-Capítulo 29-

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-Narra Escritora-

Anna esperaba pacientemente sentada en su cama, hoy era el día y sin embargo no demostraba ninguna expresión, parecía más calmada que nunca.

Cuatro hombres de la DEA con pasamontañas y cascos, haciendo que sólo los ojos se le lograrán ver los ojos, chalecos anti-balas y armados se acercan por el pasillo caminando en sincronía. Se detienen frente a la celda de Anna y la abren, sólo dos de ellos ingresan.

X: Es hora, de pie -dice uno de ellos, una voz femenina-

Anna la mira y no puede evitar mostrar una media sonrisa, sin embargo la mujer la pone bruscamente de pie y el otro encadena sus pies y manos. Finalmente, le colocan una capucha de tela negra en el rostro, caminando a ciegas.

Anna: ¿Podría ir al baño antes? –preguntó- esta mañana no me lo han permitido...

Los oficiales se miraron entre ellos, aún estaban en la prisión de máxima seguridad. No habría problema. Esta vez, sólo uno de los oficiales la acompañó, la mujer que la encadeno. Anna podía ver su cabellera que se asomaba un poco.

Tres minutos después, ambas salieron sin embargo Anna apenas se podía mantener en pie. Casi que la oficial la cargaba, sus piernas estaban adormecidas y por mucho que deseara no lograría mantenerse estable.

X: ¿Qué sucedió? –preguntó el otro oficial de la DEA-

X: Ha intentado escapar de una maldita prisión de máxima seguridad. He tenido que noquearle, estará así por un buen rato. Le he pegado demasiado duro, espero que no llegue muerta –bromeó-

Y tras esto, todos los demás oficiales no lograron reprimir una pequeña carcajada.

Es escoltada fuera dónde es subida a la camioneta negra, delante de ellos y detrás se encuentran otras dos camionetas, las todo terreno se ponen en marcha inmediatamente. Están en el medio de la nada y tienen una hora de traslado por delante.

El paisaje blanco y desolado, pronto ya no deja ver la prisión y Anna mantiene la cabeza baja mientras los oficiales a sus lados se afirman a sus armas. Los dos de adelante conversan alegremente, no sabe de qué, pero tampoco le importa.

Media horas después, no se ve ni un alma por la carretera. Anna se remueve en su asiento, sus cadenas le molestan y lo único que hacen los oficiales es presionarle los brazos para que no intente nada.

Estos son sus últimos minutos con vida y los aprovecha pensando en toda su vida, recuerda a su padre, a su madre y a su hermana. Pero en especial, lo recuerda a él. Sus ojos tan hermosos, su sonrisa. El hombre que amaba, ya no podría ser feliz junto a él.

Tanto piensa que cuando menos se lo espera, siente como los todoterreno se detienen, afuera, los gritos de los periodistas esperan con ansia su salida del vehículo. Son las últimas tomas de Anna Parker con vida, el mundo no se puede perder semejantes imágenes, por ello debe estar todo registrado.

Las puertas se abren y la oficial a su lado baja, lo hacen los otros dos de adelante también pero sin embargo Anna no se mueve. Se tambalea atontada en el asiento por el anterior golpe y entonces es sacada a la fuerza, los dos oficiales la arrastran dentro manteniéndola en pie. Si la soltarán ahora, ella caería al suelo quizá inmóvil. En ningún momento le sacan aquella bolsa negra de la cabeza.

X: Le diste realmente fuerte, se lo merece –mencionó el oficial que la llevaba del brazo izquierdo-

X: Lo sé –respondió la mujer oficial que la tomaba del otro brazo, sonriendo bajo su rostro cubierto-

Dos de los oficiales se quedaron fuera a un lado de la puerta afirmando sus enormes armas contra sus cuerpos, los demás adentro distribuidos. Todos eran iguales ahora, lo único que se les podía ver eran sus ojos. Se dice que se visten así para que los narcotraficantes no los descubras, lo que no saben es que ellos saben cada nombre del escuadrón de la DEA.

