Capítulo 13

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A/N: Ser adulto es una mierda.

- Raquel, 2020.

***

En el coche de Chloe de vuelta al campus, la radio a un volumen bajo para no estar en absoluto silencio, Beca se sorprende a sí misma al darse cuenta de que se siente relajada y cómoda en presencia de la pelirroja.

Esta misma situación con cualquier otra persona la habría llenado de ansiedad social, su cerebro funcionando a la velocidad de la luz en busca de un tema, cualquier cosa, sobre la que poder hablar.

Pero aquí, con Chloe canturreando para sí misma la canción de Halsey que Luke ha puesto en WBUJ, Beca no siente urgencia alguna por rellenar el silencio con cualquier idiotez que se le ocurra.

Chloe pone el intermitente izquierdo para coger la salida señalizada de la Universidad de Barden y Beca empieza a sentir en su interior cierta reticencia al pensar en que su tiempo juntas está a punto de acabarse.

Piensa en distraer a Chloe lo suficiente para que se pase la salida y tengan que seguir hasta que encuentren un lado donde poder dar la vuelta.

Piensa en que ojalá se pinche una rueda de forma repentina y tengan que parar y esperar a la grúa porque ninguna de las dos sabe cómo cambiar una rueda.

Piensa en lo raro que es estar pensando en todas estas cosas cuando su tendencia habitual es a estar sola y necesitar estar sola.

Pero el Ford continúa navegando por las calles del campus sin obstáculo alguno y pronto se encuentran en el núcleo central de Barden donde están todos las diferentes facultades y las residencias.

Chloe detiene el coche frente a Baker Hall y Beca observa el edificio desde el interior de la ventanilla. Contiene el suspiro que quiere salir de lo más profundo de su pecho y gira la cabeza hacia la pelirroja.

Solo ahora, cuando sus ojos se cruzan con el azul bebé resplandeciente de Chloe, siente un poco de ansiedad retorcerse en su estómago.

- Gracias por esta noche – dice, su voz algo ronca por el desuso y el tono bajo en que habla, con una sonrisa algo temblorosa en los bordes.

Este es el momento que Beca más odia de las citas, el momento en que hay ciertas expectativas sobre lo que uno tiene que hacer o decir y Beca nunca tiene claro si esas expectativas son compartidas o no.

El miedo a meter la pata y cagarla siempre le paraliza y normalmente tiene que ser la otra persona la que actúe porque Beca no puede.

Pero Chloe responde con su usual dulzura. Como si alguien acabase de volcar un cubo de miel cálida y espesa sobre su cabeza, Beca siente el efecto calmante que Chloe tiene sobre sus nervios y se relaja un poco.

- Gracias a ti por aceptar – responde la pelirroja con calma, aunque sus ojos chisporrotean con picardía –. Me lo he pasado muy bien.

Beca entorna los ojos y ladea la cabeza, bufando.

- Claro que te lo has pasado bien, no has parado de reírte de mí en todo el rato – protesta, pero sin el mordisco habitual que acompañarían la queja si fuera cualquier otra persona, en cualquier otra circunstancia.

Chloe echa la cabeza hacia atrás para soltar una carcajada y Beca siente algo sacudirse en su pecho ante la imagen.

- Aprovecha para reírte – amenaza Beca –, que la próxima vez me encargaré de encontrar algo en lo que te toque sufrir a ti.

La risa de Chloe se corta y su sonrisa se tuerce al mismo tiempo que gira la cabeza en el reposacabezas de su asiento para fijar a Beca con su mirada penetrante, cejas arqueadas con diversión y algo de desafío.

00:00:00Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum