CAPÍTULO 21

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No puede ser...

Empujando a la chica a un lado, saltó de la cama. Apartando las cortinas a un lado, salió corriendo.

—¡Dama! ¡Dama! ¡Sus zapatos! —La criada estaba tan confundida por este extraño giro de los
acontecimientos que casi se echó a llorar cuando recogió los zapatos y persiguió a Chu Qiao.

El sol rojo carmesí iluminó las tranquilas aguas verdes del lago.

Levantando el dobladillo de su falda, Chu Qiao corrió descalza por los pasillos pulidos. Desde su ángulo, uno podía ver que en el agua color aguamarina había una cortina de hojas de loto, y dentro del bosque de hojas de loto había una estructura intrincadamente
construida que exudaba un aura de antigüedad. Completamente hecho de madera roja sin pintar, incluso se podían ver los anillos de los árboles. El pequeño pabellón estaba abierto por todos lados, proporcionando una excelente ventilación. Delgados velos colgaban a los lados, revoloteando como mariposas bailando mientras la brisa de la noche se deslizaba.

En medio del pabellón, un joven se apoyó en uno de los pilares de secoya. Sentado con las piernas
ligeramente dobladas, una intrincada botella de vino de plata estaba al lado de su mano. No había tazas, pero sí algunas semillas de loto recién peladas que se dispersaban en el suelo como perlas. En su mano llevaba una
flauta de jade verde. No la tocó, simplemente la giró tan rápida y ágilmente que era casi fascinante verlo. La fina neblina del lago oscureció su rostro, y uno solo podía ver sus brillantes ropas rojas ondeando en la brisa.

—¡Dama! ¡Dama! —Una docena de sirvientas siguieron a Chu Qiao, cada una de ellas con diferentes
cosas. Con solo una mirada, se pueden identificar zapatos, una bata, horquillas… Sus voces suaves se escuchan una tras otra, sonando como un grupo de pajaritos cantando.

Cuando Chu Qiao se acercó, la boca del hombre de repente se abrió en una amplia sonrisa.

Sonriendo, se veía muy guapo, muy parecido a un delicado cuadro. Dejando la flauta larga, abrió los brazos, antes de sonreír de satisfacción y declarar:

—¡Ven, Qiao Qiao, abracémonos apasionadamente en la celebración de nuestra reunión! Con un fuerte golpe, Chu Qiao lo golpeó en el pecho. En ese mismo momento, un grito espeluznante resonó. Agarró el cuello del hombre y gritó:

—¡Li Ce! ¿Que estás tratando de hacer?

—¡Ah! ¡Proteged a Su Alteza!

—¡Asesina! ¡Proteged a Su Alteza!

Una cacofonía se agitó. Mientras tosía, Li Ce saludó a la multitud, que se apresuraba a protegerlo, a
descartar la situación.

—¡No os preocupeis! ¡Estoy bien! ¡Retiraos!

Aún sospechoso, los soldados no tuvieron más remedio que obedecer. Después de que la multitud se fue, Li Ce miró con amargura a Chu Qiao, antes de quejarse con pena:

—Qiao Qiao, ¿puedes dejar de expresar tus sentimientos por mí de esta manera? Es muy doloroso.

—¿Qué estás tramando? ¿Por qué me mantienes cautiva?

Sin poder hacer nada, Li Ce suspiró, antes de parpadear y responder:

—Qiao Qiao, ¿realmente vas a darle esta actitud a alguien que salvó tu vida?

Completamente inmóvil, dijo firmemente Chu Qiao:

—¡Di la verdad!

Continuara

🖤THE LEGEND OF CHU QIAO (TOMO 5,FINALIZED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora