05: Lunes

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Dieron las ocho de la noche en el pequeño pueblo de South Park, lo que significaba la hora de la cena.

En la cabaña escondida del bosque, los jóvenes de la clase A, se hallaban en la sala esperando a que la cena estuviera lista, a excepción de dos rubios, quienes estaban en su habitación platicando amenamente.

- ¿Cómo se encuentra Karen? - preguntó Butters mientras secaba su cabello sentado en el suelo al lado de la cama, pues el tomacorriente estaba muy abajo.

- Ella está bien, le va excelente en la escuela. - respondió Kenny orgulloso desde su cama.

- Me alegro por ella, es una gran chica. - Butters sonrió con ternura.

A él le gustaría tener una hermana o hermano, o algo parecido.

- Por supuesto, ¿quién crees que le ayudó? - bromeó Kenny.

- Wow, ¿en serio, Kenny? No sabía que eras tan aplicado como para ayudar a tu hermana. - dijo asombrado.

- No, en realidad fue Tricia, pero le di mi apoyo moral, ¿eso cuenta? -

Leopold rió ante las palabras de Kenneth y apagó la secadora, desconectándola.

- Oye Butters - le llamó, bajando de la cama, después se sentó a su lado en el suelo.

- ¿Sí? - el rubio alzó la mirada para poder mirarlo.

- Tú y yo... Somos amigos, ¿cierto? - preguntó McCormick.

- Por supuesto, incluso te considero mi amigo más cercano, incluso, lo eres más que Cartman. - respondió desconectando la secadora.

El corazón de Kenny dio un vuelco al escuchar que Butters lo consideraba más cercano que Cartman. Era un logro.

- ¿Consideras a Cartman tu amigo? - bromeó, tratando de olvidar lo que acababa de sentir.

- Sí, es agradable... A veces, no siempre. - recalcó - ¿Por qué lo preguntas? -

- No sé, sólo... Quería confirmarlo. -

Butters asintió.

- Y... También quería decirte que... Si necesitas hablar con alguien sobre algo importante, puedes contar conmigo. Seré tu hombro en el cual puedas apoyarte, Leo. - dijo serio, sorprendiendo a Butters con sus palabras.

- Eso sonó muy bonito, Kenny, pero no entiendo porqué lo dices. - comentó confundido.

Kenny no estaba seguro si preguntarle directamente o debía esperar un poco para obtener más confianza y que pudiera contarle más cómodo sobre aquellos moretones que vio.

- Sólo quería que lo supieras, porque... Tú sabes, te considero mi amigo y quiero que cuentes conmigo para lo que sea, así como yo puedo contar contigo, ¿cierto? - Kenny colocó una mano en el hombro contrario en forma de apoyo.

Al final, McCormick decidió no preguntarle.

- Sí, claro. - Butters sonrió al saber que tenía alguien en quien confiar de esa forma.

Se sentía aliviado.

- Bien, entonces... Creo que debemos bajar a cenar. - el más alto se levantó del suelo y se dirigió hacia la puerta - Por cierto, ¿ya tomaste tus medicinas?

- Después de cenar, lo haré. No te preocupes, Kenny. - Leopold imitó la acción de Kenny, así, ambos salieron de la habitación, bajando las escaleras y yendo hacia el comedor.

- ¿Por qué carajo cenaremos ensalada? - preguntó Eric molesto.

- No se debe comer tan pesado en la noche, Cartman. - explicó el profesor sirviendo la dichosa ensalada.

- ¡Pero la ensalada es una mierda! - concordó Clyde con su compañero Eric.

- ¿Lo ve? - Eric cruzó sus brazos enojado.

El profesor suspiró y rodó los ojos.

- Nadie se está quejando de la cena más que ustedes, chicos. - Smith se sentó luego de servir.

- Tengo derecho a quejarme, profesor. - dijo Clyde.

- Escuchen, la cena ya-

- No se preocupe por ellos, profesor, son problemas de gordos. - interrumpió Kenny sentándose al lado de Butters, burlándose de la condición física de sus dos compañeros, provocando que todos rieran, excepto ellos dos.

- Token, ¡Kenny me dijo gordo! - exclamó el castaño, jalando la manga de su amigo.

- Clyde, deja de moverme, ¡harás que tire la comida! - dijo Token quitando la mano de Clyde.

- Esto ni es comida. - agregó Cartman.

- ¡Ya cállate, Cartman! - habló Kyle.

- McCormick, no le falte al respeto a sus compañeros, por favor. - regañó - Y usted Cartman, deje de quejarse y póngase a comer. -

Cartman puso los ojos en blanco y comenzó a degustar la ensalada que tenía por cena.

- ¿Por qué se tardaron tanto en bajar? - preguntó Stan mirando a sus amigos rubios.

- Nos quedamos conversando un rato, además de que Leo estaba secando su cabello. - respondió Kenny picoteando el plato.

Stan asintió en forma de réplica, y sin más, ambos empezaron su cena.

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Después de una media hora, todos ya habían acabado de cenar, así que se encontraban reunidos en la sala para saber lo que harían al día siguiente.

- Jóvenes, la señorita Jennie les explicará qué es lo que haremos el día de mañana. - el rubio se hizo a un lado para dejar hablar a la mujer.

- Una pregunta: ¿será al aire libre? - cuestionó Craig antes de que empezara a hablar.

- Por supuesto, si no, ¿qué sentido tendría estar aquí? - contestó divertida.

- Ay, carajo... - murmuró él azabache cruzando sus brazos.

- Tucker, por favor. - regañó el maestro.

- Bueno, lo que tengo planeado para mañana, es salir a recolectar algunas frutas del bosque y plantas medicinales. -

Una chica pelirroja alzó la mano, presentando una duda.

- ¿Sí? -

- ¿Y eso de qué nos sirve? - preguntó Red curiosa.

- A ustedes les servirá como método de supervivencia por si alguna vez llegase a pasarles alguna situación que requiera de estas "habilidades", por decirlo así. - explicó.

Jennie siguió con su explicación de la actividad, diciendo a qué hora debían estar despiertos y qué es lo que necesitarían llevar a la excursión de recolecta.

Finalizó su charla, así que fueron en busca de su media hora con su teléfono, como lo habían acordado.

- Cuando pasen los treinta minutos, iré a sus habitaciones para recogerlos, ¿de acuerdo? - avisó, para después irse a su cuarto en el segundo piso.

Todos entraron a sus respectivas habitaciones con el celular en mano.

Stan revisó las notificaciones que tenía, contestó algunos mensajes de sus padres y lo bloqueó, después de todo no tenía mucho que hacer en él. Quería despegarse un momento de su familia, le serviría.

Lo dejó en el buró de al lado de la cama y miró a sus compañeros de cuarto: Kyle mensajeaba, Butters traía sus audífonos puestos y Kenny leía una revista (seguramente pornográfica).

Revisó la hora, dándose que a penas eran las nueve de la noche. Demasiado temprano para dormirse.

Forest || South ParkWhere stories live. Discover now