Capítulo 2: Quiero que seas mi novio

37 8 26
                                    


Esta clase ha sido horrible. Y el cachondeo que se ha armado ha sido bueno. Menos mal que estamos recogiendo ya para irnos. Si la maestra de lengua se da prisa y termina de escribir los deberes en la pizarra podremos salir un par de minutos antes de que llegue la avalancha de mocosos.

- Jejeje. Se te escapó, Alex. - rio Lily. - Es lo malo de que tu madre sea nuestra maestra de mates y tutora a la vez.

- Cierto, tiene que ser duro. - coincide Sylvia. - Serás el primero en recibir la nota de los exámenes e info confidencial de otros maestros, pero también eres el primero en recibir riñas. Es un arma de doble filo.

- No os creáis. En casa no hablamos de nada del colegio. Aquí en el instituto es una maestra más, y en casa es simplemente mi madre. - les aclaró Alex. - Si habla del trabajo en casa, es porque ha sido algo que la ha puesto de muy mala hostia, la sorprendió o tiene que ver conmigo.

- ¿Entonces nada de clases particulares ni saber preguntas de los exámenes?

- No, Sylvia. No. Y el portátil tiene una buena contraseña. Creo que ni Frank podría sacarla.

- Ejem, ejem. - tosió él falsamente. - Estoy al lado tuya, ¿sabes? Pero no importa, eso no lo sabremos hasta que le coja el ordenador. Pasemos a lo verdaderamente importante: ¿tenéis planes para esta tarde?

- No. - dijeron todos al unísono.

- ¡Perfecto! Entonces, ¿qué tal si vamos al río? Hace buen día y podríamos darnos un bañito en la charca. También podríamos invitar de paso a Lucy. - sugirió Frank.

- No creo que ella quiera venir. - opinó la albina. - Ella siempre sale con chicas y rechaza a los chicos.

- ¿Oyes, Alex? Puede que sea bollera.

- No ha dicho eso, es solo que no se junta con chicos, Lily.

- Venga, invítala, Alex. Eres el líder del grupo Naranja. ¿No? - Frank le dio unos toques. - Podrás verla en bañador. Puede que sea delgada, pero bajo esas ropas... ¡tiene tetas! ¡Tetas! A diferencia de cierta renacuaja de aquí.

- ¿Quieres que te deje estéril, Franky? Será una vasectomía muy sencilla y rápida: una patada en las bolas. Tú lo único que quieres es verla en bikini. Pero sí, estoy de acuerdo. Alex es el mejor para preguntarle si quiere venir con nosotros. Después de todo, le gusta Lucy. - hizo una pausa. - Ah, no. Es demasiado cobarde para decírselo. ¡Jajaja!

Eso duele, ¿sabes, canija?

Alex le dio un coscorrón a Lily.

La puerta se abrió y Lucy entró a la clase.

- ¡Lucía, ¿quién te dijo que podía entrar a clase?

- Ya es la hora, y tengo que apuntar los deberes.

- E-eh...

- ¿Puedo entrar a clase? Tengo que guardar y desconectar mi portátil.

Tras quedarse mirando fijamente a la maestra de lengua por dos eternos segundos, desistió.

- Está bien... siéntate en tu sitio y recoge. Total, solo voy a enviar la página siguiente para mañana.

- De acuerdo. - respondió ella sin emoción alguna. - Ya lo apunté, en mi cabeza.

- Em... No, apenas has mirado.

- Solo basta con echar un vistazo. Lo he memorizado como una fotografía.

Lucía se sentó en su silla, cerró los programas del ordenador y mientras lo introducía en su maleta dijo lo siguiente:

- Página 57, actividades 24, 25, 26 y 27; la segunda parte del 26 no se hace y el apartado J del 27 se explicará mañana en clase, pero quien quiera hacerlo y lo haga bien se lleva un positivo. También hay que leerse hasta la mitad del libro que mandó la semana pasada porque tenemos el examen del libro; 40 preguntas, si no aciertas 25 suspendes el trimestre y se lleva a recuperación.

- C-correcto. Oye, ¿podrías prestarme tu cerebro un momento?

* * *

El timbre todavía no tocó, se estaba retrasando. La maestra con todo ya preparado, también se encontraba ansiosa de que sonara la campana de la libertad. Los alumnos se estaban impacientando, y alguno que otro se le había pasado por la mente el pensamiento de abandonar el aula mientras la maestra de lengua dirigía la mirada al techo, pensando en las musarañas; en cuanto tocara el timbre, de inmediato todo se volvería una carrera de galgos por llegar a casa, soltar las maletas y divertirse con los amigos por la tarde.

Lucía se levantó de su pupitre; la maestra no dijo nada porque casi todos estaban de pie formando grupitos y charlando amenamente. Esta se acercaba al "grupo Naranja" conformado por Alex, Lily, Sylvia y Frank.

Ella inclinó su cuerpo hacia delante, casi tumbándose sobre la mesa de Alejandro y, con tono plano, habló.

- Alex, quiero hablar contigo en privado.

- ¿Eh? - escupieron todos.

- ¿S-sí? ¿Qué pasa?

¿Qu-qué quiere? Ella nunca se ha acercado para hablar conmigo en todos estos años que hemos sido compañeros de clase. Espera, ¿tiene que ver con la nota que se le cayó?

- D-dime, Lucía. ¿Por qué quieres que nos quedemos a solas?

- Quiero que seas mi novio. Me gustas.

- Ah.

Se hizo el silencio. El ruido de fondo iba desapareciendo conforme Lucía se acercaba al grupo famoso por alterar (e interrumpir) las clases, pero sus palabras dejó mudo a todo el mundo.

- ¡¡¡¿Qué?!!!

Fue una fuerte conmoción. Algo totalmente inesperado. Lo normal sería que una bomba de sonido y gritos hubiera estallado al momento, pero el silencio se había adueñado de todos los presentes. La maestra no estaba sorprendida en lo absoluto, puesto que le recordó a cuando ella le pidió salir al chico que le gustaba en su clase, ahora su marido.

Quien estaba al borde del colapso era Lily, quien se encontraba en estado de shock. Frank y Sylvia tampoco daban crédito, se habían vuelto estatuas humanas; aunque con los rostros deformados por la impresión más bien parecían estatuas de cera.

Como si no fuera con ella, Lucía se incorporó poniendo su columna recta y lo miró directamente a los ojos.

- Quiero que seas mi novio. Me gustas.

- ¡Te he oído la primera vez, no hace falta que lo repitas!

- Quiero que me saques de aquí y me hagas tuya. Cárgame en brazos al altar como tu princesa.

- ¡¡¡¿Q-q-q-quéeee?!!!

El silencio se rompió en mil pedazos como quien revienta un espejo dándole un martillazo. La clase, una vez más, se convirtió en un completo gallinero.

- Uh. Parece que voy a tener que cambiar mi telenovela de todas las tardes por los culebrones de la clase.

LucyWhere stories live. Discover now