Felices tres años

176 9 0
                                    

"¿Acaso no responderás?"- Pregunto ella con su voz más irónica posible.

Vegeta se quedo callado, no le podía decir porque había dicho eso, si lo hacía tendría que contarle porque el le dijo aquello, así que prefirió callar, pero aún tenía su mirada retenida por los ojos azules de la muchacha que lo miraban desafiante, nunca antes alguien le había mirado de aquella forma, él era el de la mirada desafiante, no pudo apartar la vista, era como un desafío, pero lo iba a perder de todos modos, él no podía responderle, ella ya estaba arqueando su sonrisa de victoria, hasta que justo a tiempo sonó el timbre para el recreo y el muchacho salió a gran velocidad de la sala dejando a la muchacha con las palabras en la boca.

El resto del día solo se dedicaron a miradas de odio de parte de los dos, aunque a ambos les hacía gracia la situación en cierto modo. Cuando terminaron las clases la gran mayoría se fueron a sus casas otros se quedaron a talleres o a deportes.

Vegeta camino por los pasillos de la gran preparatoria, había olvidado cómo eran, en realidad él no era un alumno del todo nuevo, el ya había estudiado ahí antes, hace ya casi 10 años, cuando iba en segundo de primaria, en realidad no recordaba como era antes, era muy pequeño para recordar algo tan trivial, pero él recordaba algo, o más bien a ciertas personas, pensaba en lo distinto que sería si tal vez nada hubiera pasado, pero cuando pasó, una de las consecuencias fue la expulsión inmediata del instituto, haciendo que se tuviera que educar en casa en compañía de múltiples tutores, bueno para algo sirvió la gran suma de dinero de su familia.

Y ahora después de 10 años todo volvía a ser "normal", después de 10 años de lo ocurrido lo dejaron reintegrarse al instituto.

"Ni siquiera sé porque me vine a meter a esta porquería llena de insectos"- pensaba el muchacho mientras abría su taquilla para sacar algunos libros, de pronto un pequeño papel un poco arrugado se dejo entre ver, lo sacó cuidadosamente, leyó su contenido "La familia lo es todo" era el contenido del papel, miró a su alrededor y solo vio a un montón de alumnos haciendo lo normal, hablando, riendo, y cosas así, miró otra vez el papel y lo arrugó, sacó el libro que necesitaba y cerró la taquilla, camino hasta un basurero y botó el papel, se puso a pensar un rato hasta que dejo ver una sonrisa malévola.

Camino hacia el gimnasio pero no entró a este, se quedó afuera apoyado en la pared, todavía tenía el libro en una mano, esperaba al maestro Roshi que le pidió que lo esperara porque debía decirle algo, sin previo aviso vio venir a Bulma y a su novio, no sabía su nombre ni le importaba tampoco, aunque a decir verdad le daba risa las miradas que este le lanzaba a él, como queriendo decir no te acerques a mi chica, como si a él le importase aquella muchacha tan vulgar y gritona a su parecer, ellos pasaron por su lado al mismo tiempo que el Mr. Roshi llegaba.

"¡Oh, Yamcha, el equipo de rugby tiene una reunión ahora mismo, será mejor que vallas!"- Dijo el anciano apuntando adentro del gimnasio.

"Nos vemos después"- Dijo el chico mientras besaba a su novia y le dedicaba la última mirada de odio a Vegeta quien hacia una mueca de risa.

"Espere Señorita Briefs, también tengo que hablar con usted"- Dijo deteniendo a la peliazul mientras Vegeta arqueaba una ceja en signo de duda.

"Lo escucho"- Dijo ella si más mientras procuraba guardar distancia de el muchacho de la voz varonil que la había dejado helada.

"Esto va para los dos, en este instituto se exige que los estudiantes aparte de las clases estén en algún taller o equipo extra curricular, para incentivar el compañerismo"- Dijo el maestro Roshi con su mirada perdida en los pechos de la adolescentes quien cruzaba los brazos molesta por eso.

"¡Hmp, ¿Qué pasa si no quiero?!"- Dijo Vegeta mirando fijamente a Mr. Roshi, parecía como si le atravesaría los lentes con aquella mirada.

"¡Tendrás que querer o despídete del lugar!"- Dijo sentenciando apartando la vista de los pechos de la peliazul y mirando fijamente al muchacho quien estaba rojo de rabia.

Un Ultimo AñoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang