B R E A T H-Jasper Hale

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Sam tenía la vista aguda y tenía todos sus sentidos alerta al igual que los de la manada. Sus ojos se movían con cautela por el bosque, su olfato y oídos estaban constantemente tanteando el ambiente a su alrededor alertas a cualquier cambió en este.

Una rama rompiéndose a un lado de ellos los hizo saltar en esa dirección y comenzaron a correr en sus cuatro patas. A medida que se movían podían sentir un aroma y el sonido de pisadas rápidas a uno diez metros más adelante.

Corrieron lo más rápido de lo que eran capaz tratando de no perder el rastro y en menos de unos minutos divisaron a una figura corriendo más adelante. Una silueta femenina que al notar la presencia de los cinco metamorfos detrás de ella subió con agilidad a uno de los árboles y comenzó a saltar de árbol en árbol con agilidad. Más adelante un pequeño descampado la dejaría al descubierto, por lo que rápidamente dió un salto con la intención de llegar al otro lado. Pero a mitad de caminó, cuándo estaba cayendo en el aire sintió algo que se acercaba con rapidez hacía ella por el costado, sin tiempo a reaccionar giró su cabeza viendo como un gran lobo de pelaje grisáceo se acercaba también en el aire por haber saltado. Cerró fuertemente sus ojos y en segundo fue embestida por el gran cuerpo del lobo quién con fuerza la hizo caer y rodar por el césped. Una vez ya en suelo y con su vista hacía arriba quiso levantarse, pero rápidamente el lobo se colocó sobre ella con sus patas a cada lado y gruñendo mirándola fijamente con sus dientes relucientes.

— No es justo— exclamó con ligero tono infantil.

El lobo se quitó sobre ella con la diversión reflejada en sus ojos.

— No usaste tus sentidos— Sam apreció de entre los árboles con los demás de la manada convertidos aún en lobos.

— No es fácil, me asuste— admitió la castaña poniéndose de pie y limpiando la tierra de su jeans.

— Y te paralizaste, Clare. Eso podría costarte la vida en una batalla real— regaño el líder causando que la chica bajara la mirada—. Escucha, llevas recién dos días en tu nuevo estado y aún no sabes controlar bien tus instintos. Te necesitamos como aliada y no siempre podremos cuidarte.

— Lo sé— murmuró la castaña rojiza.

— Otra vez y esta vez no te paralices.

La castaña asintió con su cabeza y en segundos giró sobre sus talones para alejarse corriendo mientras que los lobos le daban ventaja.

Hace dos días Clare había despertado en su nuevo estado, Sam, Paul y Jared fueron testigo del cambió que después de un día la castaña había despertado. Vieron atentamente como su piel se volvía más pálida, el cómo su cabello lentamente comenzaba a brillar más dejando en el olvido ese castaño rojizo opacó de antes. Ahora era más claro a la luz del día y sus ligeras ondas como el mar eran mas definidas, sus labios se hicieron de un lindo tono guinda. Pero lo que más les extrañaba era sus ojos, podías encontrar dos tonalidades en estos: café y rojo carmesí potente. Era como una mezcla extraña que no habían visto en otros vampiros, los consideron terroríficos.