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Cuando la maquillista se alejó del moreno joven estrella de aquella noche tras terminar su trabajo, TaeHyung corrió sin paciencia hacia donde su violín se encontraba reposando en el lugar de meriendas, sintiendo la ansiedad correr exagerada por su cuerpo queriendo hacerlo sentir mareado y estallar.

Los murmullos estaban sofocando su audio dentro de los camerinos, la gente que ocasionalmente veía agruparse por las entradas hacia el teatro lo estaban mareando en esa inseguridad y poco entusiasmo que crecía por estar en aquel lugar, volviendo a esos trajes exagerados mientras cámaras fotográficas del mismo staff disparaban sus luces blancas al hacer click para así congelar una asombrosa imagen del joven que ahora era el centro de atención.

Sentía los ojos escarbar en él sin piedad, se sentía expuesto ante los rostros desconocidos que lo acompañaban a su nuevo concierto, interesados en registrar su talento y apoyar en este mismo de alguna manera que TaeHyung nunca identificaba, sintiéndose frustrado por no poder tranquilizarse al ambiente algo caótico que siempre lo abrumaba a pesar de llevar casi seis años sumido en aquel "infierno".

En esos momentos no se sentía bien, se sentía sofocado por la ocasión, perseguido por su manager y su personal a casi todas partes , pareciendo querer hacer enloquecer a su estrella a propósito solo algunos minutos de subir al escenario. Su cabeza daba vueltas, descolocada de todas partes y apenas concentrada en el presente, sin que su corazón parase de mantener un acelerado ritmo casi constante.

—TaeHyung, ¿qué haces?—Había resonado la voz del manager a espaldas del violinista, sumido en el estrés, el cual mostraba intenciones de alejarse con su bello violín a algún lugar solitario.

Kim giró hacia JinSub al momento en que sus pasos se detenían y entregaba su total atención hacia aquel hombre que le había regalado la suerte —o la desgracia— de estar en aquel gran teatro a punto de presentarse para casi dos mil personas aficionadas a escucharlo tocar su violín de madera pulida y más de diez años de antigüedad, arqueando breve una ceja sin saber que responder exactamente.

Porque se sentía ahogado y mareado estando ahí, estaba nervioso y poco entusiasmado de estar ahí. La ansiedad lentamente lo estaba haciendo estallar más y más, necesitaba relajarse y para su mala fortuna, el consumir alcohol antes de cualquier espectáculo estaba prohibido. Por esos sus dedos se estaban tentando a acariciar las cuerdas de su amado instrumento, abrir su mente a sus inquietudes y a aquellos intrusos con los que compartía su agonía eterna.

Pero la mirada curiosa y demandante de JinSub lo impacientaba, y aunque no temiera decir la verdad a ese superior que podía considerarlo un amigo, sus palabras parecían no querer salir.

—Eh... yo planeaba practicar un poco antes del concierto—Dijo, y aunque aquello no fuese por completo una mentira, se sintió disconforme con su propia respuesta.

—Tae, estamos a una hora y treinta minutos para empezar—Comentó JinSub con un suspiro, suavizando la queja en un sutil tono de preocupación.

V asintió, consciente de aquella corta extensión de tiempo si se llegaba a ver en esa situación.

—Lo sé, solo quiero relajar los músculos un poco y afinar las cuerdas—Comentó mordiendo nervioso su labio inferior y reprimiendo una mueca cuando un sutil mareo lo sorprendió, acto que no pasó desapercibido por un preocupado manager.

—Tae, ¿todo bien?—Preguntó acercándose un poco a su violinista cuando este frunció el ceño y llevó su diestra hacia su cabeza cuando su cabeza punzó ligeramente— ¿Estás... cambiando?

El azabache negó de inmediato.

—No... no lo creo—Comentó permaneciendo con su diestra en su frente por algunos segundos antes de suspirar al sentirse mejor, o al menos así lo creía—, creo que estoy un poco sobrio, solamente. Ayer... al parecer bebí mucho vino.

toska ━ taeggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora