DESAPARECIDO

Capítulo 4: Fantasmas del Pasado.

-Despertó, ella volvió, recuperó su consciencia, acaban de informarlo ¿Puedes creerlo? –dijo una voz de adolescente.

-Claro que lo creo, se que Eliette es una persona más que fuerte, con su recuperación, es momento de aparecer, ya no puedo seguir en este escondite, es tiempo querido, es tiempo de salir.

Aún anonadada por el mensaje que había recibido, Aline, no lograba encontrar pensamientos para tan semejante acusación ¿Qué es lo que saben? ¿Quién dejó esa mensaje? La puerta de la habitación se abrió abruptamente, lo que asustó a Allard, dejando entrar a una chica quien era Isadora nuevamente: había olvidado su chaqueta y solo regresó por ella. La muchacha notó algo raro en su compañera de habitación, pues, la conocía hace mucho tiempo como para saber que algo le ocurría, pero decidió ignorarla por completo y solo salió de la habitación con la prenda deseada. La otra chica, por su parte, tomo nuevamente el teléfono revisando la hora y salió hacia el hall de acceso del colegio para dirigirse a la clínica. Durante el trascurso de su salida, se encontró a Ángel, quien venía apurado entrando debido a que el horario de ingreso ya estaba a punto de finalizar. Debido a la emergencia, Allard no tuvo complicación para salir, causando la curiosidad del chico.

El muchacho siguió su camino hacia la entrada de su piso, donde buscó su habitación, entrando en ella se percató que su compañero ya estaba acomodando sus pertenencias y prendas en la gran pieza que sería compartida, era Victor, el nuevo.

-Este lugar parece eterno ¿no? Creo que hay espacio más que suficiente para dos personas –decía Bustamante.

-La verdad es que si, no estoy acostumbrado a estos grandes lujos como ustedes, para mi es más que suficiente –le contestó Salas.

-Espera un poco ahí eh, no es que toda la vida haya tenido estas grandezas tampoco, mi padre se fue al extranjero por una oportunidad de negocios y supo cómo trabajar, por eso tenemos lo que puedes apreciar –decía mientras apuntaba con sus brazos algunas de sus pertenencias.

-Se nota que no eres de aquellas personas que miran por el hombro a los demás o intentas imponerse como superior, me alegro, este mundo está lleno de esa gente ¿No crees? –respondía Ángel.

-La verdad es que si, en especial ese tal Koke, le he visto de lejos solamente pero no me da una buena vibra –antes de que continuara, fue interrumpido por su compañero.

-¡Espera! Con el no hay que meterse, es muy peligroso, su padre es uno de los más poderosos e influenciables por la zona, entre caerle mal y ser completamente ignorado, créeme, es mejor ser ignorado.

-Pero ¿Por qué piensan los uno de los otros? Recién te quejabas de las personas que se creían superiores pero somos nosotros mismos quienes les damos esa superioridad y no, no debería ser así –respondió Victor con un tono algo enojado.

-Para ti es fácil mencionarlo, porque en el fondo, tu familia es poderosa también, pueden luchar por ese lado pero ¿la mía? Yo no tengo un padre Abogado, Ingeniero, Médico o Empresario, no tengo ese poder que los caracteriza tanto, no puedo luchar contra ustedes, solo puedo observar desde afuera, el año pasado me metí con uno de ellos, y me di cuenta que fue el peor error, no solo porque terminé perdiendo, sino porque era diferente y no como yo creía que era –el tono de voz se puso algo melancólico.

-Claro, eso es lo otro, muestran un rostro y al final son diferentes, para bien o mal, pero ¿A qué se debe esa pena? Te noté algo raro cuando hablaste de esa experiencia del año pasado.

-Sí, es que, al final, logré siendo amigo de él, se llama Ignacio Vitalli y está...

-¡Desaparecido!, lo sé, yo lo conozco también Ángel y créeme, se que debe estar haciendo alguna jugada muy importante –Victor bajó el volumen de su voz al hablar de este tema.