Las puertas se abren, los presentes giran sus rostros y observan como arrastran a la chica por el pasillo de en medio. Ninguno consigue evitar no mirar a los uniformados que la trasladan, al frente, en una sala de cristal, se encuentra la aterradora camilla metálica con tubos llenos de líquidos. En el centro, Miller espera a Anna con una sonrisa, se siente satisfecho por su trabajo... por fin ha dado resultado.

Las puertas de la sala transparente se abren y los dos oficiales ingresan a Anna, haciendo fuerza la suben a la camilla dónde amarran sus piernas y brazos. La oficial que le ha golpeado amarra sus piernas mientras el otro lo hace con sus brazos, acomodan la capucha negra que cubre su rostro y finalmente se aseguran de que todo esté bien ajustado. Este es el fin, ya no hay marcha atrás.

Andre: Eh aquí, la gran Anna Parker–comenta al público- Eh aquí el terror de cientos de naciones, eh aquí... una asesina... –finalizó y los espectadores aplaudieron-

Para ellos, todo era un maldito show. Un show en el que veían la muerte de una niña...

Uno de los oficiales se retiró una vez que habían terminado de amarrar a Anna, sin embargo, uno de ellos se detiene en medio de la sala mira a los espectadores y luego Miller le mira asintiendo. Miller ve como el oficial tiene los ojos clavados en él a través del pasamontañas, al ver que no se mueve simplemente le da una orden, sencilla.

Andre: Muévete, que si no lo haces te despido. Vete, vete ya –comentó-

El agente de la DEA asintió y tras esto salió de la habitación transparente y se devolvió con los otros al todoterreno. Su misión estaba cumplida, la DEA sólo les había dado esa orden y ahora sólo quedaba volver al trabajo.

Andre: Una era de terrorismo ha culminado –mencionó- Esto, estos no eran narcotraficantes... ellos erán terroristas. Eran amenazas mundiales para el mundo, eran una amenaza para sus hijos, sus nietos... había que acabar con esa maldita amenaza –pausó- Que no se crea que es una asesinato, no. Esto se llama justicia, justicia por una persona que arrebató padres y madres, hermanos y hermanas, hijos y hijas unidos que protegían nuestra nación. Ahora yo les digo, a todos los que quieran hacer lo mismo que estos asesinos hacían... yo soy su peor pesadilla, ¡Yo atrape a Anna Parker! –gritó-

Los presentes aplaudieron fuertemente dándoles su apoyo, cada palabra que salía de la boca de Miller era verdad. Las cámaras le enfocaban y a través del televisor, las personas se encontraban ansiosas por ver su muerte.

Andre: ¡Eh aquí, Anna Parker! –gritó halando de la negra capucha de tela que cubría el rostro de la condenada-

Entonces todo el mundo queda en silencio y luego... el escándalo se desata, sobre la camilla metálica se encuentra una jóven, una jóven que no tiene el rostro de Anna Parker. Su ojo está morado, apenas está consciente y en la frente lleva escrito algo, paralizado Miller lo lee

"Cortesía de Anna Parker..."

X: ¡La oficial Black! –grita uno corriendo hacía la mujer de traje naranja-

Todo sucede en cámara lenta para Miller, le mira el rostro a la jóven pero por más que quiera, no es ella. Los oficiales a su lado corren en todas direcciones buscando a la condenada que escapó sin rastros, los presentes murmuran fuertemente en desaprobación a la justicia e incluso vuelan sillas contra el cristal e insultos. Miller se cuestiona entonces ¿cómo escapó frente a nuestros propios ojos?, siente su celular vibrar en su bolsillo y con un temblor de manos incontrolable lo extrae. Presiona la tecla verde y se lo lleva al oído, del otro lado una voz ríe

Anna: Sorpresa... –murmura-

Andre: ¿Qué hiciste? –dijo casi en un susurro sin poder creérselo, alrededor, todo es un completo caos-

Anna: ¿No lo recuerdas? –Rio del otro lado- Tú me lo dijiste, "vete, vete ya".

...

CONTINUARA



Hijos de la Mafia -Mateo Palacios y Anna Parker (2da temporada)- FanfictionWhere stories live. Discover now