30.- El amor no es lindo

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2 meses después

Estos dos meses han sido muy difíciles. He hecho varias actividades como correr después del colegio, empezar a dibujar, tomar fotos en los fines de semanas, salir más con mis amigos a lugares de distracción como el cine.

Liam también ha cambiado, ya no lo ves enojado por los pasillos, sonríe cuando le saludas e intenta dar lo mejor de sí en las clases. Me siento orgulloso de él, pero no le he dicho nada al respecto, le dejé de hablar hace más de tres meses atrás. Mi corazón sigue latiendo cuando le veo de lejos, me encantaría hablarle, sin embargo, no lo haré.

Baekhyun se cambió de colegio y va a terminar su último quimestre con nosotros. Dijo que no se sentía obligado por mí para cambiarse, pero yo creo que sí, se siente culpable por animarme a confesarme y que no haya salido bien. Yo lo entiendo, es normal, no siempre al confesarte te van a decir que sí. Así no funciona el mundo.

Danna se ha recuperado, ya no tiene pensamientos tóxicos, va al psicólogo dos veces por semana, y este me dijo que le ha ido muy bien que piensa que con un año más de tratamiento volverá a ser la misma. Los dos solemos ir a la montaña a pintar lo que encontramos por los alrededores, se ha convertido en nuestra vía de escape de nuestros pensamientos torcidos.

Holland y Tara se han vuelto novios, pero eso no evitó que Holland le diese la pelea del año a William por no aceptarme, por ser un estúpido y robarme la virginidad. Le dije que no lo hiciese, sin embargo, los dos terminaron con moretones, jirones, una mordida en el brazo de Liam y la muñeca rota del rubio. Les dieron una semana de suspensión que para Holland fueron vacaciones y no para el moreno que tuvo que igual ir a los entrenamientos.

—Toma una paleta—en estos últimos días Baekhyun se ha vuelto mi bálsamo para los duros momentos que estoy pasando, pero eso no evita que al momento de darme la paleta no piense en la paleta que Liam me dió.

—Gracias.—susurro tecleando en la computadora lo último que me falta de mi reporte.

—¿Lo has visto?—dice refiriéndose a Liam.

—No—le doy un mordisco a la paleta—. ¿Por qué?

—Mejor no lo hagas—hago caso omiso de lo que me dice y le ve Tiene una rubia entre sus brazos, la abraza como nunca pudo abrazarme a mí, la besa como nunca pudo hacerlo conmigo por sus estúpidos prejuicios y la presenta con sus amigos como nunca pudo hacerlo conmigo por los problemas de otros.

Mi corazón se oprime, no tanto como antes, sin embargo, sigue haciéndolo. Cuanto quisiera que todo esto se acabara, que se cambiará de país o de continente y no verle más.

Danna llega a nuestra mesa lanzando su comida mientras frunce el ceño.

—¿Qué te pasa, loca?

—¡¿Qué me pasa?!—grita enojada—. Que este fanfic ha tenido la osadía de terminar abierto. Trata de dos chicos, el primero popular y el otro un pendejo, se enamoran y como el popular no supera que está bien gay deja al otro y se va con una rubia. No puedo más con mi vida.

—Me siento identificado, alv—digo terminando de comer la paleta.

—Es un pendejo de verdad—interviene un Holland echando rayos por su boca. También está enojado—. ¿Cómo se le ocurre besarse a una rubia a plena luz del día mientras te está viendo de reojo?

—No lo sé—murmuro no viéndolo a los ojos porque sé que me va a doler más si me lo recuerdo, así que prefiero olvidarlo sumiéndome en las letras de la computadora.

—Liam nunca ha actuado así. Pensé que había cambiado.

—Ha sido todo una farsa—afirma la chica enojada viendo su celular.

Mi primer y último crushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora