19.- Rosas y novias

1.4K 199 145
                                    

—Te perdiste mi amor y yo, te estaba amando—canto mientras finjo que mi lápiz es un micrófono.

—¿Ha estado así todo el día?—pregunta Tara preocupado.

—No va a ser—contesta Holland aburrido porque no le he dejado salir al recreo para quedarnos encerrados en el salón mientras sigo deprimido porque cuando ya tenía de nuevo la ilusión de hablarle y arreglar todo, le veo sonriendo junto a Rosé, tan felices, y de seguro burlándose de mí a mis espaldas.

—Pero es su prima...—conviene Tara, con una cara de perplejidad.

—Sí, pero como este es medio tonto, piensa que pueden hacer algo.

—Los primos también se pueden casar—rebato, tomando más del yogurt de fresa que me brinda Danna.

—Solo en Manabí.

—Empezaste, Holland—lo reta la morena.

Liam pasa por nuestro lado con Rosé que me mira intrigada como si me conociera de algún lado y yo sumido en mi depresión y el yogurt no se me ocurre nada mejor que decir...

—Ya me cansé de ser buena onda, te voy a decir una mala palabra—me tambaleo para al frente, señalando con mi dedo a mi crush—. Ni en mil maneras de morir, aparece la manera en que yo me muero por ti, chikibeibi.

—¿Acaba de recitar memes?

—Creo que sí—se ríe Danna, sosteniéndome, pero la cara de Liam no tiene precio, me mira sonriendo, uff y recontra uff, se acerca a mí con su prima y me ¡ARREBATA EL YOGURT! ¡MALDITO!

—Deberías dejar de tomar ese yogurt, te hace mal.

Rosé observa la etiqueta y emite un chillido de sorpresa.

—¡Está expirado!

La ignoró y agarro de las manos a Liam, las entrelazo con las mías.

—Ay que bonitas manos—susurro a centímetros de su pecho, siento un escalofrío por parte de él y me río—A ver nalguéame.

Liam se queda en shook, todos se quedan mirándome como si estuviera loco, sin embargo, locamente sus manos se deslizan a mi trasero, dejándome sin aliento, lo aprieta y se muerde los labios para reprimir un gemido, o eso quiero creer yo.

—Dicen que el negro convina con todo, yo soy negro y tú mi todo.

Todos nos quedamos en silencio sin saber que si lo acaba de contar es un chiste o una anécdota, tan incómodos estamos que notamos unos segundos después la sonrisa gigante de Liam.

Es un chiste. Uno muy bueno. Me da risa porque ha sacado al flote una de sus personalidades, le encanta ver memes como yo, es demasiado tierno. Ay, mi corazón ¿por qué juegas así con el mío?

—Ya vamos—insiste Rosé jalando la mano de su primo—Necesitas contarme más sobre tu espléndida novia.

Ahí, es cuando mi corazoncito de tanta felicidad que tenía, se transforma en una masa amorfa.

Deberías ya contarle la verdad, pendejo, dice mi cerebro.

Deberías ya contarle la verdad, pendejo, dice mi cerebro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi primer y último crushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora