respiración.

Se ve tan bien...

Su cara parece estar dividida en dos partes, dos facetas. La primera, era iluminada por las llamas del fuego que ardía sin parar, reflejando una luz tenue y haciéndolo ver tan... tan sexy y, literalmente "ardiente" Joder, me cuesta un poco admitirlo.

La otra parte, al contrario, estaba levemente iluminada por la luz de la luna, lo cual al parecer le favorece bastante, pero con esta luz se ve tan tranquilo y seguro de si mismo, daba un aura de bastante confianza, y aún así seguía luciendo guapo.

Torcí el gesto y formé una pequeña sonrisa tímida, ¿Cúanto tiempo lo estuve mirando?, inevitablemente un pequeño sonrojo apareció en mis mejillas, bajé la cabeza y tomé una bocanada de aire ¡Venga, no puedo quedar como idiota!

—Eh, pues, me siento mucho mejor, gracias—Le contesté en un murmuro, aquello era lo mejor que podía decir en mi estado de shock mientras que apartaba la mirada al suelo, luego sentí un peso en mi espalda, ugh, estoy muy cansada, solté un bostezo y me estiré levemente con pereza.

—¿Qué tal si vamos a dormir?

—¿A dormir?, ¿ya tienes sueño?—Le pregunté en un tono de burla. Lo miré de reojo, él si tenía su mirada fija en mí.

—Sip, y tú también—Me aclaró acortando la distancia entre nosotros y abrazándome de lado, automáticamente sentí mis mejillas arder otra vez, ¡esta muy cerca! Pude sentir su respiración en mi cuello, es calmada, y probablemente se esta riendo de mi mentalmente de mi, digo probablemente porque yo baje la vista de inmediato y no quería verlo, mi corazón estaba latiendo con rapidez y sentía como casi se me salía del pecho, lo sé, muy dramático me salió, denme el Oscar a mejor dramático del año antes de que se detenga y me de un paro cardíaco.

—¿Estas nerviosa, Kristal?—Me pregunta con un tono provocador, Dios no puedo con tanto, me estoy derritiendo, eso al menos hasta que escucho una risita de su parte, levanté la cabeza rápidamente y lo miré, mi cara estaba ardiendo, pero lo enfrenté sin más. Él al ver aquella expresión nerviosa en mí, sonrió con cariño—Siempre haz sido así. Literalmente parece que siempre estas nerviosa, Kris—Me dice en un tono divertido—Tranquila, esta bien, solo bromeo, linda. Ven, vamos a dormir, manzanita—Me vuelve a decir mientras que me levanta con su brazo. ¿Otro apodo? Vaya, aunque prefiero eso a que se burle de mí por ser sensible ante sus actos.

Uf, menos mal. Sentí como la presión empieza a bajar poco a poco, mis mejillas pierden poco a poco el ardor y volví a la normalidad cuando entramos a la habitación. Lo cual me hace pensar en algunas cosas...

Te Recordaré |Venganza Y Avaricia: Dos Cosas Que No Deben Juntarse| (LIBRO 1)Where stories live. Discover now