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Lejos a los prejuicios paranoicos de JungKook; Taegan no era alguien malo.

O al menos no alguien tan malo como en un principio lo había pensado. Aquella aura oscura y tenebrosa aún emanaba del hombre pelinegro y el nerviosismo de JungKook aún no se había esfumado. Pero tal vez, solamente aquellos dos habían iniciado con el pie equivocado.

Ahora que había accedido a pasar la noche con el violinista, debía de admitir que su perspectiva había dado un sutil giro a su mente.

Taegan era una persona de pocas palabras, sin embargo era alguien tranquilo hasta cierto punto. Su mirada era intimidante, su caminar, su respiración e incluso su hablar, en general era alguien inquietante en toda la expresión de la palabra, pero por lo menos no tan escalofriante como ayer lo había sido.

No era alguien de reír constantemente, no tenía anécdotas variadas y simplemente se limitaba a escuchar en completo silencio cada una de las anécdotas que JungKook redactaba. En ningún momento hacía preguntas para que la conversación fluyera, simplemente asentía y si JungKook terminaba, concluía con un "muy bien" o un "ya veo".

JungKook se sentía incómodo aún a pesar de hablar tanto y caminar tan cerca de Kim Taegan, y no exactamente por su actuar, si no que más bien por su intensa mirada sobre él. La manera en la que aquellos oscuros ojos lo escrutaban de manera constante como si fuese alguna clase de reliquia hermosa era extraña, sumamente intensa y fija, tan escalofriante como incluso atrayente.

A pesar de pasear ya por el centro de la ciudad por dos horas continuas y poder considerarlo una especie de "nuevo amigo", no dejaba de sentirse intimidado de cierto modo e incluso, acosado.

Y mientras que esa parte suya rogaba huir del lugar y evitar problemas posibles, la otra parte se encontraba completamente asombrada de solo girar hacia su izquierda y elevar un poco su mirada hacia el mismo violinista que ayer había logrado escuchar. Era asombroso estar caminando justo al lado de un famoso, pero incluso mejor aún que Jeon lo estuviese acompañando.

JungKook no se sentía fanático del violinista, no aún; pero eso no hacía menos el hecho de que justo ahora charlaba con un hombre sumamente talentoso y exitoso.

Era increíble a pesar de pensar lo contrario hace solo algunas veinticuatro horas.

Ahora ambos jóvenes caminaban a la par por las pobladas calles de Seúl en busca de algún restaurante en donde poder cenar. La mirada de JungKook paseaba por los alrededores del lugar con lentitud de manera desinteresada, no parecía notar la insistencia de la mirada de Taegan sobre, y eso a este último de cierto modo le alegraba.

JungKook era hermoso, y eso era algo que ni aunque quisiera, Taegan podría ignorar. La manera en la que sus enormes ojos avellanas brillaban cuando observaba algo que le parecía atractivo era algo sumamente divino y el rojo cerezo de sus labios perfectamente delineados parecía ser algo realmente tentador para Taegan.

Y mientras más profundizaba su mirada en JungKook, más recuerdos llegaban a azotar su mente. La manera en la que JungKook actuaba, como miraba, como sonreía y como caminaba... todo ese muchachito le traía tantos recuerdos...

JungKook por otra parte, encontraba sorprendente ver como ninguno de los peatones se detenían por TaeHyung a pesar de ser varios los que lo reconocían y hablaban de él. Definitivamente TaeHyung era alguien famoso por la zona si no lo era ya por todo el país, y el respeto que las personas le tenían al no tomarle fotografías o detenerlo para algunos autógrafos era impresionante.

En solo unos minutos más, ambos jóvenes ya se detenían frente a un restaurante simple de comida japonesa y con un amable ademán, Taegan cedió el paso hacia el lindo muchachito de hebras castañas, avanzando por detrás de él después de que ingresara y se inclinara a manera de agradecimiento.

toska ━ taeggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora