Mi primer y último crush

22.- Loser

I AM A LOSER

Me siento muy feliz por el mensaje que me dió la directora, me siento lleno de esperanzas por este nuevo día. Me levanto de mi cama con una sonrisa, me limpió la cara y los dientes, agarro mi maleta y me voy dando saltitos al colegio.

Lo primero que debo hacer es disculparme con mis amigos por mi comportamiento. Se siente como un déja vú por las veces que lo he tenido que hacer, pero el amor que le tengo me deja ciego, que no soy capaz de saber que hacer a continuación. No quiero perder a mis amigos y tampoco quiero perder su amor.

Me acerco a Danna, y la estrecho entre mis brazos, ella se asusta, pero al sentir mi disculpa, se relaja y me devuelve el abrazo. Holland aparece desde el otro lado, hace un puchero y se abalanza hacia nosotros.

—Quiero hacer un último intento.

—Intento... ¿de qué?

—De enamorarlo.

Holland aprieta sus labios, Danna le da un ligero pellizco en sus manos para que me ayude en esta loca idea. Yo sé que no quieren, lo sé, lo siento en mi corazón, sin embargo, ya me he decidido, esta será la última vez que intente llegar a sus sentimientos más profundos y si no lo logro, desistiré de todo.

—Lo has dicho demasiadas veces que no sé si creerte.

—Te lo juro.

—Creamos en él—dice Danna—. Pero, te lo suplico que sea la última vez que te pones de rodillas hacia él. Ya no quiero verte sufrir.

—¿Estás segura?—Holland me señala con el dedo—. Sabes como es. Se vuelve loco al solo verle y nos deja por irse con ese con cara de maní.

—No quiero perderte—Danna se me acerca, me estrecha por los hombros, amarra sus brazos alrededor de mi pecho y gimotea—. No quiero perderte ¿sabes? Eres uno de mis mejores amigos. El mejor—el rubio aclara su garganta—. Eres la persona que siempre ha estado conmigo en mis buenos y malos días. Por ti es que Holland y yo nos hemos vuelto amigos, sin ti, ni siquiera nos hubiéramos hablado.

—Neta ¿me lo juras?

—Te lo juro.

Holland hace una mueca, empuja a Danna de mis brazos y se abalanza hacia mí, besándome toda la cara con sus labios pegajosos. Finjo una arcada, él lo nota y me pega el hombro juguetón.

—Perdonáme ¿oc?—pone su cabeza en el hueco de mi hombro y cuello, oliéndome como si fuera una barra de chocolate—. Perdoname por ser tan malo contigo, por pedirte que eligieras entre nosotros o él. Pero debes entenderme no es nada bonito ver como tu mejor amigo babea por un pendejo que ni lo pela, que es un agresor de primero y solo piensa con su amiguito de abajo.

Le sonrío. Sentirme querido por mis amigos me da más ganas de darle punto final a esta historia. De sentirme realizado cuando me rechace, de saber que le di todo lo que le pude dar porque el amor es ciego y me dejó ciego a mí, espero que pueda entender todos mis sinceros sentimientos.

—¿Y cuál es el plan?—dice Holland sonriendo como si nada hubiera pasado entre los tres.

—El plan es...