VII - Envenenado

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—No dejan de seguirnos...

—Ya lo sé.

Hoseok observó que Taehyung está exudando demasiado veneno y por lo mismo no puede parar de rascarse con la corteza del árbol en el que está trepado. Miró de nuevo a la comitiva vikinga que los está buscando, ellos mismos lo han dicho a gritos.

Han tenido ya... ¿Nueve paradas? Los están persiguiendo con mucha insistencia a saber porqué. Quizá por la especie de Taehyung o bien el color que no es nada común. Por lo regular son de un tono celeste con amarillo. Sin mencionar que Taehyung es el más grande que ha visto de su tipo. Es un premio gordo indudablemente.

—Tenemos que irnos. Posiblemente logre despistarlos y-

—estás cansado de llevarme. —acota, Taehyung negó con la cabeza al mismo tiempo que se restriega uno de sus ojerosos ojos. Miente evidentemente.

—Ha este paso nos van a encontrar y aún peor, a este paso se van a dar cuenta de que cambiamos de forma. Si corren el rumor van a empezar a insistir con cualquier desgraciado al que atrapen.

—ya es un rumor, solo que ninguno es capaz de probarlo porque es asesinado poco después. —tosió lo más callado que pudo. Es raro no sentir que desfallecería en ningún momento y la interrogante seguía en pie.

¿Por qué después de copular se siente bien? O menos enfermo. En teoría debería ser incluso peor por el esfuerzo físico que hacer.

— ¿Entonces que hacemos? —interroga ofuscado por la falta de soluciones.

Hoseok se mordió el labio un instante hasta que se le ocurrió algo. Puede ser muy arriesgado por el estado de ambos. Él, enfermo y posible que se desmaye en cualquier momento; Taehyung agotado y por ende, con menos fuerza de la que puede tener normalmente. Aclaró la garganta y tamborileó las garras en el árbol de grueso y abundante follaje.

—Puedo cantar para dormirlos... Y tú derribes sus naves. Solo ellos nos siguen la pista. Estaremos bien con solo deshacernos de ellos.

— ¿Cómo pretendes cantar lo suficientemente fuerte para que más de ocho barcos te oigan? No puedes acercarte demasiado tampoco. —agrega. En su estima, es más fácil simplemente despistarlos de alguna manera. Perderán la pista, se cansarán, acabarán tomando otro rumbo, lo que sea.

—Deja que yo me preocupe por eso y tú encárgate de que no quede ni uno solo.

...

Perseguir a dos dragones poco comunes es la única motivación que tienen para seguir de manera tan obsesiva a estos. De otro modo ya lo habrían olvidado. Menudo fastidio. Cuando la comitiva en tierra regresó a las embarcaciones con las manos vacías estuvieron bien dispuestos a usar el método de navegación y búsqueda que tienen. Al menos eso querían hasta que ocurrió algo extraño.

Un sonido fuerte, largo y lleno de eco inundó el área con forma favorecedora al eco. El sonido sonaba tan bello que los dejaba en total sopor y euforia inexplicable. Los relajaba hasta el punto que ver al dragón púrpura aterrizar en el navío y lanzar fuego en forma de pequeños y múltiples disparos no los preocupa.

Se recuestan de donde puedan, incluso acostados en la madre mientras esta se quema.

A todos les salpica veneno y no gritan a pesar de ello, de hecho, lo hace aún más felices y plenos sentirlo. Como si va totalmente acorde a esa melodía tan extraña y llena de esperanza.

Hoseok se interrumpió un breve segundo para llenar el pecho de tanto aire cómo es posible y reanudar. Puede ver vagamente a Taehyung causando destrozos en las naves vikingas, algunas ya hundiéndose o de plano bajo el agua con algún cadáver flotando.

Una canción envenenada... Llena de alegría y plenitud a pesar del daño que te hace.

Hoseok y Taehyung son eso. Una bella canción llena de veneno.

La última nave estuvo a poco de seguir a las demás, pero por la longitud del asunto Hoseok apenas pudo mantenerse consciente tras forzarse tanto. Ya no había ningún vikingo en condiciones, cierto, pero la realidad es que precisamente por no estar así dejaron a la vista la manera en que los encontraban.

—Mierda.

Taehyung retrocedió un par de pasos, un dragón grande con mirada perdida le rugió y se lanzó a él de inmediato. Hoseok apenas pudo percatarse de lo que estaba pasando ahí y solo una nota desafinada salió de su hocico.

—Pasan algunas cosas de paso...

Atolondrado creyó haber imaginado la voz fina, sin embargo, que una bola de fuego en tono púrpura impactara de la nada con ese dragón da a pensar lo contrario ¿De donde vino? Literalmente de la nada. Taehyung tomó provecho de esa oportunidad para morder directo al cuello e inyectar o esparcir tanto de su veneno como pudiera. Que fuese muriendo tan rápido como fuera posible.

— ¿D-de donde...?

—con eso bastara... Me desvíe mucho. Los voy a perder. —Pudo notar en una elevación una especie de brillo blanquecino, como si hay un dragón al que le está dando mucho el sol y su escamas no permiten distinguir nada. A pesar de su intento por ir ahí, las patas le fallaron y se desplomó.

Sea quién sea, desapareció en una bola de fuego.

—Va-vámonos de aquí. A cada segundo todo se pone más raro. —balbucea apenas llega Taehyung. Este -enjuagado antes de llevar- chocó su cabeza con la de Hoseok en un gesto cariñoso.

—Eso salió bien.

—supongo que sí, pero ahora tengo mucho sueño.

—Estaremos en otro sitio apenas despiertes.

...

— ¿crees que alguien nos siguió? —asintió vagamente con la cabeza—. No entiendo ¿Cómo nos encuentran tan fácilmente? Estos son otros- También dragones y- Y-ya... ¿Qué hago? —quería llorar, empezaba a desesperarse. Hoseok está empeorando su salud por el viaje continuo, las temperaturas varían, chapuzones y ataques desprevenidos.

—Puedes irte... sin mi...

— ¡No te voy a abandonar! —insiste, aunque Hoseok posiblemente no lo escuchó, luce más muerto que nunca y su respiración tan lenta que bien puede parar en cualquier momento—. No puedo hacer esto solo...

No representa asunto de orgullo, sino el hecho de que no tiene a nadie más aparte de Hoseok para apoyarlo ¿Qué hace? Ha este paso ninguno de los dos podría llegar al mundo secreto.

Poisoned Song | VHope || BOOK 2#Where stories live. Discover now