The Scorpion [ellefstaine] [dunior]

Little Mouse

Gracias a las personas que están leyendo este fic. Me siento muy feliz de recibir apoyo.

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Junior se estremece. Su mirada es una mezcla de miedo y placer. Quiere liberarse de mí, pero no es muy convincente en sus esfuerzos. Por lo que yo continúo con mis caricias y besos. Junior empieza a dar unos gemiditos inaudibles, su respiración es errática y su cuerpo e siente tan cálido.

Ya lo tengo, es mío, no hay escapatoria.

—Por favor, Dave, déjame ir—. Tartamudea.

—No quieres eso, bebé—. Digo esto mientras quito la sábana que lo cubre.

Junior está muy asustado. Y eso me encanta. Ya saben, es como un ratoncito en las garras del gato malvado. Un ratoncito dulce y sexy. Hora de besar mi ratón. Mmm sus labios son tan dulces. Junior quiere devolver el beso pero no tiene el coraje de hacerlo. Por lo que continúo acariciando su cuerpo en busca de alguna reacción, en busca de romper su voluntad y que finalmente se entregue a mí. Su cuerpo es tan firme y su piel es tan suave. Si no lo hago mío esta noche, me dispararé.

Junior aun no responde a mis besos y caricias, pero ya no intenta escapar. Solo se retuerce e intenta ahogar gemiditos dulces que van directo a mi pene. Me siento a horcajadas sobre su pelvis y me quito la camisa. Los ojos de Junior sew ensanchan en una muestra clara de estar disfrutando lo que ve, sus ojos brillan y sus pupilas se dilatan, y aunque hay pasión y deseo en esas pupilas avellanas, también hay algo de miedo y rechazo. Toda una dicotomía. Esto solo vuelve este momento aún más intenso.

Sí, sé que te gusta lo que ves mi ratoncito... Sé que lo quieres. Quieres pecar con Dave, el gato malvado. Quieres que te quite toda tu ropa y te folle duro. Llevo mis manos a su hermoso cuerpo e intento quitarle la camisa, pero una vez más se resiste. Me gusta este juego.

—Vamos bebé, deja a un lado tus miedos. Quieres esto tanto como yo. Sabes que lo quieres.

—No Dave, no quiero esto—. Chilla poco convincente.

Pongo mis manos en su entrepierna y puedo sentirlo, su pene esta duro como una roca, todo eso provocado por mi... Sonrío satisfecho. Intento desabrocharle los pantalones y él trata de detenerme. De nuevo sonrío y le doy una palmadita en sus manos para hacerle saber quién manda, y entonces ¡bingo! Desabrocho los pantalones liberando su pene.

—Ves que lo quieres. Aquí está la prueba. Se ve delicioso.

Junior intenta protestar, balbuceando cosas ininteligibles que poco me importan. Pero puedo entender lo último que dice.

—¿Qué es lo que realmente deseas de mí?— Pregunta, incapaz de sostener su mirada.

—Quiero hacerte sentir bien, Junior. Quiero hacerte mío, bebé—. Le doy mi mejor sonrisa sardónica.

—Vas a...— Y se queda sin palabras. No puede completar la oración.

—Meter mi pito...

—Okay, ya entendí.— me interrumpe.

Aparentemente tampoco puede escuchar la oración. Si no se relaja, no podrá soportar lo que viene. Necesito calmarlo.

—Hagamos algo bebé. Haré todo excepto la parte que ni siquiera puedes mencionar—. Sonrío tranquilizadoramente. —Vamos cariño, solo relájate, entrégate a mí y solo por esta noche llegaré solo hasta donde me lo permitas.

Si eres una pequeña mierda, y no tomas esto, te patearé hasta que estés inconsciente. Esto es más de lo que he ofrecido a... esperen... nunca le he ofrecido nada a nadie. No intentaré entender por qué mi comportamiento tan débil hacia Junior y mi paciencia.