La Verdadera Línea Del Destino.

9. Largo camino (2ª parte)

Estoy apunto de tirar la toalla con esta historia... Respira profundo... Necesito un poco de tranquilosina...

***

Los funerales del joven Shi Qing Xuan fueron simples. Las ceremonias para los menores de edad siempre lo son.

Shi Wu Du guardó silencio durante toda la ceremonia, contemplando la piedra que marcaba el lugar donde descansaba el cuerpo de su hermano. Depósito cuidadosamente una peineta que al parecer había sido la única pertenecía del pequeño junto a la malograda lápida.

Así permaneció hasta que la luz del sol se apagó, de puso en pie y desapareció en medio del oscuro bosque.

Buscó por todos lados pero el demonio que había torturado a su hermano se había desvanecido, era como si nunca hubiera existido.

Durante todo ese tiempo derrotó a cientos de demonios y fantasmas aterradores, hasta que un buen día fue llamado a la Corte Celestial.

Aquello debería de haberle causado gran felicidad y satisfacción pero de alguna manera se sintió incompleto.

Más sin embargo decidió dejar el pasado en el pasado y comenzar de nuevo ahora siendo un Oficial Celestial.

Así que el recuerdo de Shi Qing Xuan paso a ser una historia mal contada dentro de sus recuerdos.

***

El agua estaba en calma. Grandes navíos se encontraban anclados a la orilla del río.

Los barcos de las familias adineradas flotaban sobre la superficie. Decorados con lámparas de colores y tiras de papel. El aroma que aquellos navíos dejaban tras de sí era una estela de las delicias que se consumían adentro.

En cambio los barcos de carga pasaban cual fantasmas, tratando de no llamar la atención. Apenas una tenue luz en el frente del navío era usada  para evitar que otro barco chocará con él.

He Xuan reposaba recargado en uno de los postes del muelle.

Él estaba destrozado.

Miraba a lo lejos, un reflejo luminoso sobre la superficie del agua. Intentando inútilmente tragar la amargura que se concentraba en su garganta.

Habían pasado al menos dos semanas desde que supo aquella terrible noticia. Mei Méi, su Mei Méi, había muerto.

Recordó  la última vez que la vio con vida. Apenas le sonrió y había iluminado toda la habitación.

Pensó en como se le hacía tarde el día que por fin logro salir de la cama. Se levantó y cambió de ropas para ir en busca de su compañero de aventuras.

Iría a despedirse de él antes de partir a la capital para hacer el examen imperial. Tenía tantas cosas que decirle y tantas otras que preguntarle pero nada de eso pudo suceder.

Porque su amiga había muerto.

El viento trajo consigo los aromas de los barcos. He Xuan apretó los ojos, no quería llorar pero entre esos aromas también llegó el de una fragancia dulzona y familiar. 

Entre abrió los labios dejando escapar un quejido ¿Porque mantenerse vivo? Sin su amigo ¿No estaba ya demasiado solo?

Justo en el momento, en que en sus pensamientos contemplaron esa idea, como si los cielos hablasen, una mano emergió del agua y tomó su pierna.

Él abrió los ojos, su cuerpo se hundió.

De primer instante se impulsó hacia la superficie pero, ¿No era eso lo que quería? ¿No deseaba que el dolor acabara? Iría a cualquier lugar a donde hubiere ido su pequeña Mei Méi.