U: Unidos

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Miró con una sonrisa como su novio subía al escenario a recibir su diploma de graduación. No podía creer que ya había llegado el día en que terminaban su educación, para pasar a formar parte de la sociedad. Ella estaba orgullosa de que Gaara hubiese sido reconocido como el mejor estudiante de toda la escuela, con el puesto número uno en calificaciones. Era feliz de saber que él tendría un brillante futuro, lastimosamente, ese futuro le alejaría de ella.

Gaara había ganado una beca de estudios para la Universidad de Kyoto, una de las mejores del país. Matsuri sabía que era el sueño de Gaara el ir a esa Universidad y volverse un profesional, pero ella no era tan brillante, ni en sueños lograría entrar a esa institución. Ya se había resignado a estar lejos de Gaara para siempre, a perderlo, a pesar de lo mucho que lo amaba.

—Luces genial –dijo la chica con una sonrisa apenas le vio llegar a su lado.
No quería mostrarse deprimida ante él. Era cierto que no deseaba separarse de su amado, pero no podía destruir los sueños de él sólo por el deseo de conservar su amor. Ella no podía ser tan egoísta.

—Tú luces hermosa –le dijo Gaara, correspondiendo a la sonrisa de su joven novia —. ¿Qué dices de escaparnos de esta aburrida fiesta y dar un paseo solos tú y yo? –le susurró al oído, haciendo que Matsuri se pusiera roja de la vergüenza.

—Eh… y-yo… supongo que estaría bien –respondió la chica. Segundos después, él le tomó la mano y se la llevó de ahí, sin siquiera despedirse de alguna persona primero. Sólo deseaba celebrar esta noche con ella.

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Las calles de Tokyo eran oscuras por las noches, sólo eran alumbradas por los focos y los letreros de unos cuantos locales. Matsuri caminaba por la orilla de una calle, con las manos sujetas a la espalda y mostrando una sonrisa, aunque iba unos pasos más adelantada que Gaara.

—¿Cuándo te irás? –preguntó de pronto la castaña, tomando casi por sorpresa al chico, quién no sabía cómo responder.

—Después de las vacaciones –dijo al fin, luego de unos segundos de silencio —. Mientras antes me vaya será mejor para acostumbrarme. También he decidido vivir en un departamento y no en el campus de la Universidad.

—Ya veo… –Matsuri dejó de caminar y bajó la mirada. No podía seguir siendo tan fuerte y fingir que no le dolía separarse de Gaara. Lo amaba demasiado. Él había sido su primer amor; quién le robó su primero beso; con quién tuvo su primera vez. Deseaba más que nada en el mundo permanecer por siempre a su lado, pero sabía que eso era imposible —. Espero que… que hagas tu mejor esfuerzo cuando estés allá, y que pienses en mi… y…

De un momento a otro, Matsuri sintió los brazos de su amado rodearle desde la espalda, transmitiéndole su dulce calidez. Ella sintió su corazón acelerarse y como si mil mariposas revolotearan en su interior.

—Ven a vivir conmigo –susurró él dentro de su oído, haciéndole estremecer por completo. Matsuri no sabía si los escalofríos que le recorrieron fueron por ese susurro, o por las palabras que éste contenía. Tal vez ambas cosas tuvieron que ver, pero sentía que iba a morir de felicidad. Una lágrima se deslizó por su mejilla, llegando a perderse bajo su cuello. Estaba tan emocionada de oír esa propuesta, nunca pensó que Gaara le diría algo como eso.

—Pero yo… yo no puedo estudiar donde estarás tú… –trató de protestar la chica, sintiendo como el abrazo se volvía más fuerte.

—Hay muchas Universidades en Kyoto, no importa si no vamos a la misma, mientras que al regresar a casa podamos estar juntos –con estas palabras, Gaara la volteó, para mirarla a los ojos —. Quiero permanecer siempre unido a ti, aún si me voy al espacio exterior, quiero que vengas conmigo. Por favor…

—Sí… sí quiero Gaara –respondió Matsuri, abrazándolo cálidamente y sin poder parar de llorar.

Al final, seguirían estando unidos.

Quiero que tú y yo estemos unidos, hasta más allá de la eternidad

Momentos de AmorWhere stories live. Discover now