Manipulado por mi Secretaria © [COMPLETA ✔️]

Capítulo 20 Quiero saber

06 de Julio 2019

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Y la vida es tan injusta...
Cuando quiere, se lleva a los que menos queremos
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23 de Junio 2005

Llevó tres malditos días esperando su llamada y nada. Se que me odia, pero él no debería amar a esa chica, que se hace llamar hija, por todos los santos, solo quería abrirle los ojos

Sino hubiera gritado Ámbar, si solo me hubieran dado cinco minutos y poder hacer dudar a de donde rayos estaba metida su hija, no la hubiera encontrado en el sótano.

Tenía que ser astuta la mocosa, siempre odiaba y fregando mis planes, y así sigue amándola y protegiéndola , dejándome sola.

Scarlett ya está lista, totalmente sedada, pero esa muchacha siempre tan escurridiza que no dejaba de moverse en la mesa.

Octavio terminó de leer y lentamente dejo aquel papel en la mesita donde la lámpara estaba puesta.

Mire mis manos, que estaban arriba de la sábana de la cama y aunque ya son más de las diez de las noche, decidí que me leyera lo que trajeron hace unas horas los detectives, es un tema muy delicado lo que dijeron y con esto, se acaba de comprobar la verdad de sus palabras.

Mire a Octavio, quien tenía el ceño fruncido y quien sabe que cosas pensando

— Tranquilo... — Susurré para él — Solo abrázame toda la noche y no me dejes sola para que no tengan ningún miedo — Hablo está vez mirando el rostro preocupado de mi esposo, que, aunque intenta cambiarlo no puede cambiar la seriedad e intensidad de su mirada — En serio... No me hagas enfadar querido —. Le digo a la fuerza, mientras me aferro a su cuerpo, quitándole de poco a poco la seriedad que tiene.

— Te dije que no, mira como te ha dejado — Sus brazos rodean mi cuerpo y me aprisiona a su  lado dando ese calor cariñoso y amoroso — Estan pintando ya los cuartos de los bebés, empezaron hoy con la base — Bien, me parece excelente que cambiemos de tema.

— Si, me di cuenta tonto — Digo haciendo que se ría de mí al momento en que una mano me pellizca el brazo, no tan fuerte, pero al menos soportable 

— Nos quedaremos aquí... Es un lugar tranquilo y además no está tan lejos de la ciudad, además me dijiste — acomodo mi rostro en su pecho, levantando la vista hacía él — Que te gustaba el modelo de la casa, podemos hacer unos arreglos en los cuartos — toca la punta de mi nariz — Y tener nuestra casa, así... Natural y normal, solo que tiene más cuartos de lo que pensabas ¿Cierto? — le sonrió en manera de respuesta

— Si — Le doy la razón — Añoraba un lugar tranquilo, con un amplio patio — Hago con mi mano que está encima de su abdomen un movimiento de grande — Aquí tienes lo necesario y no quiero que planees comprar un parque, te conozco — Le advierto al momento en que miro sus ojos, y como de un rato a otro con sus labios hace una mueca — Te conozco

— Lo tendré que cancelar a que lo traigan — Como es tan notorio sus intenciones. Se ríe al ver que mi ceño se frunce de sus desiciones precipitadas. — Trata de no fregar mis planes señora Black —  con un gesto dulce, besa mis mejillas, haciendo que mi sonrisa se haga más grande — Linda — siento el calor en mis mejillas repentinamente.

Meloso

— Sabes que lo hago, porque son tus decisiones fuera de sí, no piensas en cosas innecesarias. Más bien tienes que hablar con Carlos, Nicol no puede seguir sola con Mía y con las sirvientas, fin y al cabo es su padre y tiene que tener más... Amor a su hija, es el único recuerdo que le queda de la mujer que amó — digo para poder, quitar aquella barrera entre mayormente Carlos y Octavio, que aún no se dirigen la palabra. — No, mejor yo habló con él, trato de persuadirlo y pueden ser los hermanos que eran. Damián... Es un poco... — Muevo mis manos sabiendo que él, es verdaderamente el problema —  Él es terco y un poco sonso por estar escuchando s su esposa — aclaro el punto.