-Capítulo 28-

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-Narra Anna-

Andre: ¡Baja el arma Anna, para nada servirá esto! –gritó- ¡Ellas son reclusas a nadie le importa que les hagas daño, pero yo estoy tratando de que no te maten!

Anna: ¡Mentira! –Grité yo afirmándome al arma- ¡Ellas son menores, si se mueren no les va a beneficiar y menos a ti Miller!

Andre: ¡No nos hagas disparar Anna!

Anna: ¡Ella se va conmigo! –tomé a una de ellas y rodeé su cuello con mi brazo-

Andre: ¡Esta no es la solución maldita sea!, ¡¿Qué es lo que quieres?!

Anna: ¡Un teléfono, una maldita llamada!

Miller dudó unos segundos en silencio, observándome mientras mantenía su arma baja. Finalmente miró a los oficiales a su espalda y asintió levemente, colocaron sus armas en el suelo y tras esto tomé del cuello a la chica comenzando a caminar con la punta del arma rozando su cráneo.

En el pasillo los oficiales que habían venido a ver sacaron sus armas pero enseguida Miller les dijo que las bajaran, todos iban al frente de mi ninguno por detrás y me aseguraría de ello.

Andre: ¡Abran la reja! –gritó-

La reja que conectaba este pasillo con otro se abrió automáticamente, en el lugar con poca luz se podía distinguir una fila de tres teléfonos. Cuidadosamente volteé a mi rehén y le apunté una vez más directo a la cabeza comenzando a caminar de espaldas con ella a cuestas.

Cuando mi espalda golpeó contra algo duro hice arrodillar a la chica y poner las manos detrás de su espalda. Si se movía, podría fácilmente volarle los sesos y si lo hacía la mayoría de los de aquí perderían su maldito empleo, incluyendo a Miller. Es una menor de edad bajo el cargo de los oficiales, está cumpliendo una pena temporal y si algo la matase frente a sus narices, eso, no sería para nada bueno.

Anna: Muévete y no sigues contando el cuento –le murmuré-

Tomé el teléfono con mi mano libre sin dejar de mirar a Miller, tras esto marqué el único número que recordaba y que se me vino a la mente. Sonó cinco veces y luego contestaron.

Archie: ¿Diga? –preguntó-

Anna: Soy yo... –murmuré. Hubo unos segundos de silencios y luego le sentí suspirar como si de ponerse a llorar se tratase-

Archie: ¡Anna!, ¡Dios mío! –exclamó- ¿Cómo rayos me estás hablando?

Anna: Larga historia, ¿p-podrías darme con él?

Archie: Él, él no está bien Anna. Él no está en todos sus sentidos, ahora es un maldito maniático. –Comentó- Ya va intentando escapar cuatro veces en tres días, ya no lo puedo contener. Los chicos ya están en medio oriente y dentro de unos días tendré que irme también, como me lo ordenaste.

Anna: Yo... lo sé, sólo pásame con él –continué-

Archie quedó en silencio, entonces podía escuchar como caminaba por el lugar. Luego sentí como la puerta se abrió y luego sus voces.

Archie: Amigo, tienes una llamada –comentó-

Mateo: No me interesa si no es para decirme que Anna está aquí –su voz hablo-

Escuchar su voz fue como si se me cortara la respiración, comencé a respirar pesado sintiéndome a mí misma en el teléfono.

Archie: Esta llamada te interesará más que nada, es ella... –habló por fin-

Dos instantes después una voz desesperada arrebató el teléfono mencionando varias veces mi nombre, sin embargo yo simplemente me quedé sin palabras y traté de contener mis lágrimas. Afirmé el arma a la cabeza de la chica que empezó a llorar, eso creí, no es tan ruda después de todo.

Mateo: ¡Anna!, ¡Anna, amor! –gritó- ¿¡Hola!?, Anna háblame... –podía sentir su voz quebrada del otro lado- Por favor... -dijo rendido-

Anna: Yo... –fue lo único que pude decir-

Mateo: ¡Anna déjame ir!, ¡Déjame ir a por ti por favor!. ¡Dile a Archie que me deje salir! –gritó- No puedo continuar sin ti... –y entonces se rompió, sentí sus sollozos a través del teléfono-

Eso fue suficiente para romperme a mí también y que dejara salir las lágrimas que tenía atrapadas. Apoyé la frente contra la pared y luego me puse recta otra vez.

Anna: Sólo... sólo quería decirte que lo siento, lo siento Mateo, lo siento muchísimo...

Mateo: No, tu no vas a morir. ¡Tú no vas a dejarme! –gritó- ¡Tú no!

Anna: Lo siento, lo siento...

Mateo: ¿¡Sólo eso sabes decir!?, "Lo siento", ¡No!, ¡No maldita sea, no!

Anna: Perdóname...

Mateo: No, tú prometiste que te saldrías de todo esto. ¡Tú dijiste que me amabas!. Sólo ven... te necesito aquí, conmigo –suplicó-

Anna: Yo no sé Mateo, no sé.

Mateo: No, tú si sabes. Eres Anna Parker, puedes hacerlo todo... sólo ven, por favor. Si tú te vas, yo... yo me voy contigo Anna...

Anna: Lo intentaré ¿de acuerdo? –dije para despedirme por última vez-

Mateo: Promételo Anna, ¡Promételo! –gritó desesperado-

Anna: Yo lo prometo –y tras esto colgué-

No será la primera vez que rompa una promesa.

Andre: Suelta el arma, ya tuviste tu maldita llamada. Baja el arma antes de que tengamos que abrir fuego y derribarte...

Anna: Que patéticos que son todos, pensar que una joven de 19 años casi acaba con todos ustedes –tras esto solté el arma-

Enseguida un mar de policías se aventó sobre mí, un golpe certero a la mandíbula me derribó y me hizo chocar contra el suelo dónde varios apresuraron mis manos y pies. En mi mente las palabras de Mateo se reproducían, él tenía razón, yo soy Anna Parker y puedo hacer cualquier cosa. Y esto, tan sólo es un maldito obstáculo que superar... basta de perder el tiempo, cuando menos se den cuenta es cuando escaparé.

...

CONTINUARA


Hijos de la Mafia -Mateo Palacios y Anna Parker (2da temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now