8: Los hombres son de Marte, Blake es astronauta

6.9K 651 93
                                    

Poco después, salí de la habitación en busca de la de Hassan. Sabía que aún seguía haciendo la revisión, pero le iba a dar una sorpresita. Cuando la encontré, me senté en la cama con las piernas flexionadas, mirando hacia la puerta.

Hassan tardó varios minutos en aparecer, y, cuando lo hizo, expandió los ojos al verme.

-¿Qué estás haciendo aquí? Tienes totalmente prohibida la entrada a esta habitación -me informó, con la voz endurecida.

Hora de actuar.

Tragué con dificultad y bajé mis ojos hasta sus pies. Estuve a punto de hacer un puchero, pero sabía que era demasiado. Me puse la mano en la frente y lo miré a los ojos. Cuando lo hice, los expandió aún más, viendo mis ojos cristalinos y húmedos.

-¿Qué te ocurre? -me preguntó, acercándose.

-Me odian todas -le dije, y mi voz se quebró.

-Bueno, no eres muy adorable que digamos. -Me tendió la mano-. Vamos, te llevaré a tu habitación.

Negué, cabizbaja. Me quedé mirando la colcha que arropaba la cama de Hassan. Era blanca, impecable. Un par de chanclas de baño se asomaban por debajo de la cama. Me imaginé a Hassan levantándose por la mañana, bostezando y poniéndose las chanclas. Solo, igual que yo. Mirando la hora y yéndose a duchar. Rutina. Aburrimiento. Entonces entendí por qué odiaba y amaba mis travesuras. Porque una parte de él -la que su madre había construido-, no me toleraba, no me permitía nada y se cerraba a todo-. Y otra -la que era él en realidad-, deseaba aventura, riesgos, risas y consecuencias, y ésa era la parte que reía, la que me llevaba hasta el balcón del internado y la que jugueteaba conmigo a pesar de tenerlo prohibido. Solo necesitaba hacer que se rindiera a esa parte -a sí mismo-, y las cosas cambiarían. Para él y para mí.

-¿Qué tengo que hacer para irme a casa? ¿O para ver a Levi? -lloriqueé.

-Llegaste ayer, no puede ser tan malo. -Puso su mano sobre mi hombro.

-¿Sabes el cambio que significa esto para mí? -Alcé mis ojos hacia los suyos, con mis labios temblorosos.

-Tus padres lo hacen porque les importas. Quieren lo mejor para ti -musitó, agachándose frente a mí.

-Quieren el bien para sí mismos... No para mí.

-Estoy seguro de que no es así.

-Estoy sola. -Aspiré-. Pero bueno... Siempre lo he estado, así que... ¿Cuál es la diferencia?

-Puedes hacer muchas amigas aquí. -Miró hacia la puerta-. Lo hablaremos mañana. Te llevaré a tu habitación. -Se puso de pie y me cogió de la mano.

Apreté su mano con fuerza y lo miré a los ojos, necesitándolo.

-Hassan, no lo entiendes... No es por las amigas. ¡Es por ti! -Me puse de pie.

-¿Qué pasa conmigo? -Nuestras manos aún enlazadas.

-Es que tú... Lo que pasó entre... Es que... -Solté un suspiro-. Sabes qué, olvídalo. Tienes razón, mejor me largo. -Di media vuelta, pero Hassan no soltó mi mano.

-Espera -me pidió, tirando de mí.

Quedamos frente a frente, mirándonos. No sabía si actuaba tan bien que ya sentía reales cada una de las sensaciones. No tenía tiempo para descubrirlo en aquel momento, simplemente me apegué a lo que se apretaba en mi pecho.

-¿Por qué te pones así? -me preguntó en un susurro.

-¿Eres tonto o qué? ¿Cómo no puedes verlo?

1. NIÑA MAL: Hecha en Las Vegas (Abi Lí) [TERMINADA]Where stories live. Discover now