B R E A T H-Jasper Hale

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El silencio era incómodo entre ambos, sólo se podía oír la película que estaba viendo Clare, una antigua de los setenta. Pero desde que había llegado el rubio a la casa de los Sweety, sólo miraban a cualquier punto incómodos. Jasper podía sentir los nervios de la joven, tampoco era que el pudiera cambiarlo de un momento a otro, el estaba igual o incluso peor que ella.

Pero cómo siempre hacía Clare, de la nada saltaba en su lugar con una gran sonrisa luciendo enérgica y radiante. Cosa que siempre lograba desconcertar a Jasper.

— ¿Seguro que no quieres un té o agua? Si prefieres puedo hacerte un café o darte galletas de avena que con papá hicimos anoche— se colocó de pie para ir en dirección a la cocina, y tomó el mango del tanque de oxígeno.

— No es necesario, estoy bien— la detuvo rápidamente el rubio, la castaña se giró a verlo con el ceño fruncido—. Tengo una dieta muy estricta— añadió rápidamente, cosa que pareció convencer ligeramente a la castaña rojiza.

— ¿Ni siquiera galletas de avena con endulzante natural?— insistió, cosa que hizo reír ligeramente a Jasper.

— No, pero gracias— Clare volvió confundida otra vez al sofá y se sintió extraña al ver que era una persona que prácticamente comía aire y nada más.

— Así que...— divago la castaña mirando la televisión sin prestarle total atención— Estás aquí— se quiso golpear a ella misma o cerrar el pasó del oxígeno por su estupido comentario.

— Si te molesto, puedo marcharme de tu casa— dijo rápidamente el rubio haciendo el amago de ponerse de pie, pero la castaña lo sentó otra vez rápidamente jalando de su mano.

— No, no...no me refería a eso— sus palabras salieron rápidamente y atropelladas— Es sólo que aún no sé el porqué, quiero decir, prácticamente soy la persona que más odias en éste mundo— Jasper no dijo nada, sólo la siguió observando atentamente— Y es...frustrante. Tú, Jasper Hale eres frustrante.

— ¿Soy frustrante?— preguntó con una sonrisa de medio lado luciendo encantador.

Jasper no era como los chicos que había visto en su corta vida, era completamente diferente en actitud y realmente muy apuesto.

Clare golpeó divertida su brazo, ignorando el hecho de que se sintió como golpear una pared—. Sabes a lo que me refiero y no te atrevas a negarlo.

— Se que actuó de forma descortés contigo.

Y ahí va, esas palabras y acento de quién sabe dónde lo aprendió. Pensó la castaña reprimiendo una sonrisa.

— Pero tiene un motivo— siguió.

— ¿Hacer que te odie y que tus hermanos te molesten?— el rubio rodo los ojos por las palabras de la joven.

— No— su rostro quedó sin expresión y sus ojos se tornaron ligeramente oscuros—. Imagina que tu fueras un pequeño animal y yo alguien que te aplastará en segundos, destruyendote por completo.