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El reloj marcaba las nueve y cuarto de la noche, el ambiente era cálido y el bullicio no era el suficiente para perturbar la conversación que Odasaku y Dazai compartían en aquel bar, sentados frente a la barra.

Como siempre, Osamu estaba usando a su mejor amigo como pañuelo de lágrimas y buscaba en él un refugio que no podía encontrar en nadie más.

Ambos llevaban allí un poco más de media hora y con un vaso de whisky entre sus manos, Osamu le contó lo sucedido con Chuuya en la florería.

—Estoy seguro que hay algo detrás, Odasaku—iba ya concluyendo su idea, mientras apoyaba el codo en la barra y su cabeza descansaba en la palma de su mano—Y necesito averiguarlo.

Odasaku no puede evitar sentirse contrariado. Entendía (o trataba) de entender todo el tumulto de emociones que se albergaban en el pecho de su alfa amigo, pero habían cosas que se encontraban fuera de su alcance.

Además, si el mismo Osamu no lo hacía ¿cómo podría entenderlo él?

—¿Estás seguro que quieres poner en riesgo tu relación... por esto?—fue directo. Si bien, no era primera vez que se lo preguntaba en este corto tiempo, aun tenía la pequeña esperanza de que Osamu desistiera de su para nada buen plan y volviera a su vida normal.

Pero Osamu es Osamu y sabe que es difícil de lograr.

Aunque al ver como el menor frunce su labio y desvía su mirada, le hace creer que sí puede lograrlo.

—No lo digas así... Sé que no lo conozco demasiado aun. Pero mi alfa interior lo reconoce y me empuja a querer estar a su lado—vuelve a enfocar su mirada en el mayor y prosigue—No quiero ofenderte, pero sé que para un beta puede ser difícil de entender. Nuestros cuerpos y emociones no trabajan igual.

Oda toma un sorbo de su vaso y le contesta.

—Tienes razón, no entiendo los asuntos de alfas y omegas—consiente—Pero sí hay algo que tengo y es sentido común... No pondría en riesgo mi relación de años por una intuición.

—Odasaku...

—Pero de todas formas—prosiguió—No voy a juzgarte, es tu vida y tu sabes qué haces con ella.

Dazai le miró atento, no sabiendo qué decirle. Oda era el único que podía dejarlo sin palabras.

—Veré que puedo hacer—terminó de decir el mayor.

Osamu se toma un momento antes de decidirse a hablar nuevamente.

—Gracias, Odasaku. Eres el mejor.

Es viernes, el reloj marcaba las seis y treinta de la tarde y el salón de profesores comenzaba a vaciarse acorde los minutos iban pasando, todos yendo hacia sus respectivos destino luego de terminar cada uno sus clases correspondientes

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Es viernes, el reloj marcaba las seis y treinta de la tarde y el salón de profesores comenzaba a vaciarse acorde los minutos iban pasando, todos yendo hacia sus respectivos destino luego de terminar cada uno sus clases correspondientes.

Dime que me quieres - AU!Omegaverse Soukoku (Bungou Stray Dogs)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang