4: Papá, el cuidador fantasea conmigo

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Levi condujo varios kilómetros hasta que nos adentramos en la zona menos lujosa de Las Vegas. Se estacionó al lado de un edificio de mala muerte, cuyas ventanas no desprendían ninguna luz. La plana baja no podía calzar menos con el resto de la estructura.

Era como un trozo de oro pulido atrapado entre las cenizas. Se trataba de una peluquería de lujo, con cristales reforzados del cual brotaban burbujas que cambiaban de color. El nombre si estaba un poco guarro; «Vellito Vú».

-¿Dónde demonios me has traído? -refunfuñé, bajando del coche.

-Aquí trabaja un amigo mío que fue despedido del salón que voy hace ya unos meses -me comentó Levi.

Nos acercamos a la entrada y Levi empujó la puerta para dejarme entrar. Dentro se respiraba un ambiente extraño. Las paredes estaban tapizadas de terciopelo rojo, y el suelo era de cristal negro. El olor a agua oxigenada estuvo a punto de tumbarme el cerebro.

-Dime que no fue por hacer un mal corte -le pedí mientras nos acercábamos al mostrador.

-No. La jefa lo encontró dándose jalones con otro chico -me dijo Levi sin asco.

Una rubia con media cabeza rapada nos detuvo a mitad del camino. Observó a Levi con envidia y resopló sacando el pecho. Me reí; esas tetas ya las había visto en Doctor 10210.

-Estoy buscando a Bennie -se apresuró a decir mi amiga.

-¡Escuché mi nombre! -chilló una voz carrasposa y fingida. Un tipo de treinta y tantos años se asomó detrás de la rubia pechugona, y la cara le estalló al ver a Levi.

-¡Davina! -chilló.

-¡Bennie! -contestó ella y se lanzó sobre él-. ¡Soy Levina, no Davina, recuerda!

-Oh, cállate. Davina te queda mejor. ¿Qué te trae por aquí, mi pequeña millones?

-Es que mi amiga y yo queremos un cambio de look radical -le comentó en un susurro-. Discretamente.

-Soy una tumba -le juró él, ella, o lo que sea, y se volvió hacia mí con una sonrisa maliciosa. El poco pelo que tenía en la cabeza estaba teñido de un imposible tono plateado, aunque los vellos de su barba de tres días me decía que era originalmente rubio. El tío abría los ojos exageradamente, y me daba la sensación de que de un segundo a otro brotarían de sus cuencas y rodarían entre mis pies-. ¿Me trajiste más presas? ¿Qué necesita ella? ¿Una depilación íntima? Tiene cara de tener junglas en las que se perdería cualquier Tarzán -murmuró, mirando entre mis piernas.

-¿Qué has dicho? -gruñí, apretando los puños. Ya me encargaría yo de acomodarle bien las bolas de billar que se le asomaban sobre las mejillas.

-Blake, él es Bennie -lo presentó mi amiga, empezando a sentir los nervios otra vez.

-¡Me da exactamente igual! ¿Podemos hacer esto rápido? -dije sin paciencia.

-¡Uy, en sus selvas faltan visitantes! -dijo Bennie-. Por aquí, mis Amazonas.

Levi y yo nos arrastramos sobre un par de sillas giratorias que se alojaban frente a un par de espejos rectangulares. Bennie se estableció detrás de mí, y la rubia del expediente número 4526 del doctor Ray, detrás de Levi.

-¿Qué tan radical? -me preguntó Bennie, peinándome el cabello.

-Agua oxigenada, un corte, ¡yo que sé! ¡Hazme algo, maldita sea! -exploté. Tenía que admitir que yo también estaba empezando a ser invadida por los nervios. No podíamos quedarnos mucho tiempo en el mismo sitio; Hassan andaba tras nosotras como un sabueso.

1. NIÑA MAL: Hecha en Las Vegas (Abi Lí) [TERMINADA]Where stories live. Discover now