2

2.6K 187 10
                                    

Llegué a casa tras 7 horas en el instituto. Dejé mis cosas en la entrada, acariciando mi pequeña gatita gris, Happy que pasaba a verme. Había sido un día largo, y ver que mi madre aún seguía en mi casa me puso peor.

-¿Mamá? ¿Qué haces aún aquí?-

-Cariño, mira.-

Estaba sentada enfrente del ordenador, en la pantalla se podía ver una página de Facebook. Dejé los ojos en blanco, acercándome a ver qué tenía ahí.

Seguramente algún vídeo no muy gracioso que a ella le hacía gracia.

Observé bien la pantalla, pude ver que estaba mirando una página de una chica. La chica tenía el pelo negro, un piercing en la ceja y unos tatuajes que le cubrían los brazos.

Inma Rodríguez Gonzalez.

-¿Quién es esa?- pregunté.

Mi madre puso su dedo en la pantalla donde estaba la cara de la chica.

-Esfuerzate. Piénsalo bien. ¿Te recuerda a alguien?-

Achiché los ojos, analizando a la mujer que ahora tenía nombre. Por dentro tenía una pequeña sensación de alegría, pero no sabía de qué. No tenía ningún recuerdo importante con ella, no me acordaba de ninguna Inma.

-No lo sé, lo siento.-

Mi madre suspiró.

-Era tu antigua mejor amiga de Barcelona. Siempre estabaís juntas, nunca os separabaís. Ella sigue viviendo allí, es peluquera.-

Me encogí de hombros.

-¿Y por qué me enseñas esto ahora?- pregunté. -¿Por qué no cuando perdí la memoria?-

Mi madre posó un dedo sobre su barbilla, mirando más fotos de aquella Inma. Era una chica atractiva, bastante delgada. Me encantaba la manera que vestía, pero los tatuajes no era lo mío.

-Pensaba que si Inma no estaba en tus recuerdos sería porque no fue tan importante.- explicó. -Pero es importante ahora. ¿Has entregado tu curriculum online?-

Asentí.

-Sí, ya lo he mandado. Suelen responder a los 2 días si he sido elegida o no.- expliqué. -¿Pero qué tiene que ver esa tal Inma?-

Mi madre abrió una burbuja de conversación, donde se veía un chat entre ella y la chica llamada Inma.

-Le he contado todo. Le he contado que igual vuelves a Barcelona. Le he contado sobre tus problemas de memoria y todo.- explicó.

Mis ojos se agrandaron.

-¿¡QUÉ?! ¿Qué haces contándole a una desconocida eso?-

-Porque si consigues el trabajo ella será tu compañera de piso. Estará ahí para ayudarte por si acaso.-

Quería decirle a mi madre que Inma era una desconocida para mí. Pero cuando volví a mirar su foto pude sentir una sensación de nostalgia, de tristeza, de extrañamiento. Era extrano sentir algo así por alguien que apenas conocía.

Se notaba que había sido alguien importante. Y si ella había estado allí durante mi adolescencia e infancia, me gustaría tenerla a mi lado para poder recordar todo aquello.

-Bueno... Al menos el alquiler no será tan caro.- susurré.

-Ainoa, quiero que todo salga bien. Pero quiero que te tomes las cosas con calma. Igual será mucho para tí los primeros días.-

Me senté sobre la silla.

-¿Qué le has dicho exactamente a Inma?- pregunté.

Mi madre abrió el chat de nuevo, revelando todos los mensajes intercambiados entre ellas dos.

Madre: Hola. Soy la madre de tu antigua compañera y amiga de la infancia. Por si no te acuerdas, se llama Ainoa.

Inma: Sí sí, me acuerdo. ¿Qué tal está Ainoa? Hace tiempo que no la veo.

Madre: La verdad es que no está muy bien. Unos años después de mudarse a Alemania tuvo un accidente que le dejó sin memoria.

Inma: No me lo puedo creer.

Madre: Bueno, la razón por la que te he contactado es porque hay una posibilidad de que ella vuelva a Barcelona a trabajar.

Inma: ¿De verdad? A ver si nos vemos.

Madre: No sé si estará bien allí sola, aún tiene unos pocos de efectos secundarios. Por eso me preguntaba si te gustaría ir a vivir con ella.

Inma: Me encantaría. ¿Ainoa se acuerda de mí?

Madre: Lo siento pero no, Ainoa quiere volver a Barcelona para recordar toda su infancia.

Inma: Ainoa y yo nos despedimos de mala forma, me gustaría volver a hablar con ella y solucionarlo.

Esa última frase hizo que me arrascase la cabeza, intentando recordar lo que había que solucionar.

-¿Qué pasó? ¿Por qué nos despedimos de mala manera?- pregunté.

Mi madre sacudió la cabeza.

-No lo sé, nunca me contastes. Solo sé que estuvistes mal durante unos meses.- explicó mi madre.

No sabía qué pensar de la situación. No me acordaba de la chica, no me acordaba de nuestras antiguas conversaciones... Eso obviamente me entristecía ya que parecía que haber sido para mí una persona importante.

Me di la vuelta.

-Tampoco se sabe si conseguiré el trabajo, así que dile que no se haga muchas ilusiones.-

¡Buenas! ¿Qué pasa chavales? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? Y yo que me alegro.

Ya sé que igual estaís ansiosos para ver a Raúl, solo os pido que tengaís paciencia. Aún estoy escribiendo los 2 siguientes capítulos.

Habrá mucho salseo cuando aparezca, así que... espero que os guste el libro ❤

¿Qué pensaís que ocurrirá? ¿Teneís ganas de ver a Raúl?

Instagram: chrisinrota

Pelirroja De Bote (Auronplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora