Muñeca Rota - Parte Uno

Su Imposible

Mis disculpas por la tardanza y los errores. Gracias por leer.

-  Ella era algo más que su paciente, ¿verdad doctora?

La pregunta inesperada sacó a Camila del pozo de sus recuerdos. No se había dado cuenta que estaba llorando hasta que sintió la humedad en las mejillas y negó con la cabeza alejándose de Lauren para tratar de componerse a sí misma. Tomó un par de respiraciones profundas hasta que se calmó lo suficiente para hacerle frente a su paciente que seguía en su lugar sobre el colchón esperando a que la morena se calmase. Lauren sabía que esa paciente era alguien especial para su doctora pero no quería presionar a la otra mujer para saber la verdad.

- Esa es una historia para otro día Lauren - Camila ya era toda negocio nuevamente por su tono de voz estoico y Lauren suspiró sabiendo que su tiempo confesiones se había terminado - Ahora si me permites tengo que seguir con mi diagnóstico a tus piernas, tengo que checar tu estabilidad.

Camila se acercó una vez más a la cama de Lauren y la obligó a sentarse en la orilla. Cosa que Lauren hizo sin ningún problema hasta que tuvo que ponerse de pie. Ella sentía las piernas como gelatina y su postura era muy inestable.

- Siento que mi rodillas cederán y que voy a caer de bruces al piso de un momento a otro - confesó la chica con pesadumbre intentando apoyarse lo más posible en la esquina de la cama - Me obligará a caminar, ¿verdad?

- Lo lamento pero sí, tengo que hacerlo - Camila se disculpó en tono firme pero suave - Tengo que dejar anotado todo el diagnóstico para luego mandárselo a tu terapeuta, la terapia fisiológica es una parte muy importante de tu tratamiento con la EM.

Lauren gimió en voz alta haciendo un mohín que hizo reír a Camila. Ella negó con la cabeza y cogió de las manos de Lauren para obligarla a dar un par de pasos y así averiguar el grado de daño que las últimas crisis le habían hecho a las piernas de Lauren.

Camila notó que las piernas de Lauren de hecho se veían débiles y muy delgadas pero eso no era nada nuevo para ella. Otro signo común en los pacientes de EM era ese tipo de problema. Como era una enfermedad que afectaba el sistema nervioso central y el nervio tibial, las piernas de los pacientes con EM acababan adelgazadas y muy parecidas a un par de palillos. En los casos más extremos las piernas de los pacientes quedaban inutilizables y debían usar silla de ruedas por el resto de su enfermedad. Camila sólo esperaba que Lauren no llegase a esos extremos.

- Vamos Lauren no tengas miedo - Camila alentó al ver que la morena había comenzado a tiritar. Ella cogió a Lauren con más firmeza de los antebrazos y la obligó a dar un paso con la pierna derecha que se tambaleó hacia el costado por lo que el torso de Lauren también se desequilibró.

- Siento que voy a caerme... por favor Camila, quiero volver a la cama - Lauren no quería tener un nuevo accidente delante de Camila. Estaba agotada y con los nervios en punta, todavía dolorida por el ejercicio que Camila le había impuesto a sus piernas. - Tengo miedo de caerme, por favor....

- No más ruegos señorita Jauregui, yo sé que usted puede hacerlo - la voz de Camila seguía siendo amable pero también denostaba un dejo de dureza - Sé que tienes miedo pero no puedes dejar que eso te sobrepase. Vamos ahora, un par de pasos más y volverás a la cama, confía en mí que yo no te dejaré caer. Te lo juro.

Lauren que había comenzado a respirar con agitación, asintió con la cabeza al oír a su doctora y se armó de valor para dar los siguientes pasos siempre en la fuerte compañía de la neurocirujana. Lauren confiaba en Camila con su vida.