Capítulo 7: Café Amargo y Naranja

25 5 0
                                    


 Alex se desplaza en bicicleta por el pueblo. Va camino a su trabajo en la cafetería de María. Por las tardes trabaja allí y echa una mano. Se podría decir que es el segundo hogar del grupo Naranja, dado que aparte de la cabaña abandonada, allí es donde más suelen quedar. Sobre todo ahora, que esta ha sido precintada junto con los alrededores al tratarse de una parte del escenario de un crimen.

No sé por qué, pero me siento vigilado. Y no, no hablo de los policías de incógnito que constantemente nos vigilan a nosotros y a Lucía. Es obvio que no han cesado las sospechas de que ella fue quien asesinó a su padre. Y hasta yo tengo mis dudas. Pero siento que es alguien que quiere hacer daño.

Alex giró bruscamente el manillar de la bicicleta, tomó la segunda calle a la izquierda y descendió por la rampa.

No quiero parecer paranoico, pero han ocurrido más ataques en las cercanías del instituto. No se sabe quién es o qué quiere, pero varios estudiantes han sido apuñalados y enviados al hospital. Mayormente chicos, pero también chicas. Y Franky acabó siendo enviado al ambulatorio cuando fue atacado, también. Pero él se defendió, solo acabó con unos pocos cortes afortunadamente.

Quien quiera que sea ese tipo, ataca al atardecer y ya se han extremado las precauciones.

- ¡Perdona por llegar tarde, me quedé dormido!

- Hola. Alex... No. ¿Cariño?

- ¿Qué?

Una Lucía Cotte vestida de camarera lo recibió. Llevaba en mano una libretita para anotar las comandas y un bolígrafo Bic azul. Su largo pelo estaba arreglado en forma de cola de caballo y llevaba lentes, aunque no las necesita.

- Esto... ¿Qué haces aquí?

- ¿Trabajo?

- Vale...

María salió de la cocina y le metió un coscorrón a Alex.

- ¡Llegas diez minutos tarde, merluzo! ¡¿Y por qué no me dijiste que tenías una novia tan guapa?! - la alta mujer rubia comenzó a frotar sus nudillos contra su pelo, haciéndole daño. - ¡¿Eh?!

- ¡Ay, ay, ay! ¡Para, me haces daño!

- La próxima vez que llegues tarde, chico de los cafés, te quedas a limpiar la cafetería. ¿Entendido?

- S-sí...

- De acuerdo. Dos cafés Especial, sándwich mixto y un gofre con Nutella. Muchas gracias. - ella se volvió a su novio. - Alex. Dos cafés Especial.

* * *

- Oye, ¿por qué has querido trabajar aquí?

Alex coloca dos cajas en el almacén y se quita el polvo de encima.

- El psicólogo dijo que vendría bien para soltarme el conocer gente. Además, gracias a los bosques el pueblo se está haciendo turístico, modernizándose.

- Ya... y con los dos asesinatos que van ya, también atraemos a morbosos y escritores. Lo que hace el morbo.

- ¿Qué es "morbo"? - preguntó ella con su habitual tono de voz.

- Pues no sé cómo explicártelo.

- No hace falta. - le interrumpió. - Ya sé qué significa, recordé haberlo visto hoy en el diccionario cuando pasaba las páginas. "Morbo: Atractivo que despierta una cosa que puede resultar desagradable, cruel, prohibida o que va contra la moral establecida". ¿No?

- Tú... - él puso una mirada llena de envidia. - ¿Podrías darme un pedazo de tu cerebro, o de tu memoria por lo menos?

- ... ¿Estás celoso?

LucyWhere stories live. Discover now