02: Lunes

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El grupo de jóvenes caminaban detrás de su maestro y guía.

El bosque estaba mucho más grande desde la última vez que lo visitaron, así que podían fácilmente perderse.

Cada paso que daban, se adentraban más, y con eso la humedad y el frío aumentaban.

Craig caminaba de la mano con su novio Tweek. Las manos de ambos no estaban tan frías, pues compartían el calor corporal del cuerpo contrario, pero eso no era suficiente para Tweek, quien sólo tenía puesta su delgada camisa color verde oliva mal abrochada, así que temblaba (más de lo normal) de frío.

El más alto se percató de esto, por lo que acto seguido soltó la mano del rubio. Tweek lo miró confundido.

- ¿Qué estás haciendo, Craig? - le preguntó mirándolo.

- Sostén esto - pidió tendiéndole su mochila y una bolsa más grande.

El rubio tomó la mochila y una bolsa más grande y pesada que le tendió su novio. Craig se quitó su usual suéter color azul y se lo tendió a Tweek.

- Oh, no, Craig. No lo necesito. - dijo rechazando la prenda.

- Tengo dos camisas puestas, así que no tendré tanto frío. Tú la necesitas más que yo. - explicó apuntando su camisa.

Tweek lo pensó un momento antes de ponerse el suéter apenado. Después de colocárselo, sintió la calidez de la prenda abrigarlo, pero también el olor de su pareja impregnado en la tela llegó a sus fosas nasales, haciéndolo sonreír inconscientemente.

- ¿De qué te ríes? - preguntó Craig tomando fría mano del rubio nuevamente mientras caminaban junto al grupo.

- Oh, no es nada. - contestó enlazando sus dedos con los del azabache.

Craig no dijo nada, restándole importancia. Miraba de reojo al chico, percatándose de lo bien que se veía con su ropa puesta.

- Ay, qué lindo eres, Craig. No sabía que podías ser tan cursi. - comentó Clyde colocándose a su lado, dándose cuenta de que Tweek tenía puesto el suéter de su amigo.

- Cállate Clyde, no pedí tu opinión. - dijo Craig avergonzado.

- Perdón, no pude evitarlo. Es que me emociona que seas así con Tweek.

- No te pregunté.

- ¿Por qué tratas así a tu mejor amigo? - el castaño fingió estar dolido.

- ¿Token no era tu mejor amigo? - preguntó Tweek.

- También lo es, incluso tú, Tweek.

Craig rodó los ojos, decidiendo ignorar su comentario, mientras que Tweek y Token rieron por la actitud de Donovan.

||

Por otro lado, un par de rubios (uno más alto que el otro), platicaban amenamente a la par que caminaban también, esperando llegar rápido a la dichosa cabaña que había mencionado su profesor una semana antes.

Butters le contaba a Kenny sobre el programa que había estado viendo la noche anterior, cuando estornudó, interrumpiendo nuevamente la conversación.

- Lo siento, Kenny.

- ¿Estás bien? Ya es como la sexta vez que estornudas. - le preguntó preocupado.

- Sí, sólo estoy un poco resfriado. - dijo Butters limpiando su nariz.

- ¿En serio? ¿Por qué no te quedaste en tu casa a descansar? Quizás te haga mal estar aquí, y más con este clima. - comentó confundido por su decisión.

- Yo sólo... Quería pasar más tiempo con ustedes y... Hacerme más cercano. - el pequeño rubio comenzó a frotar sus nudillos con nerviosismo, sorbiendo su nariz.

Kenny lo miró enternecido para luego pasar su brazo por los hombros del contrario.

- Ow Butters, eres muy tierno. -

- Mmm... ¿Gracias?

Kenneth rió y miró al más bajo, conectando su mirada azulada.

- ¿Al menos traes tus medicinas? - cuestionó nuevamente.

- ¡Oh! Sí, sí. Las traigo conmigo.

- Muy bien - Kenny miró al frente, palmeando su hombro amistosamente - Me alegra que hayas venido, Leo.

- ¿Sí? ¿Por qué lo dices? - preguntó extrañado.

- Bueno, si no hubieras venido, estaría solo.

- No lo creo, tienes a Stan, Kyle y Cartman.

- Stan y Kyle están en su propio mundo, no quisiera molestarlos; Cartman está con Heidi, tampoco quiero ser el mal tercio en ellos.

- Oh - Butters pareció comprender - Mmm... ¿Craig?

- Está con Tweek.

- ¿Clyde y Token? ¿Damien y Phillip?

- No me llevo mucho con ellos.

El pequeño rubio asintió.

- Entonces tienes suerte de que esté contigo. - bromeó.

- Por supuesto. Estoy agradecido de que estés a mi lado. - comentó apoyando su cabeza en la ajena.

Butters se ruborizó un poco ante esa respuesta. No sea esperó en lo absoluto.

||

Una cabellera oscura y otra rubia caminaban detrás de todos los jóvenes en un incómodo silencio.

Damien Thorn (anticristo, hijo de Satanás) se encontraba molesto. Iba avanzando detrás de todos con los brazos cruzados sobre su pecho. El estúpido de su padre lo había regresado a la tierra con la excusa de que no quería verlo más en su casa echado sin hacer nada.

"Damien, creo que debes ir al mundo humano. Eres un retraído y flojo, tal vez necesitas socializar más."

Recordó las palabras que le dijo.

"Y para que no te sientas solo, le pedí a Jesús que reviviera a uno de sus ángeles".

Y cuando menos lo esperó, Satán ya lo había teletransportado a la Tierra, apareciendo al lado de un ya conocido rubio con melena.

Cuando ambos cruzaron sus miradas confusas, la de Phillip cambió a una de pánico.

"¿Qué hago aquí? ¿Cómo llegué? ¿Por qué estoy contigo? ¿Acaso es un castigo?" comenzó a hacer preguntas estúpidas, según Damien.

Después de eso, se enteraron que ambos estaban inscritos en el instituto de South y que debían asistir como personas normales.

Y bueno, ahí estaban caminando a través del bosque en una excursión con adolescentes hormonales.

||

Luego de un rato caminando entre grandes pinos y el camino cubierto por la blanquecina y húmeda nieve, el grupo del instituto de South Park llegó finalmente a la cabaña.

La mitad del grupo estaba entusiasmado mientras que la otra parte deseaba largarse de aquel lugar e irse a casa.

Se detuvieron frente a la gran cabaña de madera, cuando una chica rubia (que al parecer era la guía) se paró frente a ellos.

- ¡Bienvenidos a mi cabaña, chicos! - exclamó alegre.

Stan suspiró cansado y miró a Kyle, quien estaba a su lado, y éste alzó los hombros.

Miró al cielo como por quinta vez en el día, pensando en cuanto deseaba regresar a casa.

Forest || South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora