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3O

Jeongguk llega esa mañana acompañado de Taehyung como cualquier otra, pero hoy más que nunca las miradas se notan, arruinando el humor del pelinegro.

Ve a Yugyeom recostado en un casillero junto a sus amigos, su ojo se encuentra un poco hinchado, el chico sólo sonríe superior al ver a Jeon. Sus amigos se ríen al verlo pasar de la mano con su novio, la mandíbula del menor se tensa y no puede evitar fruncir el ceño.

— Calma. — La voz de Taehyung lo saca de sus pensamientos. — Sólo son unos cuantos idiotas.

Asiente y trata de mantener la vista al frente.

•

Ya es hora de salir de la práctica, Jeongguk camina de las duchas a su casillero pero cuando se acerca nota que está todo rayado con pintura, y se lee claramente lo que escribieron "maricona".

— ¡Muy gracioso! ¡¿Quién lo hizo?! — Golpea el casillero con su mano abierta.

Ve que algunos voltean pero siguen su camino sin decir nada, mientras hay otros como Yugyeom y sus amigos a quienes se les escucha la risa por todo el vestuario.

Empieza a vestirse para salir de ahí antes de hacer una estupidez.

•

Jeongguk llega totalmente molesto a su casa, ha tenido un día de la mierda.

— Hijo, ¿Cómo ha estado la práctica? — Escucha la voz de su padre, sin verlo sabe que ha tomado por el tono que está usando.

— Bien. — Contesta sin más.

— Siéntate un rato con tu padre. — Dice riéndose.

— No, gracias.

— Oh vamos, ven acá y tómate una cerveza con el hombre viejo.

— Tú y yo no hablamos te recuerdo ¿Por qué estás haciendo esto? — Suelta molesto, ahora viéndolo.

— ¡No le contestes así a tu padre!

Así es como es él, dices lo equivocado una vez y ya lo tienes gritándote como un loco, por ello siempre es mejor no hablar con él.

— ¿Ahora eres mi padre? ¿Dónde has estado los últimos dos años? ¡Porque puedo jurar que llevas en ese puto sofá tomando todo este tiempo!

— ¡¿Y a quién mierda le importa si es así?! Por tu culpa tu madre...

Ahí está el argumento perfecto, en el fondo siempre ha sabido que su padre lo culpa por el accidente de su madre, todo porque lo estaba buscando a él de la escuela cuando tuvo su accidente.

— Déjalo así. — Dice antes de tratar de ir a su habitación.

— ¡¿A dónde crees que vas?! — Su padre lo sigue. — Lo quieras o no soy tu padre, no te vas cuando se te da la gana, no me contestas así.

— ¿Así? Pues si vas a ser mi padre desde ahora, tal vez quieras saber un par de cosas.

— ¿De qué mierda hablas?

Ahora lo tenía lo suficientemente cerca para notar el olor a alcohol proviniendo de él.

— Que soy gay, papá.

Jeongguk se mantiene imponente frente a él, a pesar de que ve como la cara de su padre se transforma en una mueca de disgusto y molestia.

— No lo dices enserio, sólo tratas de molestarme.

— No es así. Soy gay.

Su padre le da una cachetada, tomándolo por sorpresa. — No vuelvas a repetir eso, ningún hijo mío es un marica.

Jeongguk sostiene su mejilla mientras lo mira lleno de dolor y molestia.

— Entonces tal vez no soy tu hijo.

Su padre toma del cuello de su camisa pero Jeongguk lo empuja lo suficientemente fuerte para que tenga que dar unos pasos atrás mareado.

Va a su habitación y toma un bolso, metiendo ropa y otras de sus pertenencias. Sale de su casa mientras su padre no deja de llamar su nombre.

Sabe que probablemente está haciendo algo estúpido, pero siente que no quiere estar un minuto más ahí. Desearía que estuviera su madre, que su padre no estuviera borracho, que alguien quisiera entenderlo en esa casa, pero las cosas no son así y lo sabe.

— ¡¿A dónde crees que vas?!

— ¡A la puta casa de mi novio!

Jeongguk se aleja de la casa caminando con el bolso sobre su hombro.