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Al día siguiente fui a la escuela, como todos los días. Vi a Jeb en los pasillos, pero parecía apurado, creo que tenía entrenamiento en el club así que no lo molesté.

Esperé a que termine el horario escolar para dirigirme a la biblioteca, como había quedado con Nate. Cuando llegué vi que él no estaba, así que decidí esperarlo. Me acerqué a la recepción y allí se encontraba una señora vieja y arrugada como un trapo.

—Hola, disculpe. ¿Dónde puedo encontrar algún libro para matar el tiempo? —pregunté, y ella me observó por encima de sus anteojos y dejó de teclear en la computadora para responderme de mala gana.

—Los libros no son "para matar el tiempo", niña. Los jóvenes incultos como tú deberían apreciar más la literatura —Bueno, creo que la ofendí—. Si estás buscando algo interesante para leer puedes pasarte por la sección tres—aclaró, y devolvió la vista a la pantalla.

Maldita anciana histérica.

Le agradecí a la vieja loca y me dirigí a la sección tres en busca de "literatura para gente culta" o, mejor dicho, algo para matar el tiempo.

Doblé en el estante con el cartel del número tres. Cientos de libros estaban perfectamente acomodados entre los dos estantes, había tantos que no sabía cuál elegir. Avancé entre los muebles acariciando el lomo de los libros con mis dedos, hasta que uno grueso llamó mi atención. Me acerqué y leí el título.

"Loop".

Parecía interesante, así que lo tomé entre mis manos dispuesta a leerlo, pero alguien me lo arrebató. Volteé rápidamente encontrándome acorralada por él. No me molestó para nada, así que lo acerqué a mí tirando de su camisa y lo besé.

—Lamento llegar tarde —Se apenó con una sonrisa—. Pero veo que decidiste entretenerte mientras me esperabas—Ojeó el libro—. Romance y fantasía, suena interesante—Reí y se lo arrebaté para dejarlo de nuevo en el estante.

—Tal vez luego, ahora tengo otras cosas que hacer —dije, y él me tomó de la cintura.

—Ah, ¿sí? ¿Y qué es eso tan importante que tienes que hacer? Si se puede saber... —indagó, apretándome contra el estante. De repente recordé lo que James me había dicho el día anterior y me sonrojé.

Maldito James y tus comentarios estúpidos.

—Bueno... —mascullé, y lo tomé del cuello para besarlo de nuevo, lento y suave, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo—. Hace mucho no pasamos tiempo juntos, te extrañé estos días—Él corrió un mechón de mi cabello dejándolo atrás de mi oreja y volvió a besarme—. ¿Qué es eso de lo que querías hablar?—pregunté cuando nos separamos. Él me miró y me sonrió.

—Bueno... Yo... —Estaba nervioso, lo sabía porque se acomodó los lentes. Él siempre hacía eso cuando estaba nervioso—. ¿Estás libre el viernes por la noche? —preguntó, tomándome por sorpresa. Yo asentí y él suspiró—. Podemos... Digo, si quieres... ¿Ir a una cita conmigo? —Reí al ver sus mejillas sonrojadas y le di un beso en una de ellas—. ¿Eso es un sí? —Asentí. Él me abrazó y volvió a pegarme a los estantes para besarme de nuevo.

—Tendré que arreglarme, hace mucho no lo hago —agregué, pensando en quién me podría ayudar con eso. Y mi mente enseguida pensó en él. Jeb tenía un gusto excelente en moda, siempre que lo necesitaba él estaba allí eligiendo mi ropa.

—Te verías hermosa con cualquier prenda —dijo, y volvió a besarme.

—¿Qué se supone que hacen ustedes dos? —exclamó una voz a nuestro lado y ambos volteamos exaltados. Era la anciana de la recepción—. Usted—dijo señalándome—. Me dijo que buscaba entretenerse, pero nunca imaginé tal falta de respeto—Nate se disculpó avergonzado—. Mocosos que no saben apreciar la literatura, besándose sobre los libros, que atrocidad—exclamó, mirándonos con asco. Nate iba a disculparse de nuevo, pero yo lo interrumpí.

—Oiga, vieja loca —La anciana boqueó cuando alcé la voz, anonadada por mi atrevimiento—. Me di cuenta de que estaba de mal humor en el mismísimo momento en que me habló con esa cara de querer jubilarse. Lo lamento si arruinamos su paz, quédese tranquila que jamás tocaremos de nuevo sus libros de mierda—Tomé la mano de Nate, que miraba a la anciana avergonzado—. Vámonos Nate, deja que la anciana limpie sus libros, creo que piensa que les tiramos mierda o que los usamos de consolador, no lo sé—Mi novio me miró avergonzado y la anciana me observó marchar con odio.

Arrastré a Nate fuera de esa estúpida biblioteca y una vez lejos de allí lo besé.

—No debiste hablarle así, Age... —Me regañó, y se acomodó los lentes. Luego me sonrió y rio recordando lo sucedido—. Eres todo un caso, Agnes—Me abrazó y besó mi cabeza. Yo sonreí por su gesto tierno—. Entonces, ¿el viernes? —Extendió su mano.

—El viernes —respondí tomándola.

Esa sería mi primera cita. No sé por qué, pero sentía que sería única.

Espero que para bien.


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❀ Esta Agnes es una atrevida. 

No me maten por la publicidad de mi otra novela a mitad del capítulo. ¡Tenía que aprovechar la oportunidad!

¿Cómo creen que irá la cita?

Bsito con kk, SweetANDark ❀

La Flor De LirioWhere stories live. Discover now