Muñeca Rota - Parte Uno

Daño

Sé que me he demorado mi tiempo en subir los capítulos pero este ya es el penúltimo capítulo de esta parte de la historia y ya estoy trabajando en la segunda. Gracias por la paciencia y gracias por la lectura.

Tres días pasaron hasta que tuvo que ella volver al hospital. Lauren se había vestido con unos pantalones de pitillo, una camiseta blanca sin mangas y una chaqueta de cuero azul y se despidió de Will para ver a su doctora. Tres días que no sabía nada de la morena y Lauren ya estaba que se subía por las paredes. No podía dejar de pensar en ella ni tener sueños húmedos dónde ambas se hacían de todo sobre una cama, esos sueños eran muy intensos. Lauren se alegró de ser una mujer, ya que, a pesar de que despertaba con las bragas mojadas, ella sabía que no soportaría despertar con una erección todas las mañanas después de tener ese tipo de sueños con su doctora. Aún con todo, igual no podía evitar aliviar su necesidad en la ducha. Durante tres días había acabado con los dedos en su clítoris y en lo profundo de su centro corriéndose en ellos con un orgasmo final igual de intenso junto al nombre de su doctora. Y siempre tenía que lavarse dos veces por lo que sus duchas duraban mucho tiempo.

Lauren sabía que necesitaba dormir con alguien pero la única persona que le interesaba para ayudarle con su problema era su bella morena. Parecía que ella iba a tener que acostumbrarse a usar la mano durante un tiempo....

Lauren llegó al hospital y la enfermera de admisión le dijo que la doctora estaba atendiendo a sus pacientes en su consulta. Como ella ya sabía el camino decidió ir por su cuenta y esperar en la sala contigua a los boxes de atención donde ya esperaba su turno una anciana, un hombre en sus cincuenta y una niña pequeña de no más de ocho años. El único asiento disponible estaba a su lado así que Lauren sentó junto a ella y esperó su turno.

No pasó mucho tiempo antes de que la niña comenzara una charla con ella. La pequeña estaba muy interesada en saber el motivo de su visita al hospital. Lauren alzó una ceja ante la curiosidad de la niña, pero la sonrisa amable y su mirada inocente le hizo perder toda prudencia con esta pequeña extraña, además que le recordaba a alguien pero no sabía a quién.

- Vengo a ver a mi doctora - le respondió Lauren a la muchacha con una sonrisa amable - ¿Y tú qué haces aquí?

- ¿Estás enferma? Porque no pareces enferma aunque no todos se ven enfermos, creo - dudó la chica morena - Yo no estoy enferma, estoy esperando a alguien.

- Gracias - Lauren volvió a sonreír al ver que la chica no la juzgaba - ¿Puedo saber a quién vienes a ver aquí...?

- ¡Kaki!

Lauren fue interrumpida por el grito de la niña y se volteó para ver a quién llamaba. Ella no se había dado cuenta que la puerta de la oficina de su doctora se había abierto y que la morena salía de ella acompañada por un paciente que se despidió y se alejó cuando la niña pequeña corrió a los brazos de la neurocirujana.

- ¿Sofi? - Camila abrazó a su hermana con fuerza y la besó en la frente. Estaba feliz de verla pero al mismo tiempo extrañada porque se suponía que debía estar en la escuela a esa hora. Cuando le preguntó el motivo de su aparición, Sofi le contestó que en la escuela habían tenido una reunión de maestros de última hora y que habían dejado salir a todos los alumnos antes de lo esperado.

- Además estaba conversando con una paciente - Sofi indicó a Lauren que les miraba con una sonrisa. Camila le sonrió a su hermana y a la morena y se acercó a Lauren para saludarla y presentarle a su hermana. Las dos morenas se saludaron con un curioso apretón de manos y todo iba bien hasta que Camila vio lo que estaba cubriendo las piernas de Lauren.

Aprovechando que la morena estaba de pie, sacó un bolígrafo del bolsillo de su capa blanca y lanzó al suelo ante la mirada extrañada de todos en la sala de espera. Sofi no dijo nada y se agachó para recoger el bolígrafo, pero Camila la detuvo.