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Me encontraba en mi habitación, buscando como loca en el fondo de mi armario el guante y la gorra del equipo de la escuela, si iba al partido tenía que llevar algún distintivo, ¿no?

Toqué el fondo del armario y sentí la textura de una bolsa de nailon, de la cuál sobresalían partes filosas de los objetos que tenía dentro.

Bingo.

Saqué la bolsa del fondo del armario y la examiné con nostalgia, era tan vieja que podía pasar los dedos por ella y estos me quedarían negros del polvo. Adentro tenía la gorra del equipo y el guante de goma con el número uno estampado en él. Recuerdo que papá me había llevado a ese partido, nunca había ido a uno y, siendo sincera, era asombroso. Entonces comencé a ir a todos los partidos de la escuela, y a los de Jeb, pero él jugaba en otro club.

Desde que papá se fue con esa mujer todo lo que tenía que ver con él se fue a la basura, o al fondo del armario, en mi caso. Pero, ¿qué más da? Era solo un juego y no quería gastar dinero en los estúpidos adornos, así que llevaría esos, después de todo eran solo adornos con recuerdos, nada más. Así que luego de guardarlos en mi mochila me puse una camiseta suelta de The Guns 'n Roses, unos jeans rotos y la gorra del equipo. Dejé mi cabello rojizo suelto y desordenado y salí de mi casa con algo de dinero hacia la escuela.

Cuando llegué me dirigí al campo de juego con las gradas repletas de gente, algunos estaban parados o sentados unos sobre otros para ocupar todo el espacio posible. Yo bufé y saqué mi guante mientras buscaba un asiento y oía a algunos estudiantes hablar entre ellos.

—Definitivamente ganaremos —Le dijo uno al otro mientras comía una salchicha—. Con Robbins en el juego, estamos dentro—El otro lo miró con confusión mientras analizaba la cancha. Seguro era su primera vez viendo un partido de Lacrosse.

—¿Robbins? ¿Quién es él? —Su compañero casi escupe la salchicha con tal pregunta.

—¿Estás bromeando, hermano? —cuestionó mirándolo atónito—. ¡Hablamos de James Robbins! —continuó diciendo aquello como si fuese lo más obvio del mundo—. El capitán del equipo, el que anotó el punto que nos hizo campeones de la última liga Interescolar. No puedo creer que no lo conozcas—Negó con la cabeza decepcionado. Luego le dio otra mordida a su salchicha.

Me acerqué más a esos chicos cuando vi un asiento vacío en la fila de atrás. A empujones y pidiendo permiso —el cual nadie escuchó— llegué al asiento antes de que alguien se me adelantara y, para mi sorpresa, los tres chicos —sí, eran tres, al tercero ni lo había notado— todavía seguían hablando sobre el juego.

—¿Y por qué es tan importante este partido? —preguntó el novato mientras su amigo se sorprendía de nuevo por su ignorancia.

—Es la final del intercolegial de este año, si pasamos los jugadores ganarán una beca para la universidad y reconocimiento entre los cazatalentos —explicó el chico salchicha y de repente entendí por qué James estaba tan nervioso. Realmente quería ganar este juego.

—Entonces será fácil ganar —asumió el otro y el chico con la salchicha asintió, mientras el tercero, que hasta ahora había guardado silencio, negó mientras observaba a los jugadores salir de los vestidores y formar un círculo frente al entrenador. James era el número uno, el capitán del equipo. Llevaba el uniforme rojo con el dibujo de un halcón en el pecho, mientras que el equipo contrario, que estaba en la otra punta, llevaba el uniforme azul con el escudo de un tigre.

—No, hermano —Negó serio, y el otro lo miró confundido—. No será tan fácil. Los tigres son muy buenos, fueron subcampeones el año pasado. Pero tienen un capitán nuevo y dicen que es como un tornado.

—¿Un tornado? —preguntó el de la salchicha.

—Sí, arrastra a todo lo que tiene enfrente —respondió serio el tercero, y de repente me dio curiosidad saber quién era el capitán del equipo contrario. Si Jeb estuviera aquí le preguntaría, él juega al Lacrosse, pero no iba a sus juegos desde hace años, no tenía idea ni para qué equipo jugaba. De repente sentí ganas de verlo a jugar a él también.

«Jugadores a sus posiciones».

Se escuchó una voz grave por los altavoces y los jugadores juntaron sus manos en el centro de sus círculos y las alzaron hacia arriba haciendo una especie de festejo, mientras gritaban el nombre del equipo.

James miró hacia las gradas antes de hacer lo que el señor de los altavoces le había pedido. Cientos de chicas gritaban su nombre mientras agitaban pompones o quién sabe que otro tipo de cosas. Yo levanté mis manos y agité mi guante con fuerza captando su atención y haciendo que me mirara sonriente y me guiñara un ojo. Reí y lo vi correr hacia su equipo.

Cuando ambos equipos estaban en sus posiciones me puse a observar al contrario. Parecían rudos, si yo fuera James me estaría haciendo encima. Ambos se miraban con odio, pero lo que me dejó sin aire fue su capitán.

Me tapé la boca y ahogué un grito de asombro mientras veía a ambos capitanes lanzarse miradas de hielo. No podía ser... ¿Qué hacía él ahí?

Me paré para verlo mejor y mis dudas se confirmaron.

—¿Ese es su capitán? —preguntó el primerizo señalando al equipo contrario. Él tercero asintió serio mientras el chico con la salchicha lo miraba dudoso.

—Nunca lo había visto —dijo con la salchicha resbalándosele de la mano—. ¿Quién es? —Le preguntó al tercero, que suspiró mientras lo observaba.

—Él es Jeb Adams, el tornado.


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❀ ¿ESTA WEA SE PRENDIÓ O NO SE PRENDIÓ?

¿Se irán estos dos a los madrazos o jugarán en armonía?

¿Quién ganará? Inserten sus apuestas aquí, no vale hacer trampa ni spoiler.

Bsito con kk, Abby ❀

La Flor De LirioWhere stories live. Discover now