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Armin caminaba pensativo por los pasillos de la Universidad de Woltoon, ahí tuvo una sensación extraña ya qué su exnovia lo había invitado a su fiesta de cumpleaños en la Caverna de Liverpool. En realidad quería negarse, y, sin embargo, no pudo al ver los ojos de la pelinegra llena de felicidad. Armin, prefirió qué lo mejor era ir junto a Annie, algo extraño qué al mismo tiempo desechó, puesto que corrían rumores de qué él, solo estaba con Annie por despecho de Mikasa. Aquello encajaría, por lo que prefirió mejor asistir solo.

  Una vez llegado al salón de literatura—donde es el grupo de apoyo juvenil—, Armin se sorprendió al ver más alumnos de lo normal. Eran aproximadamente treinta y uno; entre ellos, él buscaba a Annie. A lo lejos vio una rubia de baja estatura, cerca de otra alumna de pecas, un poco alta, de cabellos negros, aquella le dio un beso ligeramente a la rubia, qué se encontraba de espaldas cercas del escritorio del ausente psicólogo Erwin. 

  Armin abrió los ojos sorprendidos, y velozmente fue hacia ellas, pero se detuvo cuando aquella rubia se giró y notó qué no era Annie, era otra joven de aspecto sereno. Armin suspiro de alivio, y se río internamente por haber creído qué era su novia. 

    —Armin ¿cierto?—Preguntó un chico pelirrojo. Aquel tenía el cabello acomodado como un remolino hacia la izquierda, y llevaba un traje de vestir, ya qué era contador.  

    —Sí, ¿y tú?—Afirmó y preguntó extrañado. 

    —Me llamo Floch—le extendió la mano:—soy fan de tu padre: Peter Arlet, un gran novelista. 

    —Armin sonrío:—Gracias, se lo haré saber.—E igual respondió a aquel saludo.

  Pronto Floch se fue con otros colegas. Armin se quedó de pie, mirando el panorama: todos se encontraban en grupos de cuatro o siete personas en círculo, cada uno mantenía una conversación de acuerdo a su grado, y carrera, etc. Las sillas se encontraban sincronizadas con las personas qué mantenían las pláticas. 

  Annie llegó al fin al aula, e igual se sorprendió a ver a tantas personas. Se llevó sus manos a su impermeable. Parpadeo un poco más de lo normal—eran tics—, le ocurría cuando veía o conocía personas nuevas. Cuando vio a Armin conversando con unos chicos al frente, pudo distinguirlo desde atrás por su corte de cabello.

  Con un poco de temor cruzó entre las personas, y llegó hasta él, le tocó el hombro despacio. Armin volteó, y al mirarla sonrío:—Ya llegaste—, dijo con una sonrisa. Armin le depositó un beso en la mejilla derecha. Quería besarla en los labios, pero la falta de privacidad y pena se lo impidió. 

    —Chicos, ella es mi novia Annie—, la rodeo con su brazo izquierdo para dar a entender qué no se encontraba disponible.—Annie, ellos son: Denny Campell de Filosofía—señaló: a un chico de apariencia serena, con una ropa muy formal, y el cabello de libro abierto, de color castaño.—Él es Jean Kristensen es escritor como tú.

    —Ya nos conocemos—, habló Jean:—Annie y yo compartimos las mismas clases. 

  Armin se sintió ligeramente celoso.

  Aquel pequeño grupo continúo conversando, cuando Erwin llegó al fin. Su rostro se veía cansado, y algo pálido.  

    —Perdonen la demora, chicos, cogí un resfriado y no a mi esposa está mañana—, dijo con una voz claramente mejor qué su rostro. 

    —Creí qué era soltero—, respondió Zeke. 

    —Es un chiste tonto—. Masculló Erwin. 

   Las clases comenzaron, y Armin se sentó junto a Annie, él le tomó la mano a escondidas. Annie, ella se ruborizó. Erwin pasó lista entre los jóvenes, y buscaba sus anotaciones. 

Él soñador y la chica de la mirada vacía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora