10.Caminos de Oscuridad

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Una molesta luz choca contra mi ojo haciendo que frunza levemente el ceño, aún con los parpados pesados hago un gran esfuerzo para abrirlos, y eh aquí algo irónico.

Toda la jodida habitación esta a oscuras, y el rayo de sol no pudo posarse en mi cabello, ni en mi pierna, ni en mi pecho. Si no en mi ojo, despertándome de mi hermoso y profundo trance. ¿Qué suerte la mía, no?.

Hago una mueca de fastidio y suelto un bostezo, miro de reojo a mi brazo izquierdo y ella aun sigue ahí, tranquila y serena, al parecer disfruto tanto de la comodidad que ni se inmuto a moverse, bueno, no es que yo lo hubiese hecho...

Sonrió al ver que también hace una mueca ya que el pequeño rayo choca un poco con su ojo, se ve tan tierna. Relamo mis labios y luego de admirarla por al menos dos minutos más, la acomodo poco a poco en su lugar nuevamente, eh de admitir que hace una mueca de disgusto al haberle quitado aquella comodidad, pero luego de unos segundos bosteza y ella misma se acomoda agusta, la cubro un poco con las cobijas y le dejo un beso en la frente.

Me estiro y inevitablemente suelto otro bostezo. A un paso perezoso me dirijo al baño a cepillar mis dientes y lo que me encuentro me hace reír un poco, su vestido y su... Sostén

—Kristal, Kristal, Kristal... ¿Qué voy a hacer contigo?—Murmuró en un tono algo bajo pero con una pizca de diversión, niego levemente mientras que dejo escapar una risa. Termino tomando aquellas "prendas" para colocarlas en el tanque del retrete, ahí quizá estarían mejor. Me cepillo los dientes y pienso en tomar una ducha, pero termino por descartar aquella idea al imaginar si aquella pequeña pelirroja llega a despertar en un momento no tan oportuno para ambos, mejor para después.

Salgo del baño y puedo ver como se a movido un poco, esto porque la cama parece un nido de pájaros, las almohadas están esparcidas por toda la cama, y las sabanas están totalmente revueltas. Sonrió, tomo mi camiseta, me la pongo y me dispongo a salir de la habitación, cerrando la puerta con delicadeza detrás de mí.

Suspiro y me estiro un poco, empezando a pesar que demonios hacer por mi vida, y en ese momento, mi estomago gruño indicándome exactamente que hacer. Comer, pero comer implica cocinar...

No es que no sepa, la verdad si pero, tengo tanta pero tanta pereza que creo que un cereal justo ahora seria como una bendición. Ya decidido me encamino hasta la cocina y abro una alacena, al no encontrar al tan codiciado cereal termino por abrir la siguiente. Y ahí estaba, el hermoso cereal de chocolate que tanto amaba, es mi favorito desde niño y no a dejado de serlo obviamente, aun recuerdo los escándalos que armaba cuando mamá no me compraba el indicado, le reclamaba y le repetía mil y un veces que solo ese era el que me gustaba, y ahora pues termino comprándolo yo.

Saco la caja y luego un tazón junto con una cucharilla, lo lleno lo suficiente y busco algo de leche en el refrigerador, le coloco la cantidad necesaria y admiro como esta se tiñe un poco ante el cereal. Recuerdo que Kristal colocaba primero la leche y luego el cereal, eso si era totalmente desubicado y tuvimos cientos de discusiones sobre el orden en el que las cosas se tenían que hacer, al final terminábamos comiendo mientras veíamos la TV y nos olvidamos de todo

Luego de dar el primer bocado miré a través de la ventana, el clima era agradable a simple vista y parecía que seria un día soleado, perfecto para pasarlo en la cabaña... A pesar de que deseaba que fuera así lamentablemente tenía cosas que hacer en la ciudad, cosas como hablar con Karla Derricks, comprarle algunas medicinas faltantes a Kristal, volver con Apolo mi pequeño cachorro al cual ya hecho de menos, y tal vez darle una visita sorpresa a mi madre por su empresa, tal vez podría ayudarme y aconsejarme, después de todo, es mi madre ¿y quién mejor que ella para aconsejarme en ciertas dudas que me molestan un poco?

Te Recordaré |Venganza Y Avaricia: Dos Cosas Que No Deben Juntarse| (LIBRO 1)Where stories live. Discover now