XI

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El viaje en autobús a Tadfield había sido menos agradable para Sherlock de lo que había previsto, el viaje había sido aburrido y solitario. Nada que deducir y el llanto constante de un bebé le había hecho perder la paciencia, a pesar de que ya debería haber estado acostumbrado al llanto de dicho bebé. John al fin había logrado que la pequeña Rosamund se quedara dormida cuando faltaban solo unos minutos para arribar a su destino y Sherlock se vio forzado a sostener a la niña mientras John preguntaba sobre el paradero de la escuela pública del lugar, ya que Sherlock no había podido deducirlo y tampoco había querido acercarse a preguntar a uno de los pre-adolescentes que se agrupaban y sabía se dedicaban a acosar a otros, lo cual era obvio por el tamaño de su estómago, por supuesto.

-¿Por su estómago?- John frunció una ceja mientras recibía a Rosie de vuelta en sus brazos mientras Sherlock la devolvía con velocidad, agradeciéndolo, de verdad le tenía cariño a la niña, pero no le gustaba pasar más del tiempo suficiente con ella, y mucho menos después de la resaca que tenía, por su parte, el padre de la niña, la recibió también con agradecimiento, por diversas razones no le gustaba que Sherlock sostuviera a la pequeña por más tiempo de lo adecuado. 

- ¿De dónde crees que provino esa grasa?- señaló Sherlock en tono explicativo- de todos los almuerzos robados durante los recesos. 

John asintió comprendiendo la explicación que era más obvia que lo habitual y se mantuvo en silencio al igual que su compañero., era verano y por ende la escuela estaba cerrada, los niños disfrutaban del hermoso clima que Tadfield extrañamente tenía, aire fresco y sol que no quemaba demasiado. La escuela era un edificio viejo que entrañaba tiempos antiguos como la misma humanidad, pero que a su manera, a diferencia de casi todas las escuelas, parecía acogedora. El detective no dudó ni un segundo en brincar el muro y escabullirse a la oficina del director, la cual cedió ante el ligero empujón que el hombre le dio. John lo siguió verificando que no había cámaras en el sitio ni nadie que los viera, incluso si estaban a plena luz del día. Todo ese pueblo parecía vivir fuera de tiempo, como si hubiera creado su propia realidad. Los archivos del registro eran físicos y no había ninguna computadora en el lugar, por lo que Sherlock dedujo que el director debía tener la única copia digital en su computadora portátil. Las gabetas de metal y esquinas oxidadas que contenían papeles viejos resultaron más fáciles de verificar de lo que habían pensado porque había pocos niños con apellidos con letras "Y" o "Z", el "Young" no tardó demasiado en aparecer. 

Young, Adam. Tadfield. Año de nacimiento 2004. Sexto Grado. Promedio de 8.95. No problemas en su comportamiento. 

Sherlock suspiró.

- Un chico cualquiera, más que ordinario- John le llamó la atención, mofándose de la situación y la frustración de su amigo, quien se mantuvo en silencio, tomando el folder amarillo con una foto del niño y dirección y siguiendo el camino de vuelta que había seguido al entrar a dicho sitio, ignorando los comentarios de su acompañante.  


- No muy lejos de aquí- el anciano señaló el camino, recordó que no había dado instrucciones desde hacía varios años cuando en un mismo día día dio instrucciones de como llegar al aeropuerto más de dos veces en un par de minutos. 

John agradeció y Sherlock solo dio la vuelta. 

- En este pueblo no nos gustan los escándalos ni los espectáculos, ¿saben? Somos gente decente.

Ambos dieron la vuelta, pero solo John habló, notándose su confusión. 

-¿Perdón?

- Aquí esas blasfemias no son válidas. Si escucho sobre algún escándalo, lo reportaré. 

- Me pregunto como el periódico local sigue aceptando sus notas- Sherlock dijo cuando siguieron el camino que les había sido indicado. 

- No lo entiendo

Sherlock suspiró y dudó en si decirle que el hombre había creído que eran una pareja criando a un bebé que seguramente habrían adoptado, esa era la razón por la que a John no le gustaba que Sherlock sostuviera a la niña, todos solían malinterpretar, decidió que no era necesario y continuaron en silencio hasta llegar a la casa.

- Buscamos a Adam Young- el detective dijo sin introducción ante quien dedujo era el padre del chico de ahora dieciséis años. 

-¿Para qué?- el señor Young exclamó temeroso, no sería la primera vez que Adam se metiera en problemas, pero nunca hasta al grado de involucrar a policías o lo que fuera que fueran esos hombres- yo soy su padre y si se ha metido en algún problema, me aseguraré de que...

- No hay ningún problema- intercedió el médico, intentando tranquilizar al nervioso padre- creemos que el chico podría ayudarnos con algunas de las cosas que los chicos del lugar hacen hoy en día aquí en Tadfield, es para un reportaje en un blog. 

- Bien...- el señor Young se tranquilizó un poco y decidió que era seguro hablar- él está en un campamento con algunos de sus amigos, llegará el domingo por la mañana.


- Maldición- Crowley exclamó

- ¿Qué son dos días cuando han pasado casi cinco años, Crowley?- el ángel le reconfortó- ¿por qué odias tanto a Sherlock?

Crowley suspiró y reflexionó ante dicha idea, no lo sabía realmente,  era algo que muy en el fondo le molestaba, algo familiar que no sabía de donde provenía.



- Nos hospedaremos en la posada del pueblo y volveremos el domingo- John dijo antes de despedirse del hombre.

- Servirá para investigar algo hasta entonces.declaró Sherlock mientras comían algo en el pequeño y hogareño hotel, o al menos John lo hacía. 

- ¿Investigar qué?- John no sabía mucho sobre que los había llevado hasta ese lugar. 

- La desaparición de un recién nacido, y la extraña aparición de otro en este mismo lugar hace dieciséis años. 

John pausó su comida, y miró a Sherlock a los ojos, quien pensaba mirando por la ventana a la distancia, sin probar nada. 

- ¿El señor Young no es padre de Adam?- John dedujo después de algunos minutos en silencio. 

- Eso parece- al detective no le gustaba dar deducciones por adelantado si no tenía al información suficiente, se retiró a la que sería su habitación por esa noche. 

Deducciones Y PresagiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora