La chica de la sonrisa triste, eso fue lo primero qué pensé al verla ahí totalmente callada, siempre sin palabras. Ella no se hacía notar, pero, su hermosa belleza la delataba. Es el instrumento que me gustaría tocar, la musa qué me inspira a escrib...
«Te veré mañana, Annie, en descanso de la segunda hora». Eso dijo Armin ayer, no podía aún procesar las emociones de ese momento, por ende no pensé en ello hasta ahora: al verlo ahí sentado, con sus pantalones vaqueros, y su camisa de cuadros.
Narra Annie:
Esos ojos, realmente hermosos. Tengo miedo, siento como el pecho sigue pulsando tan deprisa, como si fuese a estallar de solo observarlo en esta distancia: a unos metros, escondida en detrás de la pared con una mano sujetando mi muñeca derecha.
—«¡Es absurdo!, ¡él tiene qué saber...! Lo que siento!»—. Suspiro mientras camino, trato de controlar mis exaltaciones, mis propios miedos.
Sin pensar más, reaccionan mis piernas, tomo camino a su dirección.
—Armin—digo en voz baja, mientras me siento a su lado, en el banquillo desocupado.
—Annie, luces linda—dice tranquilo, al mirarme—. Me gustas más con el cabello suelto—acaricia las puntas, y me paralizo.
Siento el calor en mi rostro, pero, se siente bien. Es la primera vez, qué me siento cómoda junto a alguien que no sea mi hermano. Es agradable.
Armin, parece estar concentrado en mirar un libro, que posee en manos, al mismo tiempo me mira, como si tratara de organizar sus ideas para hablarme de aquello.
—¿Eres buena en Matemáticas?—Pregunta al fin.
—Sí—, afirmó desconcertada.
—¡Excelente!—Sonríe:—resulta qué yo soy un tonto ahí. Pero si te conviertes en mi tutora, sé que mejoraré mis notas. Annie, ¿me ayudarías?
—Sí.— Vuelvo a afirmar, aún no me acostumbro a hablar en público.
Armin acaricia mi mentón, y se acerca lentamente, nuevamente aquel sentimiento de... ¿Miedo?, ¿temor? No lo sé, pero me asusta no saberlo.
—¡Hey! ¡Armin!—Escuchó a Hitch, llamar.
—No te sobrepases con Annie, aún es temerosa.—Hitch, le lanza una mirada casi mortal a Armin.
Armin, me suelta el mentón, y entrelaza sus manos en aquel libro, para saludar a Hitch. Mientras aún conservo la estabilidad en mi corazón exaltado por su hermosura al tomarme como si fuese suya.
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Tuve que separarme de Armin, puesto qué las clases comenzaban. Mis ideas seguían clavadas en él. ¿Por qué?, no me abandona los pensamientos. Y a la salida, nos iremos juntos a casa.
Sigo siendo temerosa a las personas, me cuesta confiar en ellas, no logro distinguir cuando mienten, pero, él siempre se muestra honesto. Por lo que sin darme cuenta confió en él, y esperó que de igual manera pueda confiar en mí. Presiento que ambos podemos seguir ayudándonos mutuamente.
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Mil disculpas qué sea tan corto, es que por ahora estoy planeando como se desarrollará mejor.
