Capítulo 8

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El cigarro en mi mano tiembla, en un descuido todo se complicó.

-Vaya te está pasando factura lo de fumar ¿eh?-Jessia apareció con una lata de Boing sabor mango, mi favorito.

-No estoy de humor, si no es mucha molestia me gustaría terminar de fumar sin quejas.

-Por esta ocasión no diré nada-dejo el jugo en la barda, ella destapo su Coca-Cola y dio un sorbo-Ve el lado bueno, las ventas se duplicarán.

-Y la cínica es uno-solté.

-Bueno si le vemos solo lo negativo a las cosas que nos suceden estaríamos en una depresión mundial-explicó-No estoy de tu parte, ni la de Oliver simplemente veo por la empresa donde trabajo.

-Entendí el punto-di una segunda calada-Vienes a sacar el chisme.

-La verdad no me interesa eso, son tus problemas, tus consecuencias. No quiero problemas de más.

-Digno de ti, me agrada que no te metas en lo que no te importa.

-Sin embargo-me quito el cigarro de los dedos, tomó mi barbilla para acercar su cara y mirarla a los ojos- Si la reputación de esta Editorial queda arruinada de alguna forma por el desmadre que hiciste, no tendré piedad ante ti, es la empresa que mi padre fundó con un arduo trabajo; no dejaré que una niña con falta de atención lo eche a perder.

-Te habías tardado-alejé mi rostro-Después de todo no eres una chiquilla con cara angelical que me fastidia.

-Ni tu la arrogante mujer fuerte que aparentas ser-tomó su Coca y se dirigió a la salida-Ve a casa, Jaime se las arreglará para hablar con Oliver.

-Una cosa más-la detuve del brazo-¿Puedes darme las llaves de la ventana de servicio?

-No, es una pésima idea-cruzó los brazos en forma de X.

-Es la única opción, por lo que puedo ver no dejarán que hable con los medios sin antes crear una estrategia para ello-razone.

-Lo sé, sólo que si saltas tu único colchón será un basurero-advirtió.

-Mirándolo de esa forma, es lo que soy en estos momentos ¿no?

-Yo no lo dije-saco las llaves de su pantalón y me las dio.

-Lo pensaste.

Salí victoriosa evadiendo a los medios, con un raspón en la rodilla. Tomé un taxi que me llevará a un hotel, debido a que los paparazzi esperarían mi regreso.

-Al Hotel más cercano-pedí.

-Serían $75.00-dio su tarifa.

Tomé mi monedero de emergencia, saqué un billete de $100 para dárselo.

-Al bajar le doy su cambio.

-Gracias.

Al llegar a mi destino baje del taxi, una fachada con piedras me dio la bienvenida, entré de inmediato al lugar.

-Una habitación por toda la noche-dije a la recepcionista.

-Son $750-estiró su mano para recibir el efectivo.

-Pagaré con transferencia-saqué mi celular-Deme su clabe bancaria.

Volteó los ojos, sin importarle la impresión que deja en el cliente, despegó un postit de su pantalla de trabajo.

-¿Dejará propina?

-Cuando salga-sonreí. Confirmo la transferencia y me dio la llave.

-Dormitorio 205.

De vuelta a tiWhere stories live. Discover now