Millian

Escandalosa

—¡Millian!

Entró corriendo a la habitación, y se abrazó con fuerza a él, colgándose de su cuello. El alto moreno la tomó por debajo de los glúteos, y la besó, siendo correspondido por ella.

—¿Estás bien? ¿No te hicieron nada malo? —le preguntó preocupada, acariciándole el cabello, recibiendo cortos besos por parte de él por su rostro.

—Estoy bien, mucho mejor ahora que te tengo conmigo.

Lo miró afligida, y volvió a besarlo, acariciándole el cabello.

Una persona carraspeó detrás de ellos, y Liliana se abrazó a Millian, no queriendo soltarlo.

—Lamento mucho el tener que haber llegado a estás instancias. Espero que esto sólo quede como un mal recuerdo, y en un futuro puedan entender nuestro actuar. Tristemente hemos perdido a muchas mujeres, y la última víctima aún no despierta.

—Ambos le dijimos que nada malo había pasado —gruñó Millian.

—Lo sabemos, pero muchas veces las víctimas no dicen la verdad, por miedo, es por eso que debíamos investigar su caso.

—Eso no justifica el que se metieran en nuestra intimidad.

—Lo lamento, a modo de disculpas, la líder de nuestra tribu ha preparado una casa especial para ustedes, que se amolde a sus... "Gustos" en la intimidad —sonrió Ketall.

—¿Gustos?

—Para que ya no ocurran este tipo de incovenientes, es una casa con paredes gruesas.

—Ah, lo dices por mi mujer.

Liliana escondió su rostro en el pecho de Millian, avergonzada. ¿Cuándo iban a dejar de hablar de ella? Es más, no pensaba abrir la boca cuando volviera a tener sexo con él.

—Un oficial los llevará hasta su nueva casa, y una vez más les pido culpas por lo ocurrido.

—¿Por qué no vinieron los líderes en persona?

—Uno de sus hijos está enfermo, pero en cuanto el niño esté bien, irán ellos mismos a hablar en persona.

—De acuerdo —pronunció serio.

***

Subió con lentos besos hacia su vientre, lamiendo su piel, estremeciéndola. Llegó hasta sus pechos, y los chupó nuevamente, escuchándola quejarse.

Se levantó un poco, y la observó serio, antes de quitarle la mano de la boca.

—¿Qué haces?

—N-No quiero que nos escuchen.

Arqueó una ceja, y luego la tomó del rostro, pasando su mano hacia su nuca, besándola de forma hambrienta. Liliana intentó apoyar sus manos en los hombros de él, pero Millian la tomó de las manos, envolviéndolo sus muñecas con las sábanas de la cama.

—¿Q-Qué haces? —le preguntó en un hilo de voz, agitada.

—Me aseguro de oírte —le dijo atándo el resto de la tela en el cabezal de la cama.

Ella miró hacia arriba sus brazos, y luego a él.

—¿Te duele?

—No.

—Perfecto entonces —sonrió con cierta malicia.

—Millian.

Se volvió a acostar boca abajo en la cama, y le separó los muslos, antes de acomodarse una vez más entre ellos, y seguir lamiendo y chupando su intimidad.

La joven morena al sentirlo, gimió alto, intentando juntar sus muslos, y más aún cuando sintió que chupaba más fuerte, profundo, haciéndola cerrar sus manos en forma de puño.

No le costó mucho a Millian escucharla casi gritar, y eso es lo que él quería, que ella fuera la misma escandalosa de siempre.

Así era su mujer, así le gustaba a él, y lo que ellos hicieran en su intimidad, y cómo lo hicieran, no era problema de nadie más.

...

Final de la historia 😢👇 próxima parte

(Hasta aquí es el especial de San Valentín, pero la historia sigue ❤✨)