『Conflicto por la Basquetbolista.』|✂E-D-I-T-A-N-D-O|

Especial:『Confesión de Amor』

«Escuela Secundaria Teikō»
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“¡Me gustas, senpai!.”
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Llego el día.

En unos instantes se estaba por llevar a cabo la ceremonia de graduación en Teikō. Después de la entrega de diplomas y los sentimentales discursos a los estudiantes que dejaban la academia, los chicos abandonaron el salón de ceremonias para recibir las felicitaciones de sus familiares, saludarse entre ellos y sacarse las últimas fotos de despedida.
El equipo de basket, habían organizado una fiesta de despedida a sus senpais para esta noche, donde sus kōhais junto al resto de sus compañeros estarían reunidos para darles un último saludo.

Sus compañeros, incluyendo a su entrenador. Habían logrado convencer al director del establecimiento su colaboración otorgándole su permiso al equipo para poder usar el gimnasio donde todos se reunían para entrenar. Cada uno de los chicos estaban encargados de algo importante; Akashi se encargaría de la organización del lugar y Kise de la decoración. Aomine junto a Momoi irían por un pastel el cual cortarían al terminar la velada. Murasakibara usaría su experiencia con los dulces para saber cuales deberían comprar y Midorima...bueno el se encargaría de mantener a raya a Murasakibara para que no devorará los dulces antes de que anocheciera. Su amigo Kuroko Tetsuya, y ella se encargarían de los refrescos y los demás se habían ofrecido en llevar alimentos para la velada.

Su mirada estaba fija en los recién graduados, pero cuando su mirada se poso en aquella persona sintió como sus mejillas adquirían aquel característico color rojizo y su pulso aumentaba drásticamente, eso solo podía significar una sola respuesta.

Estaba enamorada, inevitablemente.

Ella no era como las demás chicas— y capaz que nunca lo seria—, no se sonrojaba fácilmente por escuchar cosas bonitas de parte de los chicos o romper el espacio personal, lo cual era inevitable teniendo a Kise Ryōta como compañero, aquel rubio era una máquina de abrazos y al ser un joven modelo que aparecían en las revistas de adolecentes devia ocultar aquél comportamiento un tanto infantil al público. No, ella no era como las demás chicas, incluyendo a Ema, su hermana mayor.

Convivir con hombres te cambiaba drásticamente.

Estuvo indecisa por unos minutos, pensando cual seria su mejor opción; si acercarse y felicitar a esa persona que se encontraba junto con el resto de los graduados o esperar el momento que todas las personas se alejan y llevárselo lejos de los demás para poder tener tiempo a solas con él, pero se notaba a distancias que apenas podría acercarse—literalmente—, el chico era jalado de un lado hacia el otro por profesores y sus propios compañeros para tomar sus últimas fotos como recuerdo.

«Que molesto debe ser» pensó.

Los problemas habían comenzado y eso solo pasa en Japón. Las chicas comenzaron a rodear a los hombres de sus mismo años o a sus mayores con la escusa de pedirles el segundo botón de su uniforme. Algunos chicos accedían a entregárselos, otros se sonrojaban e incluso huían al ver como una avalancha de chicas se les acercaba. Era una costumbre y una forma de que las chicas se acercaran a la persona que les atraía.

Tal vez ella también podría usar la escusa del segundo botón.

A la azabache, aquel tema le traía sin cuidado, si alguien le pedía su botón iba a dárselo, no arruinaría las ilusiones de las personas después de todo...¿quién era ella para no darles un tonto botón?. Mientras caminaba por el campus buscando a esa persona, rogando no encontrarse con alguien conocido.