J-Sisters / MiSaMo

I wanna be like you

Habían pasado ya algunos meses desde que Momo y Sana estaban entrenando en la JYP, Mina ya no podía ver a ninguna de sus hermanas en la escuela debido a que Momo ya no necesitaba asistir y Sana debió cambiarse de escuela.

La separación no era total, cada fin de semana hacían una videollamada familiar, a pesar de que el par de hermanas estuviera muy cansada a veces, ellas podían hacerse el tiempo para hablar con su familia. Y para qué engañarnos, Mina era la más emocionada en hablar con ellas, les hacía todo tipo de preguntas de las cuales las respuesta anotaba en su cuaderno, una vez más, todo era un aporte.

Aun así la pequeña se sentía sola en casa, podía salir ocacionalmente con Chaeyoung o con sus tías durante la semana, pero no era para nada similar a sus hermanas. Jihyo se apenaba de verla a veces dormir en la habitación que antes ocupaban sus hijas mayores, como prefería pasar las tardes ahí para mayor comodidad, llevaba su computadora hasta allá y se había transformado practicamente en su segunda habitación.

A Daniel no le gustaba ver a su bebé así, desmotivada y algo triste, le estaba costando un poco adaptarse al nuevo sistema de la casa. Una vez más Daniel pidió a Jihyo ese deseo que traía hace bastante, uno que compartía con Mina a decir verdad. Fueron semanas de insistencia, Jihyo parecía no querer ceder, pero Daniel comentó la idea frente a Mina y ante esos ojitos no se puede resistir.

Estaban en camino al lugar, Mina emocionada viendo por la ventana y agitando sus pies de emoción, sus padres completamente encantados con aquella actitud y bella sonrisa. Entraron al sitio y Mina se encontró casi de frente con lo que sería el nuevo integrante de la familia.

-Quiero ese- Señaló al lindo perrito.

-¿Ese?- Jihyo lo vio con recelo- ¿Qué crees?- Habló a Daniel- ¿Crecerá mucho?

-No lo creo- Daniel se acercó al animalito- O al menos no lo parece

-Es precioso- Mina se acercó al perro acariciando su cabeza- Por favor, mamá~

Entre los ojos de Daniel, Mina y el cachorro, Jihyo no pudo hacer más que ceder ante lo suplicante que se veían los tres. A Jihyo le gustan los perros, pero postergaba la idea por la alergia de Momo y porque consideraba que terminaría ella por hacerse cargo del animal, pero Mina es una chica responsable.

Jihyo estaba firmando los papeles y Mina la expectaba sonriente.

-¡Wow! Pequeña ¿Estás bien?- Habló la encargada del refugio.

Jihyo volteó con el seño fruncido a ver a Mina, quien inesperadamente estaba sangrando por la nariz. Daniel la llevó a un baño para ayudarla y Jihyo no podía hacer más que reir de la curiosa situación, solo una hija suya podía estar tan feliz y emocionada para sangrar por la nariz.

Ray era el nombre del nuevo miembro de la familia Kang, parecía que nació para estar entre los brazos de Mina que se había negado rotundamente a soltarlo desde que llegaron al hogar. Resultó ser un perro bastante tranquilo, amoldado a la personalidad de Mina, Jihyo consideraba que no había sido una mala idea y Daniel se sentía orgulloso de haberlo logrado.

Cierto día, Daniel salió al supermercado a hacer las compras de la casa dejando a Jihyo, Mina y Ray en el hogar. El perrito de a poco se iba ganando el aprecio de Jihyo, se recostaba junto a ella para ver televisión y le colocaba esos lindos ojitos que rogaban por un poco de cariño. Mina llegó y se sentó también junto a su mascota, viendolo de inmediato agitar su colita y comenzar a intentar ganar su atención, Jihyo sonrió con ternura.

-Creo que encontró su lugar en el mundo, mira que feliz está- El cachorro se dejaba acariciar el estómago por Mina.

-¿Cómo es que un perro sepa mejor que yo lo que hace en el mundo?- Mina murmuró, pero Jihyo alcanzó a oirla.

-Hey... no te presiones- Acarició la mejilla de la menor- Ese tipo de preguntas solo las puedes responder con el paso del tiempo, de a poco descubrirás qué te gusta y por qué estás aquí, y mientras seas feliz y una buena chica, yo estaré conforme con lo que escojas

-¿Estás segura? ¿Y si te decepciono? ¿Y si papá se entristece?

-Mina, Mina, Mina...- La menor lucía angustiada- Bebé, no hay forma en la que me decepciones, quizás estaré muy preocupada por ti, pero mientras seas una buena persona que muestre los valores que te hemos inculcado, es imposible que me decepciones

-A veces creo no lograrlo- Suspiró Mina frustrada- Soy egoista, me enfado con facilidad, me gusta tener el control de las cosas, odio cuando no me hacen caso, me gusta mucho la atención, no puedo disimular cuando algo no me gusta y así... solo defectos y más defectos

-Bebé, ¿Crees que un perrito tan intuitivo como Ray se dejaría querer por alguien así?- El animal miraba con admiración a Mina- Eres una maravilla de persona, te pareces a mí en muchas cosas ¿Sabes? A veces tampoco puedo evitar querer tener el control de algo, o imponer mi idea por sobre la de el resto, me enfado mucho cuando estas cosas suceden

-¿En serio?

-¡Claro que sí! Soy una persona

-Pero eres la mejor persona del mundo...- Jihyo soltó una risita.

-No es cierto... pero gracias por el cumplido, mi punto es... que de a poco todo eso se va superando y encuentras una mejor forma de aplicarlo- Mina la vio curiosa- Verás, en la editorial necesito tomar decisiones y dirigir gente de buena forma, es una buena forma de descargar ese defecto que tengo y aprender a lidear con él, entonces deja de ser un defecto y pasa a ser una cualidad, no por nada Nayeon me dio la confianza para hacerme cargo de lo que hago

-¿Entonces hay una forma en la que mis defectos puedan ser cualidades?

-Hum... puedes ser egoista con tus convicciones, puedes enfadarte con facilidad ante la injusticia, puedes tener el control sobre las cosas que emprendas, si te molesta cuando alguien no te hace caso, es que a veces realmente quieres lo mejor para una persona- Jihyo la vio con ternura- Solo debes cuidar que estas cosas no te consuman, pero lograrás hacerlo

Se quedaron un momento en silencio, Mina reflexionando y viendo como Ray de a poco caía dormido ante las caricias.

-Mamá

-¿Hum?

-De grande quiero ser como tú

Jihyo sonrió brillantemente y agarró por la fuerza a su hija para envolverla en un gran abrazo y esos efusivos besos que últimamente ya no le daba, Mina soltaba algunas risitas por las coaquillas mientras se intentaba separar de la mayor, Ray despertó y participaba de la sesión de cariños a Mina.

-Te amo, Mina