Capítulo 12

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A/N: Mi inspiración últimamente es como un cable pelado: a veces funciona, a veces no, a veces va a ráfagas. Recemos para que aguante un poco más y me permita acabar este fic pronto.

***

De camino a recoger a Chloe en su piso, Beca piensa en lo raro que es que vaya a tener una cita con la persona que el mundo entero se empeña en señalar como su alma gemela.

Si la situación con sus padres hubiera ido de forma drásticamente diferente y Beca nunca hubiera desarrollado un trauma y todo ese odio y rechazo hacia el reloj que tiene tatuado en la muñeca, lo más probable es que nunca hubiera tenido una cita con Chloe.

Solo una prueba más de lo jodido que está el mundo desde que aparecieron esos malditos relojes.

Cuando sus relojes llegan a cero ante la persona designada, la gente ni se plantean en tomarse las cosas con calma e ir tanteando el terreno hasta que estén completamente convencidos de que su reloj ha tomado la decisión correcta.

No, cada vez es más habitual que haya bodas entre dos personas que apenas han intercambiado cuatro palabras entre ellos. Y es irónico, porque Beca recuerda leer sobre una época en la que los humanos lucharon para acabar precisamente con ese tipo de situaciones.

Vale que las circunstancias eran bastante diferentes porque antes rayaba prácticamente en la explotación infantil y el esclavismo, pero Beca no puede evitar comparar el aspecto más básico: la gente se ha olvidado de que tienen voluntad propia.

Si antes se hablaba del adoctrinamiento de la Iglesia y los seguidores que profesaban su fe ciega hacia Dios, ahora toda esa devoción se ha trasladado a los relojes y las almas gemelas: se acepta que los números plateados marcados sobre sus pieles son lo único cierto y seguro en sus vidas.

Se vende la historia de las almas gemelas como dos personas hechas la una para la otra, para complementarse y completarse, pero el mundo sigue igual de jodido: sigue habiendo asesinos, violadores, estafadores, ladrones, maltratadores.

Y seguro que hay personas dispuestas a pasar el resto de sus vidas con esa gente solo porque un reloj se lo ha dicho, mientras que otros que quizá lo merezcan más pasan su vida entera sin conocer a su alma gemela.

Sinceramente, a Beca lo que más le sorprende es que nadie más piense que todo esto es una auténtica locura.

Se ve obligada a cortar su reflexión al darse cuenta de que está cerca de la ubicación que la pelirroja compartió con ella por mensaje. Sigue el puntito azul de Google Maps hasta el edificio número 6, y cuando prueba a empujar la puerta negra de la entrada, se abre hacia dentro sin problemas.

Sube por las escaleras al primer piso, parando frente a la puerta A. Algo de sonido se filtra a través de la madera: música a un volumen bajo, ruido de personas moviéndose y haciendo cosas, voces en una conversación relajada y amistosa.

Beca se quita el guante de la mano izquierda y golpea los nudillos suavemente contra la madera. Mientras espera, juguetea nerviosamente con la gruesa tela del guante.

Es Aubrey quien responde. Se queda firme en el marco de la puerta, dejando claro que no está invitándola a entrar.

- Beca – dice la rubia a modo de saludo, acompañado con un serio asentimiento.

- Aubrey – responde ella del mismo modo.

Su mirada se desvía automáticamente hacia Chloe, un par de pasos más atrás, enroscándose una bufanda alrededor del cuello. Cuando cruzan miradas, la pelirroja le regala una sonrisa ilusionada.

00:00:00Where stories live. Discover now